Diario de Valladolid

LA ENTREVISTA / ÓSCAR PUENTE / ALCALDE DE VALLADOLID

«No haría un superdomingo electoral y creo que la opción se ha desvanecido»

-J.M. LOSTAU

-J.M. LOSTAU

Publicado por
PABLO R. LAGO / FELIPE RAMOS
Valladolid

Creado:

Actualizado:

PREGUNTA.- ¿El Gobierno de Pedro Sánchez no se ha desinflado, no ha quedado como un Gobierno flojo y con poca fuerza política?

RESPUESTA.- Yo creo que no. Creo que es un Gobierno que lo que tiene es un escenario muy complicado. Tiene un elemento de distracción de la agenda política que genera, que es Cataluña, pero es un Gobierno que en muy poco tiempo está haciendo cosas que suponen un cambio muy profundo, como la subida del salario mínimo. Se están adoptando medidas que mejoran la calidad de vida de las personas. Esta agenda, sin duda, sería muy potente de no ser porque hay un elemento tan distorsionador como es Cataluña. En ese escenario es muy difícil gobernar.

P.- ¿Como miembro de la Federal avala que el Gobierno debe continuar y debe agotar la Legislatura?

R.- Yo he sido un defensor de que el Gobierno agote la Legislatura, si puede. Y poder significa el poder implementar medidas de cambio. Si están impedidos para hacer hacerlo, obviamente no tiene sentido el continuar. Yo siempre he sido partidario de que el Gobierno está para gobernar y no para convocar elecciones.

P.- ¿Entra en alguna cábala la posibilidad de un superdomingo electoral?

R.- Pues no lo sé. Es una decisión que le corresponde al presidente del Gobierno. Ha entrado y no sé en este momento en qué situación estará pero tengo la impresión de que es una opción que se ha desvanecido.

P.- ¿A usted le parecería bien? Sería votar casi todo en clave nacional?

R.- Mi opinión ya se la he trasladado al presidente del Gobierno. Creo que mezclar ámbitos no es correcto, entre otras cosas por el discurso que estoy haciendo. Hay que permitir que cada uno se responsabilice de sus cosas. Yo no lo haría.

P.- ¿El secretario general y presidente es consciente de la importancia que tienen estos comicios municipales y autonómicos?

R.- Cómo no. Todos los partidos son conscientes de la importancia que tienen estas elecciones municipales. Es donde se sientan las bases del poder territorial de cualquier partido político.

P.- Los sondeos señalan que, pese al retroceso del PP en Castilla y León, la única ciudad donde ganaría el PSOE es Valladolid. Eso es efecto Puente, evidentemente.

R.- No, no. Los sondeos hay que cogerlos en este país con pinzas. No había ni una sola encuesta que diera que el PSOE iba a perder el poder en Andalucía, ni una. Y, sin embargo, lo ha perdido. Yo me fío más de lo que palpo, de las sensaciones en la calle, las conversaciones, lo que te llega. El clima general. Yo creo que la cosa en Valladolid, más allá de las encuestas y por lo que veo, pinta bien. Ahora, hasta el final nadie es dichoso. Hay que votar y creo que en Castilla y León puede pasar cualquier cosa. Y ahí incluyo que el PP quede desplazado y no renueve. Veo al PP en una situación de debilidad en Castilla y León muy grande, de mucho cansancio. Le veo muy confiado en una inercia que ya no soluciona las cosas. En política las inercias ya no funcionan, la gente se ha vuelto cada vez más exigente con los partidos, es cada vez más libre para elegir y siente cada vez menos vinculación con los partidos. Yo veo al PP en Castilla y León muy confiando en la inercia y la inercia ha durado hasta aquí. Cualquier cosa es posible.

P.- ¿Y al PSOE no lo ve muy confiando en que la inercia del PP le favorezca?

R.- No. El PSOE creo que ha hecho los deberes. Renovó su liderazgo, que le ha permitido que cuaje. Hoy el candidato del PSOE es más conocido que el del PP, por primera vez en mucho tiempo. Hay una oportunidad y tenemos que intentar aprovecharla porque como ésta vamos a tener pocas.

P.- ¿No cree que en Castilla y León puede suceder lo que en Andalucía y los resultados le den a la derecha para gobernar con Vox y, de nuevo, las expectativas del PSOE se queden en nada?

R.- Cuidado, la aparición de Vox puede tener efectos muy diferentes según qué territorios. En Andalucía, la aparición de Vox sumado a la desactivación del voto de la izquierda ha fortalecido la opción del PP. Pero es que aquí puede pasar otra cosa distinta. Aquí puede pasar que la opción de Vox debilite la opción del PP. Vamos a ver qué sucede.

P.- ¿Por qué está usted tan seguro de que no se pueda reeditar un pacto a la andaluza?

