Diario de Valladolid

La pandemia deja a los vecinos de Arroyo sin enseñanzas artísticas

El inicio del curso se retrasa hasta 2021 para 530 alumnos de Música, Danza y Teatro

Sergio Nieto, junto a un grupo de alumnos de la Escuela de Música.  E. M.

Sergio Nieto, junto a un grupo de alumnos de la Escuela de Música. E. M.

Publicado por
Julio Tovar
Valladolid

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Ni atriles, ni zapatillas de ballet, ni máscaras... En Arroyo de la Encomienda, las artes escénicas ‘hibernan’ desde que el Ayuntamiento anunciase a los responsables de las escuelas municipales de Música, Danza y Teatro que el inicio de las clases quedaba en suspenso este primer trimestre, dejando a más de medio millar de alumnos sin poder ejercitar su pasión al decidir el cierre de todas las instalaciones municipales, tanto culturales como deportivas. Las dos primeras escuelas, inscritas como centros docentes de la Junta de Castilla y León, tienen ya registrados a 320 y 200 alumnos, respectivamente, para el presente curso –frente a los 400 y 300 del año pasado–.

«Ni en Valladolid, ni en Simancas, ni en Tudela... No conozco un lugar que haya decidido, como Arroyo de la Encomienda, cortar con toda la cultura y el deporte.  Estamos en una situación angustiosa y jugamos en desventaja», admite Sergio Nieto, director y profesor de la Escuela de Música, que desde hace 18 años es gestionada por la Asociación Musical Allegro.

Su contrato con el Consistorio, como el de las otras dos escuelas, se interrumpió el pasado 14 de marzo. De los 15 trabajadores de la Escuela Municipal de Música, todos ellos fijos discontinuos, nueve cuentan sólo con ese salario para poder vivir; muchos, además, han perdido otra fuente de ingresos con los conciertos suspendidos.

Un relato similar podrían hacer la docena de trabajadores de la Escuela de Danza, tal y como confirma a este diario su directora y también docente Lydia Gutiérrez. «Hemos luchado mucho por la danza, por hacerla crecer. Muchos de nosotros vivimos sólo de esto», lamenta antes de reconocer que en su disciplina la educación online es inviable.

«La danza no está escrita, no hay una partitura. Cada día es un proceso de creación nuevo. Cómo vas a poder coordinarte a través de una pantalla», describe. Cuando regresen al aula, deberán trabajar a fondo sus cuerpos. «La danza obliga a mucho trabajo físico, y hasta los profesores vamos a perder tono muscular, potencia aeróbica o flexibilidad. Andaremos oxidados», admite la directora de la escuela. 

docentes en precario

En marzo, estos trabajadores se vieron obligados a acogerse a un ERTE que, por la singularidad de sus contratos –son fijos discontinuos, con contratos que suelen durar hasta el 31 de junio, para reanudarse el 1 de septiembre o un mes después–, ha tenido un impacto desigual: «Lo cobramos tarde y para muchos compañeros, que tienen contratos por horas, ha sido ridículo», lamenta el director de la Escuela de Música.

Y con este horizonte emerge la figura de la Casa de la Música y el Teatro de Arroyo, pendiente de su inauguración y motivo de esperanza en estos tiempos inciertos. «Antes teníamos 10 salas, de entre 10 y 15 metros cuadrados cada una, y ahora tenemos 20, de entre 50 y 60, con más puntos de entrada y salida... Se daban las circunstancias para intentarlo, al menos», subraya Sergio Nieto. 

Carlos Tapia, responsable de la Escuela de Teatro, también apunta al nuevo edificio. «Nosotros hemos estado trabajando en un espacio en el que no podíamos respetar la distancia de seguridad, eso es cierto, pero en la Casa de la Música y el Teatro sí podría garantizarse, aunque se haya decidido tirar por la calle de en medio». El pasado año tuvieron 35 alumnos en sus tres cursos; para el próximo, de momento se han inscrito 10. Paradojas de la vida: Tapia sí puede desempeñar su labor docente en los cursos que imparte en Valladolid junto a sus compañeros de Azar. 

El consistorio

Desde el Ayuntamiento de Arroyo de la Encomienda confirmaron a este diario su firme compromiso de garantizar a los escolares del municipio un retorno seguro a las aulas, ampliando la plantilla encargada de la limpieza –para desinfectar también durante la jornada lectiva– y la conserjería. 

Pese a que eso le supone un sobrecoste al municipio de 20.000 euros mensuales, la decisión de mantener cerradas las escuelas se basa «exclusivamente en la prudencia», y «no en razones económicas». «Preferimos pecar de prudentes y esperar a ver cómo evoluciona todo. Hay que pensar, por ejemplo, en la cantidad de contactos que pueden generar sólo los 400 alumnos de la Escuela de Música... Preferimos ir con cuidado», advierten. 

En noviembre, el Consistorio retomará sus actividades culturales a través de internet y con carácter gratuito; en octubre se abrirá el plazo de inscripciones. «Sólo los talleres de mayores para trabajar la memoria se realizarán de forma presencial, en grupos reducidos», adelantan.

Tanto la Escuela de Música como la de Teatro pretenden, en próximas fechas, retomar parte de su actividad en formato online –las clases de instrumentos y lenguaje musical, en el caso de la primera–. «No es lo mejor, porque son muy complicadas con los más pequeños y con los que empiezan, pero cuando uno pasa nueve meses sin tocar un instrumento, eso se acaba perdiendo», reconoce Sergio Nieto. 

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