Herrera aboga por la «voluntad firme» de las Capitulaciones frente a «proyectos anacrónicos»

«No fue casual que el territorio interior de la actual Castilla y León participase, y con gran protagonismo, en aquel hecho histórico». Con estas palabras, el presidente de la Junta viajó 500 años en el tiempo para poner en relieve «un ejemplo de emprendimiento, superación y apertura».

Juan Vicente Herrera recordó la puesta en marcha, bajo la tutela de las Capitulaciones de Valladolid, de una «aventura arriesgada» asumida con «visión amplia y voluntad firme». La confianza depositada en ser «capaces de sacarla adelante con éxito» respaldó el sentimiento de caminar en la «dirección correcta» para «abrir nuevos espacios» de conocimiento, relación e intercambio en pro del progreso y el bienestar. «Justamente lo opuesto a esos proyectos anacrónicos que hoy pretenden, falseando además la historia, crear nuevas fronteras y separar sociedades, o levantar nuevos muros culturales y económicos entre ellas», sentenció.

Para el líder regional, la presencia de los monarcas llenó de «gran simbolismo y significado» el acto conmemorativo las «principales decisiones de la expedición» y en el que el Tratado de Tordesillas también tuvo protagonismo. «Fue el testimonio que fijó el tablero de juego marítimo y terrestre en el que había de desarrollarse luego la aventura de Magallanes y Elcano», apreció el líder regional.

Herrera subrayó la «destacada fortaleza» que las tierras castellanas y leonesas reunían desde la perspectiva económica del proyecto, donde recalcó la personalidad del burgalés Cristóbal de Haro, «fundamental en la financiación y puesta en marcha del mismo».

El presidente de la Junta de Castilla y León puso el acento en los «importantes centros de ciencia y de saber» que la Comunidad brindó a la expedición, como la Universidad de Salamanca. Asimismo, apuntó que el «humanismo científico» de la ciudad charra se convirtió «en el motor de una auténtica revolución cosmográfica» en la destacaron, a su juicio, figuras como Núñez de la Yerba, Nebrija, Margallo, Pérez de Oliva o Jerónimo Muñoz.

Herrera concluyó su intervención reiterando que la presencia de los reyes supuso ayer, cinco siglos después del acto formal que inició la gran gesta de la primera vuelta al mundo, un «motivo de alegría» para Valladolid y la Comunidad. «Nos reafirma en unos valores con los que supimos construir nuestro pasado, en el que si duda es uno de los momentos estelares de la humanidad; pero que son también, y por encima de todo, valores actuales de futuro», aseveró.

La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, recordó que el contrato suscrito hace cinco siglos otorgó a Magallanes, y a su socio Ruy Falero, una «serie de beneficios» si tenían la fortuna de descubrir durante su expedición «ricas especierías y otras cosas» así como «los títulos de gobernadores de dichas tierras e islas».

Cospedal insistió en que la hazaña naval fue «una de las empresas más extraordinarias de la historia» y también hizo referencia al Tratado de Tordesillas al matizar que se efectuó «guardando la más escrupulosa vigilancia a la legalidad internacional».

La titular del Ministerio de Defensa matizó que la primera vuelta al mundo no fue «un hecho concreto» sino que se enmarcó «en un proceso de globalización protagonizado por España». Cinco siglos después, Cospedal consideró que esta epopeya «debe servir de acicate e inspiración a los españoles en la lucha por el porvenir».

Las virtudes de Magallanes, Elcano y todos los navegantes que protagonizaron aquella «proeza» que dejó patente el «papel preponderante de España en la historia universal» continúan hoy en día presentes, a juicio de Cospedal, en los marinos y militares del país. Así, sentenció que las Fuerzas Armadas son herederas de «ese carácter expedicionario»