El aliado clave durante el coronavirus
Iberaval financia a micropymes y autónomos desde 6.000 euros con los costes más bajos del mercado, cinco años de plazo y hasta un año de carencia / Desde el inicio de la pandemia más de 2.000 proyectos se han aprobado por 175M€
La crisis del coronavirus ha puesto a prueba a miles de negocios. Muchos tuvieron que bajar la persiana sin saber cuándo la iban a poder volver a subir. Días de incertidumbre en los que buscaron un plan B para amortiguar una situación de consecuencias impredecibles. En ese camino encontraron a Iberaval . La sociedad de garantía (SGR) dio respuesta desde los primeros compases de la pandemia a muchos socios, pero también a empresas que se acercaron por primera vez a su ventanilla.
Y es que siempre lo ha tenido claro. Su objetivo es ayudar. De hecho, es la sociedad de garantía con mayor volumen de actividad durante los dos últimos años en España −con origen y un 70% de su actividad localizada en Castilla y León−. En febrero celebró un Consejo de Administración singular en la localidad burgalesa de Quintana de Pidio. Pretendía ser el primero de muchos fuera de las oficinas centrales de la entidad a lo largo del mandato del salmantino César Pontvianne, tras 10 meses como presidente de Iberaval.
En aquella cita ya se valoró la situación a la luz de las alarmantes noticias que llegaban de fuera de nuestras fronteras, y se determinó poner en marcha créditos preconcedidos a los asociados, una medida a la que se dio forma en los primeros días de marzo por parte de la Dirección de la compañía. Una reacción temprana para una situación insólita. Dio un paso al frente con una inyección de liquidez, a partir de un producto concreto, con una previsión global de 85 millones de euros.
«El objetivo fundamental de esos créditos preconcedidos era demostrar que íbamos a estar al lado de quienes han hecho sus deberes, de esos pequeños empresarios que llevaban sus compromisos como socios al día, y no podían quedarse en la cuneta», declara el director general de Iberaval, Pedro Pisonero para, más tarde, añadir: «Una de las claves que hemos puesto encima de la mesa es la importancia de tener reservas de liquidez en este momento, porque el acceso a la financiación era factible si había viabilidad de proyectos, y en unos meses las dudas sobre esto van a estar ahí».
Desde entonces hasta este inicio de junio, más de 2.000 proyectos se han aprobado en las oficinas de Iberaval por alrededor de 175 millones de euros. Muchos de ellos se han concretado ante notario, si bien otros han decaído en última instancia.
ICE, PAPEL FUNDAMENTAL
Pisonero asegura que la Junta de Castilla y León, a través del Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE), ha jugado «un papel fundamental» porque ha multiplicado sus ayudas a la sociedad de garantía, lo que, a decir verdad, se ha canalizado en la mejora de las condiciones de préstamos, por la bonificación finalista de los diferentes costes financieros de las operaciones que formalizan pymes y autónomos con la SGR.
Es decir, el papel desempeñado por el ICE en ese respaldo presupuestario, que se ha traducido hasta la fecha en la aprobación de sendos expedientes en Consejos de Gobierno −el del 2 de abril, cuando se dio luz verde a cinco millones de euros de apoyo, y el 21 de mayo, cuando se inyectó otro millón de euros−, ha beneficiado a miles de pymes. «De no ser por la Administración autonómica no habríamos podido multiplicar nuestra actividad por cuatro».
En concreto, el Instituto para la Competitividad Empresarial, dependiente de la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta, impulsó en marzo varias líneas para inyectar financiación de calidad, en unas condiciones óptimas de mercado, que han tenido «una aceptación notable» entre los pequeños empresarios de la Comunidad.
LÍNEAS DE FINANCIACIÓN
La primera línea de liquidez para sostener micropymes y autónomos tiene una dotación de 20 millones de euros, mientras que la línea de apoyo al mantenimiento de la actividad −que surge a partir de la reorientación de ICE Financia− movilizará recursos por hasta 40 millones de euros, y se encaminará a impulsar proyectos que requieren circulante.
De igual forma, se está facilitando la implementación de soluciones digitales de urgencia para hacer posibles fórmulas de teletrabajo y modernización de las empresas. En este caso, el importe previsto asciende a 25 millones de euros.
Otra línea se basa en el sostenimiento de proyectos. Agilizará los préstamos desde 6.000 y hasta 40.000 euros, a devolver en un máximo de tres años (con una carencia de hasta 12 meses). Está destinada a micropymes y autónomos y tiene una bonificación del 100% de los costes financieros.
ICE Financia ofrece préstamos de hasta 600.000 euros. Su plazo de amortización máximo es hasta cuatro años, con un periodo de carencia de hasta 12 meses. Esta línea de financiación está dirigida a sectores afectados por la crisis de la COVID-19, como la hostelería, comercio, sector manufacturero o turístico, entre otros.
El objetivo de la subvención es permitir el acceso a préstamos avalados para inversión y circulante, con el fin de que puedan desarrollar la actividad empresarial y económica. En este sentido, se han habilitado préstamos bonificados con hasta el 2,5%.
Así, se espera que se puedan formalizar cerca de 600 proyectos empresariales en Castilla y León, con una inversión inducida de 93 millones de euros. Estas acciones tendrán un empleo asociado de 7.000 puestos de trabajo
El broche lo ponen las ayudas destinadas a transformación digital con hasta 600.000 euros. Tienen un plazo de amortización máximo de cinco años con hasta 12 meses de carencia. Pueden acogerse aquellas empresas que requieran implementar soluciones digitales de urgencia que fomenten el teletrabajo y otros procesos vinculados a la modernización y digitalización.
APOYO AL ESTADO
Además del respaldo del Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco, la Compañía Española de Reafianzamiento (CERSA), dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, se está volcando en la búsqueda de soluciones reales para miles de pequeñas y medianas empresas. Y, a ese impulso fundamental que propician productos bonificados por la Junta de Castilla y León y la presencia de Instrumentos Financieros de Crecimiento e Innovación y Desarrollo, cofinanciados con fondos FEDER, hay que sumar la función de reaval −en algunos casos de hasta el 80%− que juega CERSA, y que hace factible la asunción de ciertos proyectos que, de otra manera, no podrían ser financiados.