IRENE DE LA CUESTA
«Mis aplausos de las ocho son para los autónomos porque se merecen mucho más»
Pregunta. ¿Cómo es un confinamiento entre aguja e hilo?
Respuesta. Esta actividad solidaria me está dando la vida, porque para hacer las mascarillas voy al estudio de diseño. Vale que no es para hacer trajes de boda o de invitada, pero al menos sigo estando con mi compañera, la máquina de coser.
P.- ¿Cómo se hacen los días?
R.- Raros. Ya estoy en ese punto de no saber en qué día vivo. El otro día me sorprendió que estuvieran los supermercados cerrados, y resulta que era domingo.
P.- Y de repente surge la idea de hacer mascarillas. ¿Por qué?
R.- Fue cuando vi el comunicado de Sanidad de Castilla y León de que hacía falta el material. Pensé que de alguna manera se podría coser para hacer mascarillas. Bien es cierto que no valen todas, porque no es tan sencillo. Costó encontrar el material adecuado. Hemos pedido el material entre otras compañeras (Eulalia Mateos y Penélope Almendros) y encima llegó tarde y una tercera parte. Una de ella lo ha cortado, y el las otras dos las cosemos. Tardo seis minutos en hacer una mascarilla. Tampoco me estreso (risas).
P.- De hacer feliz a novias e invitadas de boda, a hacerlo con mascarillas. ¿Siente la misma ilusión?
R.- Sí que se puede comparar. No es el día más feliz de sus vidas, pero el agradecimiento de la gente es enorme. Me vale su sonrisa, pero la verdad es que están respondiendo muy bien. Esta semana he llorado tres veces de emoción porque, por ejemplo, unas chicas de la limpieza de portales a las que di mascarillas, me lo agradecieron con una botella de vino y unos chocolates.
P-. ¡Qué diferente el marzo de 2013 (inauguración de la tienda) a marzo de 2020!
R-. ¡Ostras! Duro. Yo me dedicó a las bodas y abril es el mes de más trabajo, donde levanto la empresa al 100% y ver la que se avecina es para llorar. Cada vez que miro la agenda me hunde. Y eso que soy una persona positiva.
P.- ¿Todavía quedan novias ilusionadas?
R.- Es difícil, pero sí. Estoy haciendo de sicóloga con algunas clientas. Te llaman destrozadas y es duro. A una que tenía la boda para finales de mayo se la han pasado para julio o para el año que viene.
P.- ¿Cómo le va a cambiar lo que estamos pasando?
R.- Es clásico, pero es así, voy a pensar que los ciudadanos somos muy grandes. Que yo lo haga, vale, pero que otras personas lo lleven a sitios, que cada uno aporte su granito, eso es algo que no se puede olvidar de esta crisis.
P.- Estos días los que más sufren son los mayores y usted debe su carrera a sus dos abuelas.
R-. Por supuesto, aunque ya no cuento con ellas siempre están presentes. Me contaba una clienta, hace dos semanas, que había tenido una videollamada con su abuela y que decía la pobrecilla “no me queréis venir a ver”, y al ponerla una manta con elementos militares pensaba que había vuelto la guerra. Tiene que ser muy duro para los más mayores y para sus familiares.
P.- ¿Y a usted quién le anima?
R.- Mis gatos peludos (risas). Publiqué un sorteo por Instagram (@irenedelacuesta_couture) para sortear entre mis clientas una diadema y una de ellas me puso: “el regalo te lo tenemos que hacer nosotras con un viaje al Caribe”. Esas cosas me animan.
P-. ¿Para quién son sus aplausos de las ocho de la tarde?
R.- Para los autónomos y las pequeñas empresas porque lo vamos a pasar muy mal y nadie se acuerda de nosotros.
P.- Voy a ser malo… y todo lo que hace es gratis. Acaba de pagar su cuota y los políticos cobrando todo su sueldo íntegro y algunos hasta con dietas.
R.- ¡Estupendo! Fíjate que la noticia de la ayuda a las televisiones privadas de 15 millones de euros me pensé que era mentira. La verdad es que te hace pensar en muchas cosas…no soy mucho de hablar de política pero está claro que este Gobierno ha decepcionado a muchas personas.
P.- Si durante una hora la policía diera permiso para salir a la calle y hacer algo… ¿qué haría?
R.- En una hora no me da tiempo (risas). Pero lo primero sería dar un abrazo a mi madre.
P.- ¿Qué vamos a aprender de todo esto?
R.- Que hay que tirar por nuestra ciudad. Se ha comprobado que hay gente muy buena, y que hay que apostar por nuestros comerciantes, nuestras empresas, nuestra gente de la Sanidad…
P-. Hay que seguir cumpliendo los sueños. ¿El suyo?
R.- Seguir con la tienda adelante y más fuerte que nunca.
P-. ¿A quién le pone una de sus mascarillas pero para que no hable?
R.- A nuestro presidente de Gobierno.
P-. Cuando acabe esto, ¿a quién le gustaría vestir?
R.- A Laia Sanz. Soy muy del mundo del motor, y esta chica me parece increíble.
P. ¿Se echan de menos los aires del sur?
R. Pues sí, tengo los mejores recuerdos allí. Siempre he dicho que si abro una tienda fuera de Valladolid, será en el sur y con muchos vestidos de flamencas. (Risas).
P-. ¿Cuántas veces le han dicho ‘yo quiero un vestido rojo como el que hizo en la Seminci’?
R-. Muchas veces. (Risas) Y me lo seguirán diciendo, aunque luego no se atreven a ponérselo.
P-. Cuénteme algún secretillo de la alfombra roja.
R-. Para mí es justo hacer lo que más quiero. Me encanta porque puedo poner en marcha todo lo que se me pasa por la cabeza.
P.- ¿A qué miembro o ‘miembra’ del Gobierno le gustaría cambiar el look?
R-. Pablo Iglesias me parece híper desacertado siempre.
P.- ¿Qué estilo de moda recomienda para la era postCovid?
R.- Lo que tengo claro es que voy a perder de vista las mascarillas pero ya. (Risas). Me decía una limpiadora que estaba con una mascarilla mía por redes sociales, “ahora ya soy chicasirenedelacuesta”.
P-. ¿Y qué será lo primero que haga?
R.- Iré a buscar a un amigo de Barcelona y nos iremos a pegar un fin de semana enorme de circuitos, vinos y buena comida. Estoy orgullosa de él, trabaja en una empresa de ambulancias y están haciendo una excelente labor por Navarra y Barcelona.