R.- Pues porque el voto de Vox en Castilla y León puede ser un voto de castigo al PP. Así como en Andalucía ha sido un voto de reacción para propiciar un cambio, en Castilla y León puede ser un voto de castigo para un Partido Popular muy confiado en la inercia, con un liderazgo débil, muy desgastado por el poder. Lo que sí creo es que se está tratando de establecer un nexo común entre lo que ha pasado en Andalucía y lo que puede pasar en otros territorios y cuidado porque los efectos pueden llegar a ser contrarios.

P.- En esa inercia del PP, ¿qué le penaliza más los 30 años de gobierno o la marcha de una figura tan rutilante como la de Herrera?

R.- Todo suma. Ahora mismo hay una confluencia de circunstancias que no se ha dado antes. Se marcha un líder, no digo incontestable, pero muy cerca de serlo al menos para el electorado del PP y viene uno menos conocido y bastante poco valorado. Hay una situación de desgaste de muchos años de gobierno. Hay una situación de clima de hartazgo con la política, con las cosas que se dan por sentadas. Hay mucho deseo del ciudadano de romper los pronósticos, de ir un poco contra la corriente. La situación que se parece mucho a una tormenta perfecta. Yo si estuviera en la piel del PP estaría preocupado porque soplan vientos de cambio.

P.- ¿No hay un hartazgo de Cataluña, de los independentistas y de que una serie de personas sean capaces de poner en jaque a todo un Estado y a todo un país? ¿Vox no es el reflejo de ese hartazgo?

R.- Hay hartazgo y es evidente. No comparto que el Estado esté en jaque. Quiero recordar que el 1 de octubre de 2017 tuvo lugar un referéndum ilegal en Cataluña y no era Pedro Sánchez quien gobernaba. Que a ese momento se llegó tras seis años de inacción completa, de brazos cruzados. No estamos en una situación de desafío mayor que el que teníamos hace un año, al revés. Las decisiones que se están tomando en Cataluña no van contra la legalidad como sucedió hace un año. Hay quienes creen que hay que intentar reconducir la situación y llevarla de nuevo al diálogo y al entendimiento, y el presidente del Gobierno está en esta opción. Y hay quienes creen que hay que dar un golpe encima de la mesa y parar esto por la vía del 155 y con decisiones como la suspensión de la autonomía. La opción de ser contundente está ahí y siempre se puede tomar. Yo me cargaría antes de razones. Si hay que tomar esa decisión, cuanto más justificada esté mejor.

P.- ¿El crecimiento de la violencia que está habiendo por esos grupos de radicales no es suficiente carga de razones?

R.- El 155 ha estado aplicado en Cataluña y ha habido movilizaciones violentas igual. Tampoco es una garantía de que se vaya a pacificar Cataluña. El aplicar el 155 y suspender la autonomía no es una garantía del orden público y de que no vaya a haber una respuesta. La cuestión es si vamos a encauzarla o la vamos a enquistar.

P.- ¿Con Torra y Puigdemont se puede encauzar?

R.- Es muy difícil. La cuestión es si el Gobierno está pensando en encauzar esta cuestión con Torra o está pensando encauzarla con Cataluña y los catalanes. Cuando uno intenta una estrategia de diálogo, en el fondo se está dirigiendo a toda la población. El mensaje que está intentando trasladar el Gobierno a Cataluña es de entendimiento, no a Torra. Torra y Puigdemont están en una situación de irracionalidad con la que es muy difícil tejer una salida. El pueblo de Cataluña debe entender que con estos líderes no van a ningún sitio y que hay una posibilidad de diálogo con el Gobierno que no están aprovechando.

P.- ¿En esta situación de enconamiento qué parte de responsabilidad le otorga al PP y a Ciudadanos, que cierran cualquier puerta al diálogo y exigen un 155 duro?

R.- Creo que la derecha, sobre todo en los últimos años... Mire, cuando se habla de la Transición se nos olvida que hubo un comportamiento por parte de todos muy responsable, de mucha altura de miras, y en eso hay que incluir a la derecha. Desde la época de Aznar hasta ahora, la derecha cuando está en la oposición utiliza todo de una manera descarnada para desgastar al Gobierno y alcanzar el poder. Lo hemos visto con la política antiterrorista y ahora con la territorial. Al final la derecha se parte en tres pero las mañas son las mismas. Ciudadanos no está demostrando mucha más altura que el PP y no digamos ya Vox. Se dicen cosas como que se está cediendo al chantaje de los catalanes, ¿en qué? En Cataluña, y eso todo el mundo lo sabe, no va a haber una solución que no sea aceptada por todos. Si tiene que haber un cambio estatutario en Cataluña, si tiene que haber una solución, la que sea, tendrá que tener el apoyo del PP y de Ciudadanos. Seguir con la política de la confrontación y que se está cediendo al chantaje es una actitud irresponsable. La solución, la negocie quien la negocie, será avalada por una mayoría amplísima del Parlamento español o no será. Lo que pido es dejar al Gobierno un margen, también, como se dejó el Gobierno de Mariano Rajoy.

tracking