Diario de Valladolid

159 municipios esquivan el invierno demográfico

Sólo el 7% de las 2.248 localidades de Castilla y León registró más nacimientos que defunciones el año pasado / La mayoría son núcleos residenciales del alfoz, con Arroyo de la Encomienda, ciudad dormitorio por excelencia, a la cabeza

Vecinos del municipio vallisoletano de Arroyo de la Encomienda, el que registró el mayor saldo vegetativo de Castilla y León.-J.M. LOSTAU

Vecinos del municipio vallisoletano de Arroyo de la Encomienda, el que registró el mayor saldo vegetativo de Castilla y León.-J.M. LOSTAU

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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La nueva oleada de datos del INE volvió a certificar esta semana el suicidio demográfico que desangra a Castilla y León. Durante el primer semestre de 2019, el saldo de nacimientos y defunciones mermó la población en 8.007 personas, un nuevo agujero en el padrón que apunta a un nuevo récord a finales de año. Eso está por ver. De momento, el hito está en 2018, cuando el decrecimiento fue de 14.253 habitantes al concurrir el mínimo histórico de nacimientos (15.044 bebés) y el segundo mayor número de fallecimientos (29.297, cinco menos que en 2015).

La demografía autonómica lleva treinta años consecutivos en números rojos. En 1998 se registró el primer saldo vegetativo negativo de una serie estadística que se remonta a 1975. Pero si ponemos la lupa sobre el mapa vemos que algunos municipios ‘se salvan’ de ese invierno demográfico que acecha en mayor o menor medida al conjunto del país.

El año pasado, 159 municipios de la Comunidad (el 7% de los 2.248) registraron más nacimientos que defunciones. Hubo empate en otros 340 (el 15%). Y en los 1.749 restantes (el 78%) ganaron los fallecimientos. Es decir, en casi ocho de cada diez localidades hubo más despedidas que bienvenidas. Y eso sin contar los movimientos migratorios que el Instituto Nacional de Estadística publicará, previsiblemente, esta semana.

Los que registraron incremento demográfico son, en su mayoría, núcleos próximos a las ciudades, receptores de la fuga que registran sin excepción las nueve capitales de provincia. El perfil es el de zonas residenciales del alfoz cuyos vecinos comenzaron a mudarse al albur de la burbuja inmobiliaria que hizo prohibitiva la vivienda en el centro histórico de las ciudades.

El caso más paradigmático es Arroyo de la Encomienda, ciudad dormitorio por excelencia que lleva dos décadas acogiendo vecinos a costa de la capital vallisoletana, aunque muchos de ellos recorran a diario los cuatro kilómetros que les separan de la ciudad para trabajar, comprar o ‘desgastar’ sus aceras.

El año pasado Arroyo fue la localidad con el mayor crecimiento vegetativo de Castilla y León: ganó 199 personas porque los 246 críos que vinieron al mundo contrarrestaron con creces los 47 fallecimientos registrados. La proporción es de cinco nacimientos por cada deceso.

En este municipio abundan las familias jóvenes con hijos y las ‘altas’ contabilizadas en 2018 elevan su población total hasta los 19.632 vecinos, una nueva aproximación al listón de los 20.000 que, de continuar la actual tendencia, alcanzará más pronto que tarde, lo que repercutirá en un incremento de ingresos económicos procedentes del Estado para los ayuntamientos que superan ese volumen.

Similar es el caso de Carbajosa de la Sagrada, uno de los municipios salmantinos beneficiados por la fuerza centrífuga que la capital charra comenzó a ejercer con el boom del ladrillo. El año pasado nacieron en esta localidad 71 niños mientras fallecieron 10 personas. El saldo de esta tranquila localidad situada a siete kilómetros de la Plaza Mayor de Churriguera es de 61 vecinos más, el segundo más positivo de la Comunidad.

