Diario de Valladolid

VÍCTOR CARAMANZANA / PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE COMERCIO E INDUSTRIA

«La despoblación tiene muy poca solución, es necesario apostar por las ciudades»

Manifiesta que su institución «ahora sí que está en condiciones de liderar el futuro de las empresas de Valladolid» / Trabaja para la internacionalización y la competitividad de los negocios

Víctor Caramanzana durante ‘La Quinta Esquina’, programa emitido en La 8 Valladolid.-PABLO REQUEJO / PHOTOGENIC

Víctor Caramanzana durante ‘La Quinta Esquina’, programa emitido en La 8 Valladolid.-PABLO REQUEJO / PHOTOGENIC

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Estibaliz Lera

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El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Valladolid, Víctor Caramanzana, admitió que «la despoblación tiene muy poca solución». Por este motivo, propuso apostar por las ciudades. Es verdad, dijo, que ese éxodo se lleva produciendo desde los años 60, sin embargo, se ha puesto «el foco» sobre ello recientemente. Un problema mundial que vacía el mundo rural de ciudadanos que buscan movilidad, trabajo, ocio, calidad de vida, nuevas tecnologías...

Víctor Caramanzana acudió a la llamada de La Quinta Esquina, programa de La 8 Valladolid en colaboración con EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN y Castilla y León esRadio. En este espacio, dejó claro que la disrupción tecnológica y el medio ambiente pueden dar «una oportunidad» a ciertas partes del mundo rural. Recordó que, por ejemplo, si se valora la calidad medioambiental, «Tierra de Campos cuenta con el aire más puro de Europa». Y no sólo eso, gracias a la biotecnología las personas vivirán más años y su jubilación puede disfrutarse en los pueblos, deslizó. De hecho, puso sobre la mesa un dato alarmante que se desveló en el Foro Económico y Mundial de Davos: el 60% de la población mundial vivirá en ciudades de más de un millón de habitantes en 2050.

Vive en Medina de Rioseco y sabe de lo que habla. Cada día comprueba cómo su localidad pierde vecinos. En su opinión, aunque se implementen más servicios, es «muy complicado» retener a la población que busca una vida diferente. De ahí su propuesta de intentar frenar la emigración a grandes capitales, como Madrid o Barcelona.

De la pérdida de ciudadanos a la desaparición de empresas. En su opinión, cuando se produce una deslocalización, hay que plantearse dos cuestiones. Por un lado, los motivos que empujan ese traslado. Por otro, analizar el balance anual para comprobar el efecto que ha producido su marcha. La cuestión, tal y como expuso, es que de esta manera se podrán poner las condiciones para evitar esas mudanzas. Además, manifestó que Castilla y León debe luchar por la diversidad de empresas para que la pérdida de una se compense con la entrada de otra gracias al ecosistema creado.

Caramanzana se mostró «contento y agradecido» por haber sido elegido por unanimidad. Y es que, según presumió, está al frente de una institución en la que se encuentran las 36 mejores empresas de Valladolid y provincia.

En su mandato se plantea dos cuestiones: la internacionalización de las empresas y la competitividad. Para el cumplimiento de este último reto se apoyará en «tres palancas muy importantes y necesarias»: la formación, la digitalización y la innovación.

No tuvo ningún problema en reconocer que cuando llegó en 2016 la situación económica era «compleja». Ahora, dos años después, afirmó que «la Cámara está en condiciones de liderar el futuro de las empresas de Valladolid». Y lo va a hacer dando «servicios de alto valor añadido» para que puedan competir en el exterior y logren índices de productividad mejores que los que tienen en la actualidad.

En este sentido, comentó que el tamaño de las empresas sí que importa. Aseguró que «los negocios de menos de 50 trabajadores son mucho menos productivos que en cualquier otro país de Europa». «Al crecer en tamaño –prosiguió– pueden llegar a la tecnología, que de otra forma es más complicado».

El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Valladolid rompió una lanza a favor de las empresas, ya que son «las que generan empleo y mantienen el sistema social y de bienestar». Es consciente de que la crisis económica devaluó los salarios. En los últimos tiempos se ha visto luz al final del túnel y los sueldos han subido, sin embargo, sostuvo que el problema no es ese incremento, sino el coste laboral que tiene un trabajador para una empresa que, en ocasiones, supone el 60% de lo que percibe.

Sobre la futura ley de Cámaras de Castilla y León, incidió en que no le gusta, si bien trabajará con ella. Eso sí, la Cámara de Valladolid cuenta con un plan estratégico para avanzar y cumplir sus metas. Unas metas para la provincia en la que se encuentran. Y en la que les gustaría que hubiera salido adelante el soterramiento, «un proyecto de ciudad». A su juicio, esta cuestión tendría que haber sido consensuada por la sociedad, los partidos políticos y las administraciones.

Para Caramanzana, las nuevas tecnologías deben ser compañeras de viaje en esta nueva singladura. Anunció que van a buscar ferias con esta temática y consolidar las actividades en las que ya trabajan.

Rememoró dos pasos muy importantes que ya se han dado: la primera digitalizadora de Castilla y León y los centros digitales para grandes empresas, como Michelin y GKS. A estos se añaden que la Cámara de Valladolid es la única corporación que se encuentra en un consorcio a nivel nacional y que los títulos de máster expedidos por la Escuela de Negocios van acompañados de tecnología blockchain.

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