Educar a través de los sentidos

Se abre la puerta de un aula y, al cruzar el dintel, los alumnos se sumergen de lleno en la prehistoria, en la Edad Media o en el espacio exterior. Este viaje en el tiempo no sólo recae en páginas de libros firmados por H.G. Wells o Julio Verne. No es ciencia ficción, es ciencia a secas que el CEIP Lola Herrera quiere llevar a las aulas de su colegio gracias a la creación de un Aula-Teatro Multisensorial en la que los más pequeños puedan aprender con los sentidos como guía.

La quimera de contar con este valioso recurso educativo en un centro con sólo diez aulas es, desde esta semana, un poco más real gracias a la resolución de los Premios Acción Magistral (en el que participaron 350 proyectos de todo el país), donde el proyecto de la docente Sofía Ballesteros titulado ‘Estimulación Sensorial en Aula-Teatro Multidisciplinar. Educar desde los sentidos’ ha sido galardonado como uno de los mejores del país en la categoría Idea Docente.

Después de pasar la primera fase autonómica y las dos partes de la fase nacional (una con una votación pública y otra amparada en el criterio de un jurado), el proyecto de esta profesora vallisoletana ha recibido una inyección de 2.500 euros, lejanos de los 15.000 euros en los que se valora este sueño, incluso de los 4.000 que se necesita para zarpar, pero suficiente para comenzar a poner piedras para construir un recurso educativo del que disfrutarán todo tipo de alumnos.

«El objetivo de crear esta sala es dar respuesta a las necesidades educativas del alumnado. Cada vez nos centramos desde más pequeños en clases magistrales, pero hay estudios que comprueban que cuantos más sentidos estén involucrados en el aprendizaje, más información se retiene. Todos aprendemos más experimentando que escuchando», asegura Sofía Ballesteros, que explica que se han basado en varias teorías científicas, como la de las inteligencias múltiples, para moldear esta idea.

Bajo la premisa de que «el alumno sea el protagonista de su propio aprendizaje», el proyecto del CEIP Lola Herrera da una vuelta de tuerca al concepto de sala multisensorial. «Nosotros queremos hacer una sala-teatro. Las salas multisensoriales están infravaloradas. Sólo están en algunos colegios privados o en colegios de educación especial, porque sólo se centra en alumnos con necesidades especiales derivadas de alguna discapacidad o trastorno. Nosotros queremos que sea para todos», asegura.

«Los mayores beneficiados serán los niños con necesidades específicas de apoyo educativo, porque son los que más necesidades tienen, pero no serán los únicos», explica Sofía Ballesteros. Por ejemplo, si en los alumnos del Lola Herrera estudian la prehistoria podrán oler a tierra mojada, escuchar la naturaleza, tocar paredes rugosas o ver pinturas rupestres. «No queríamos un proyecto que afectara sólo al 10% del alumnado, quería algo que motivara a los alumnos a aprender», sentencia.

El aula de 30 metros cuadrados del colegio tudelano comenzarán pronto a tomar forma. El proyecto dibuja un espacio de ensueño con un tubo de burbujas, piscina de bolas lumínicas y vibratoria, pantalla, un proyector de aura... Pero la falta de presupuesto y, por el momento, de ayudas públicas, obliga a crecer de manera modular con los 2.500 euros otorgados por los Premios Acción Magistral como punto de partida.

«Estamos llamando a muchas puertas, pero nos abren poquitas. Estamos pendientes de empresas particulares y fundaciones. Lo que está claro es que este curso vamos a comenzar con ello. Con presupuesto o sin él lo vamos a sacar adelante. Si no hubiéramos ganado lo hubiéramos hecho de manera casera», asegura Ballesteros, que espera que el segundo trimestre se pueda empezar a trabajar en un aula amueblada, por el momento, sólo por sueños.

El proyecto de esta docente vallisoletana seguirá, no obstante, en la mesa del jurado de otros concursos, con el fin de continuar sumando ayudas que den forma al aula que está en su cabeza.

Todos los profesores del Lola Herrera han mostrado su apoyo a este proyecto y han adquirido el compromiso de formarse para poder exprimir al máximo las posibilidades que ofrece este aula mágica: «Estas salas te dan tanta pluralidad de actividades que se adapta a cada uno. Un niño con hiperactividad va a concentrarse en los estímulos, para un niño ciego es el lugar idóneo, porque es un ambiente protegido... Da respuesta todos, por igual», explica.

Sofía Ballesteros -que ya ganó el premio nacional E-Vocación durante su etapa como docente en Sanchonuño con su proyecto ‘Lo raro sería ser todos iguales’- destaca la importancia de lanzar este tipo de iniciativas en el entorno rural: «Merece más la pena que en un cole de capital. Aunque esté cerca de Valladolid, Tudela es un entorno rural y las posibilidades experienciales de los niños no son las mismas que para un alumno de la capital, para los que todo es más accesible», concluye la profesora.