Diario de Valladolid

La pandemia da la ‘puntilla’ a los quioscos con caídas de hasta el 60% en sus ventas

Medio centenar lucen hoy carteles de ‘Se vende’ para denunciar su agónica situación

Alejandro Pérez, propietario del quiosco Calderón de la calle Angustias. J.M. LOSTAU

Alejandro Pérez, propietario del quiosco Calderón de la calle Angustias. J.M. LOSTAU

Publicado por
Mar Peláez

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Medio centenar de quioscos de Valladolid han amanecido hoy con un significativo cartel en sus cristales: ‘Se vende’. No significa, con ello, que el local esté en venta realmente, sino que se trata de una llamada de ‘auxilio’ de un sector, ya de por sí maltrecho, al que la pandemia por el Covid-19 le ha dado la ‘puntilla’ y cuya supervivencia ven amenazada.

Es el modo de visibilizar su agónica situación y su «negro futuro» que ha encontrado un grupo de quiosqueros vallisoletanos, con el apoyo de la Asociación de Trabajadores Autónomos y Dependientes de Castilla y León. Un ‘grito’ que pretenden extender a otras ciudades de la Comunidad.

Y es que el coronavirus ha impactado de lleno. Aunque fueron declarados servicio esencial por parte del Gobierno el 14 de marzo para garantizar el derecho a la información de los ciudadanos, y por tanto permanecieron abiertos, su clientela fue testimonial. 

Con bares y negocios cerrados, y con el movimiento de personas restringido, hacen cuentas ahora y certifican que el nivel de ventas ha caído entre un 50 y un 60% desde mediados de marzo, según estima el presidente de la Asociación Vallisoletana de Vendedores de Prensa, Juan Carlos García Granado, propietario del quiosco de la calle Aurora.

Esta caída en la facturación no se ha visto, sin embargo, compensada con ayudas específicas. Y es que, como apunta Alejandro Pérez, del quiosco Calderón, muchos no pueden  acogerse a las ayudas del Gobierno al no acreditar pérdidas superiores al 75% establecido. y han tenido que «tirar de ahorros o de la ayuda familiar». Tampoco se han beneficiado de rebajas de impuestos nacionales, autonómicos ni locales para ayudarles a «salir del bache», lamenta García Granado.

«Las administraciones en general nos tienen olvidados», sentencia Pérez, que siente que a esa «desprotección» se une el «acoso de una competencia feroz y desleal por parte de supermercados y otros negocios que venden ahora también prensa».

Con  esta campaña reivindicativa no solo pretenden poner el foco en las administraciones, sino captar la atención de los ciudadanos «porque #SinKioscoNoHayBarrios», y alzar la voz contra las distribuidoras de prensa y editoriales con las que mantienen un viejo pulso por los márgenes comerciales.

Pero la pandemia no ha hecho más que agudizar y acelerar una situación que se remonta a 2008, con el inicio de la anterior crisis económica, y el boom de la era digital. Todo ello unido ha desembocado en «el cierre de un 30 o un 40% de los quioscos en la ciudad desde entonces», calcula el presidente de la asociación vallisoletana, y a la espera de conocer el dato exacto de cuántos de ellos no habrán sobrevivido a la pandemia. Su única salida: «reconvertirse o cerrar». «A este ritmo no se si aguantaremos cinco o diez años», vaticina García Granado. 

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