El paseo de los Reyes, sin gente y con distancia
Sus Majestades de Oriente recorrieron las calles de la ciudad en carroza y con mascarilla y tanto pequeños como mayores disfrutaron de la presencia real asomados la ventana y desde las aceras vacías y sin aglomeraciones
Y llegaron a Valladolid. No iba a ser para menos y Melchor, Gaspar y Baltasar iluminaron las calles de la ciudad con su infinita magia. Este año cambiaron la tradicional cabalgata por una carroza tirada por dos caballos y decorada con tres globos gigantes y dos altavoces que entonaban los villancicos más navideños . Unos, desde las ventanas y otros, a pie de calle. Eso sí, mascarilla y distancia de seguridad no faltaron en ningún momento.
A pesar de los reproches de la Junta de Castilla y León al Ayuntamiento de Valladolid para que no se celebrase el paseo de los Reyes Magos por la ciudad ante el avance los contagios y de recordar al alcalde de Valladolid, Óscar Puente, que la comitiva «incumplía la normativa», el Ayuntamiento decidió continuar con su planteamiento y sacó a sus Majestades a la calle como en otras ciudades y pueblos de la Comunidad.
CALESA CON CABALLOS
Melchor, Gaspar y Baltasar se pusieron la mascarilla y llegaron al punto de partida de su carruaje en taxi . Comenzaron los gritos y algún que otro llanto de emoción al ver a los magos de Oriente . Y empezaron el paseo por los barrios de Valladolid escoltados por la Policía Municipal. La calesa tirada por caballos compartía algunos tramos de carretera con el resto de vehículos y los más pequeños junto a sus padres seguían la comitiva a pie por las calles más próximas a su domicilio. O, incluso, asomados a la ventana, aunque algunos menos.
«¡Melchor, tráeme unos Playmobil» , gritaba una niña desde el tercer piso de su vivienda en la calle Huelva. La ilusión por la Navidad se percibía en los ojos de los impacientes niños deseosos por ver a los Reyes, quienes estuvieron acompañados de uno de sus pajes que llevaba las riendas del carruaje. Doble trabajo. Tras días y días preparando los miles de regalos, los pajes y sus Majestades salieron a la calle para avisar a pequeños y mayores de que ya está todo a punto para la noche más mágica del año .
Héctor vive en Delicias y, con tan solo cuatro años, ya tiene claro lo que quiere decir a los Reyes: «Les voy a pedir que se acabe el coronavirus» . Pero también «un peluche gigante y un muñeco de Hulk». Otro pequeño trataba de sacar un guiño de Baltasar y le pedía su corona. También los más tímidos se arrancaban con un saludo desde la lejanía a sus Majestades.
EL DESEO MÁS SINCERO
La música a todo volumen de la tradicional cabalgata se cambió este año por el ruido de los cascabeles y el trote de los caballos sobre el asfalto . Las luces de las decenas de carrozas, por el brillo que desprendían los balcones y los flashes de los móviles. Y las bolsas llenas de caramelos, por los deseos más sinceros para terminar con la pandemia. Porque los vallisoletanos cumplieron . Los que salieron a la calle, con distancia de seguridad y mascarilla, hasta se sorprendían ya que no esperaban encontrarse con tal visita real .
El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, publicaba a media tarde un mensaje en Twitter en el que comentaba que «la ciudadanía de Valladolid ha demostrado ser más sensata que su alcalde» refiriéndose a un vídeo del paso de sus Majestades por la Plaza Madrid apenas frecuentada por unas treinta personas. Por su parte, Puente calificaba a la ciudad de «ejemplar» y que los niños, sus padres y el Ayuntamiento sabían «que había que ver a los Reyes con prudencia».
Porque el 2020 ha sido un año difícil, pero no ha hecho que se pierda la ilusión por la magia .