Diario de Valladolid

Un ‘cole’ para la I+D+i pedagógica

La cooperativa El Majuelo proyecta una nueva escuela de innovación educativa para niños de 3 a 6 años dentro del PRAE y con el auspicio de la Facultad de Educación de la UVA

La futura escuela se ubicará dentro del Centro de Recursos Ambientales, el PRAE, y los niños dispondrán de sus bosques y lagos para su aprendizaje.-EM

La futura escuela se ubicará dentro del Centro de Recursos Ambientales, el PRAE, y los niños dispondrán de sus bosques y lagos para su aprendizaje.-EM

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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El próximo curso abrirá en Valladolid una nueva escuela pionera para niños de entre tres y seis años donde se aplicarán las llamadas ‘pedagogías activas’, una corriente de renovación educativa que concede al alumno mayor protagonismo, basada en el aprendizaje autónomo y significativo del niño, prestando especial atención a su motivación en cada momento y dejando que su proceso evolutivo marque el ritmo.

Será un centro privado y laico que seguirá los postulados de la filosofía Montessori. Pero irá mucho más allá de ese ‘certificado’, enriqueciéndolo con otras herramientas que apuestan por el respeto a la naturaleza, la sostenibilidad, la creatividad, las inteligencias múltiples, el trabajo con las emociones. Y todo ello a través del juego, el movimiento, la música, el arte.

Se llamará El Majuelo y tiene tres ‘padres’. Por un lado, está promovido por la cooperativa del mismo nombre fundada ex profeso para sacar adelante este proyecto. Lourdes Peña Almeida, impulsora hace una década de la escuela infantil Cocoricó, busca ahora extender su bagaje y su pasión al siguiente ciclo formativo. En la futura escuela se mantendrá el principio de que «el niño es el protagonista, no para adquirir conocimiento sino para construirlo». «A veces la educación impone un ritmo rápido porque hay que hacer no sé cuántas fichas», indica, dando más importancia a la necesidad de «profundizar».

Al igual que sucede en su ‘guardería’, en las clases de la futura escuela los pequeños no estarán divididos estrictamente por su año de nacimiento, sino «por su momento evolutivo».

Los otros dos padres son la Universidad de Valladolid y el PRAE, el Centro de Recursos Ambientales adscrito a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, que cede los terrenos para acoger esta escuela.

El proyecto se ubicará dentro de las instalaciones del PRAE. En los próximos meses, se rehabilitará un espacio dentro de este complejo, con criterios de bioconstrucción y eficiencia energética, matiza Toni Aragón Rebollo, coordinador del PRAE. Para ello, se usarán fondos europeos del programa Biourb Natur, enmarcado dentro de los Interreg.

Además, los alumnos usarán las propias instalaciones del centro ambiental. Los alumnos disfrutarán del recreo (que aquí no tiene un horario fijo) en este «privilegiado» entorno natural, rodeado de vegetación y lagos, algo que entronca con los llamados ‘Bosque Escuela’, otra corriente de renovación educativa.

En ningún caso será un colegio al uso. De hecho, ni siquiera podemos llamarlo colegio al no contar con la homologación del sistema oficial. No siendo obligatoria la escolarización hasta los seis años, no necesita ese ‘título’ para funcionar. Lo que no significa que los alumnos no vayan a adquirir los mismos conocimientos que los marcados para este ciclo, el equivalente a los tres cursos de Educación Infantil.

La inversión para el equipamiento y dotación de materiales ronda los 40.000 euros. A partir de ahí, el funcionamiento será autogestionado y se financiará con las aportaciones de las familias. Aunque se trata de un proyecto de gestión privada, los promotores no quieren que se convierta en un «centro elitista». Y estudian establecer becas en el futuro para familias con menos recursos.

Si el proyecto se consolida, a medio plazo no descartan crear el ciclo de Educación Primaria, que permitirá a los niños que estrenen esta escuela continuar con el mismo proyecto pedagógico.

De momento, para su estreno, la escuela ha marcado un cupo máximo de 36 alumnos para el próximo curso, cumpliendo con un ratio de doce niños por educador de referencia. En total, siete docentes capitanearán el proyecto.

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