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PINTURA

Un vallisoletano como profesor en la Escuela Internacional de Cine y Televisión en Cuba

Desde la selva del Amazonas hasta un poblado de Kenia, el vallisoletano Rodrigo Tamariz ha llevado la magia de esta técnica audiovidual a todos los rincones del mundo. Su última escala fue en Cuba, donde se ha convertido en profesor titular en la Escuela Internacional de Cine y Televisión, por la pasaron Coppola oTrueba

Rodrigo Tamariz (en el centro, con camiseta verde) posa con los alumnos de la primera promoción de Videomapping de la Escuela Internacional de Cine de Cuba. - E.M.

Publicado por
Guillermo Sanz

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El lienzo en blanco es el reto al que miran a los ojos los artistas, personas con el poder de pintar una historia en un espacio donde antes sólo había vacío. El vallisoletano Rodrigo Tamariz ha logrado que ‘La batalla de Gettysburg’ de Philippoteaux -el cuadro más grande del mundo- parezca una miniatura. Él prefiere narrar aventuras sobre grandes edificios , uno de los mejores aliados del videomapping, una técnica audiovisual que le ha llevado hasta la titularidad en la prestigiosa Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba.

Con apellido de mago, Rodrigo Tamariz decidió sacar hace 14 un conejo de una chistera donde nadie había mirado nunca en España. «Vimos el videomapping con una compañía francesa que vino a Valladolid a hacerlo en el Ayuntamiento y nos picó la curiosidad», recuerda. Con un rudimentario Windows Media Player y tres proyectores realizó hace doce años su primera proyección en la iglesia de San Pablo . La luz que emanaba esa bombilla era la de un faro que guiaba al vallisoletano hacia un nuevo mundo.

« El objetivo era que hubiera un vallisoletano haciendo algo en Valladolid », admite. La Catedral y el Ayuntamiento fueron regados por sus creaciones audiovisuales con una técnica que ha instalado también en los escenarios teatrales en obras como ‘Clownbatientes’, de la compañía Imaginart. Sin embargo, el vallisoletano comparte la filosofía de que el arte tiene que llegar a todos los lugares del mundo. Así, acompañado por su pareja, la actriz Virginia Urdiales, ha recorrido medio mundo, movido por el motor social, para llevar el arte a, por ejemplo, un poblado de Kenia o a la selva de Amazonas, donde los indígenas waoranis descubrieron el poder de las sonrisas con el clown de Virginia y de las imágenes, gracias a la proyecciónes de Rodrigo.

Esta vuelta al globo terráqueo hizo escala en Cuba, donde la actriz llamó a las puertas de la Embajada y de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba. La reacción fue instantánea. «Hicimos una masterclass y la cátedra nos dijo que era exactamente lo que estaba buscando. Trabajamos durante un año para hacer el programa» de la primera titulación oficial de nivel superior de cine que se crea en el entorno internacional.

Cuando el vallisoletano volvió a cruzar el Atlántico el pasado enero para volver a sentir el aire caribeño lo hizo como profesor titular de la Cátedra de TV y Nuevos Medios. El reto era mayúsculo: pisar el mismo aula por el que antes habían pasado Coppola o Trueba. «Te codeas con gente muy potente, estás en la misma clase que Coppola o Trueba y con alumnos que tienen un nivel muy alto. Tienes que cumplir con las expectativas. Es un honor tremendo, pero al principio te preguntas ¿Qué hago yo aquí?», bromea.

El son cubano brindó la banda sonora de una aventura de 18 días -en la escuela, las asignaturas son intensivas- que quedó como recuerdo Tiempo, el proyecto con el que los alumnos -llegados desde Argentina, Chile, Colombia y Perú, además de Cuba- pusieron la firma a su trabajo de fin de curso para hablar de la realidad que vive una humilde localidad cercana a San Antonio de los Baños, el Pueblo Textil. «Quisimos hablar de los problemas de los más desfavorecidos y demostrar que el arte cambia el mundo», explica.

En la Capital del Humor -como se conoce a San Antonio de Baños, donde se ubica la escuela- el profesor también disfrutó de una lección. La falta de medios no es una barrera si se conjuga con la ilusión por aprender. «Me ha sorprendido la capacidad de adaptarse a cualquier situación y de resolver los problemas con ingenio. Si no tenían nada se las ingeniaban; en producción, son líderes», asegura.

A pesar de haberse instalado en el plano internacional, el vallisoletano no pierde de vista dónde están sus raíces para no olvidarse de regarlas. Hasta el próximo curso no volverá a Cuba y por delante tiene, aunque escaso, tiempo para apostar por su tierra. «Nuestra labor social consiste en llevar el talento fuera, pero también dentro, para que la cultura llegue a todos», explica. De esta manera, Rodrigo Tamariz regalará este año -gracias al Festival Mapping Me y al Programa Mentor-, un mapping a las localidades castellano y leonesas con menos de 100 habitantes. «Hay que fortalecer el tejido cultural de aquí. Esas personas tienen el mismo derecho de disfrutar de esto que una gran ciudad, porque tienen una historia que contar», asegura. 

¿Qué es el videomapping?

Nadie mejor para explicar qué es el videomapping que la persona que lo introdujo en España. «Es una técnica capaz de dibujar sobre un edificio un Coliseo o un acuario. Son trucos visuales que permiten ver en 3D sin necesidad de gafas», explica Rodrigo Tamariz. Teatro, edificios, presentación de productos o un espectáculo visual para la Copa del Rey de baloncesto -con la firma del vallisoletano la presente- o trucos de magia son algunas pinceladas de la variada paleta cromática que ofrece el videomapping.

Tamariz recuerda que esta técnica que ha eclosionado los últimos años en el terreno artístico es la evolución de sus ancestros, las sombras chinescas que proyectaban imágenes sobre edificios o del efecto ‘Ghost Pepper’, que usaba proyecciones holográficas creadas en, por ejemplo, sesiones de espiritismo. 

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