31 EN VALLADOLID

De los 225 municipios de Valladolid, 31 registraron más nacimientos que defunciones el año pasado. Tras Arroyo de la Encomienda se sitúa Laguna de Duero, el segundo más poblado de la provincia, por detrás de la capital, donde la población tradicional convive con moradores más recientes. Y los diez siguientes son sin excepción municipios del cinturón metropolitano:Aldeamayor, La Cistérniga, Boecillo, Cigales, Renedo, Santovenia, Zaratán, Cabezón, Villanubla, Simancas y Fuensaldaña. Cierran la lista de municipios en números negros otros núcleos medianos y pequeños que felizmente han registrado en uno o dos nacimientos su dato de defunciones.

27 EN SALAMANCA

La lógica se repite en la provincia de Salamanca. Las localidades con saldos vegetativos más abultados se encuentran en un radio de doce kilómetros desde la capital. Tras Carbajosa de la Sagrada aparecen otros municipios próximos a la ciudad y cuyo skyline dibujan líneas de adosados, como Villares de la Reina, Castellanos de Moriscos, Villamayor, Aldeatejada, Santa Marta de Tormes, Doñinos, Carrascal de Barregas y Cabrerizos.

35 EN BURGOS

Burgos es la provincia que el año pasado registró más municipios con saldo vegetativo positivo. La provincia que tiene más pueblos del país registró más nacimientos que defunciones en 35 de sus 371 localidades.

Arcos, municipio de casi 1.700 habitantes próximo a la capital, lidera el aumento, con 26 nacimientos y sólo tres defunciones el año pasado. Completan el top five Alfoz de Quintanadueñas, Villalbilla, Cardeñadijo y Villagonzalo Pedernales.

26 EN SEGOVIA

Palazuelos de Eresma es el municipio segoviano con mayor incremento demográfico. El año pasado vio nacer a 65 niños al tiempo que despidió a 29 vecinos. El balance, 36 vecinos más para esta localidad de 5.308 empadronados y popularmente conocida por acoger la destilería DYC.

En esta provincia, 26 de los 209 municipios cerraron 2018 con balance demográfico en positivo. Tras Palazuelos, los que más engrosaron su población fueron La Lastrilla y Hontanares de Eresma, éste último con la mejor proporción nacimientos/defunciones de toda Castilla y León: 18 a 1.

El movimiento natural de población también benefició a San Cristóbal y Espirdo, con más de una decena de ‘ganancia’ vegetativa.

14 EN PALENCIA

Villalobón, a cuatro kilómetros de la capital palentina, es el municipio de esta provincia con mejor saldo vegetativo: 25 bebés, tres esquelas, saldo vegetativo 22. Completan el podio Grijota y su joven núcleo residencial en expansión y Villamuriel de Cerrato, donde se encuentra la factoría palentina de Renault.

8 EN ZAMORA

La provincia zamorana es una de las más castigadas por la merma poblacional, no ya de Castilla y León, sino del conjunto nacional. La proporción de nacimientos frente a defunciones es disparada en este territorio: tres muertes por cada nueva vida, a la cabeza de España. Por eso no es de extrañar que sean sólo ocho los pueblos que salgan airosos de la resta en una provincia que tiene 248 ayuntamientos. El mejor dato, el de Morales del Vino, con 23 nacimientos frente a catorce muertes el año pasado.

8 EN SORIA

Similar es el panorama en Soria, otro terreno abonado a la fuga poblacional, con sólo ocho localidades ‘triunfadoras’. Destaca Golmayo, con 26 nacimientos ante catorce decesos. Y completan la lista Aldealafuente, Buitrago, San Pedro Manrique, Arenillas, Matalebreras, La Póveda de Soria y Cidones.

6 EN LEÓN

Sólo seis de los 211 municipios cerraron el pasado ejercicio con saldo positivo en la provincia de León, una de las más afectadas en términos absolutos por la sangría demográfica. La localidad que registró un mejor balance fue Villaquilambre, con 139 nacidos frente a 114 fallecidos, seguida de Sariegos, Santovenia de la Valdoncina, Calberde de la Virgen, Camponaraya y Maraña.

4 EN ÁVILA

Las Navas del Marqués registró el saldo más positivo de Ávila, una provincia donde sólo cuatro localidades ganaron ‘efectivos’ en el balance de nacimientos y decesos del ejercicio 2018.

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