Diario de Valladolid

El Ayuntamiento exigirá igualdad salarial para contratos con empresas

Puente marca la acreditación de sueldos equitativos como «requisito ineludible» para negocios con el Consistorio / Soto alega que las Administraciones públicas deben «dar ejemplo» en esta lucha

Las manifestantes de Valladolid con carteles reivindicativos en los que piden igualdad y respeto.-PABLO REQUEJO

Las manifestantes de Valladolid con carteles reivindicativos en los que piden igualdad y respeto.-PABLO REQUEJO

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Elsa Ortiz

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El jueves fue un día histórico. Sin ellas, el mundo se paró y un clamor masivo contra la discriminación de género invadió las calles de Valladolid, como en otras tantas ciudades. Las mujeres hablaron. Lo hicieron alto y claro. Derechos, independencia, libertad y respeto conformaron su grito de guerra.

Un grito que todavía ayer retumbaba cuando el Ayuntamiento vallisoletano reiteró su compromiso con esta lucha feminista. Su dirigente recordó que, en la antesala de la manifestación, ya anunció la inclusión en los pliegos de «exclusiones» o «limitaciones» de contratación con «empresas que no respeten una igualdad salarial para hombres y mujeres en los mismos puestos de trabajo». Óscar Puente aseveró que en estos momentos «se están elaborando con arreglo a la Ley de Contratos para que el Ayuntamiento de Valladolid no cuente con compañías que no respetan este principio».

Esta fórmula municipal para la eliminación de la brecha salarial es, a juicio del regidor, «un paso importante» en materia social. Asimismo, Puente incidió en que se trata de una «muestra» de cómo el Consistorio vallisoletano «práctica la igualdad de género no solo de puertas para adentro, donde la distinción de sueldos no se produce; sino que lo hace también de puertas para afuera al exigir esta condición».

El alcalde de la ciudad del Pisuerga estimó que esta tarea «no será fácil» puesto que las propias empresas deberán «acreditar cómo están contratando y qué sueldos están pagando». A pesar de ello, el primer edil subrayó que será «un requisito ineludible para trabajar con el Ayuntamiento de Valladolid».

«Dar ejemplo»

Esta nueva exigencia del Gobierno municipal es, a juicio de la concejala de Igualdad, un paso más para continuar progresando en la lucha. «Las Administraciones públicas somos quienes debemos dar ejemplo contando con aquellas compañías que verdaderamente van avanzando en este tema», concretó Victoria Soto.

El Consistorio vallisoletano incluye en sus contratos, tal y como explicó, «cláusulas de tipo social» en las que valoran si la empresa cuenta con «trabajadores en riesgo de inclusión o con cualquier tipo de minusvalía, por ejemplo». Otro de lo asuntos que se controla, según matizó Soto, es que el negocio se acoja al convenio colectivo que le corresponda. «Si hay una empresa que no asume su cumplimiento, se la excluye», apremió. Ahora, una de las cláusulas sociales contempla la igualdad salarial. «Es una mejora que introducimos», sentenció la edil.

Como en el resto de casos expuestos por la concejala, esta situación también se debe demostrar con «la presentación de varias nóminas igualitarias, una declaración jurada o una cláusula propia de la compañía».

Soto reconoció que se trata de un proceso «más complicado que el de probar que dentro de una plantilla hay cinco personas, con nombres y apellidos, que tienen una determinada minusvalía». Sin embargó, reafirmó que ahora «se está estudiando la fórmula más adecuada para lograr ese control en las empresas de que un hombre y una mujer cobran lo mismo al desempeñar funciones idénticas».

Manifestación

La multitud que copó una jornada histórica de reivindicación a favor de una sociedad con mujeres y hombres iguales se escapa a cualquier cálculo. La Coordinadora de Mujeres cifró en 20.000 el número de personas que tomaron las calles de Valladolid durante la protesta feminista. La subdelegación del Gobierno rebajó esta cantidad al hablar de 14.000 participantes. El Ayuntamiento de Valladolid, por su parte, renunció a dar un número aproximado.

«Nos parece que es un tema tremendamente vidrioso, problemático y que a veces no es muy bien entendido por la ciudadanía», reconoció su regidor. Óscar Puente fue un poco más allá y admitió que el cálculo ofrecido por la subdelegación del Gobierno le pareció «francamente muy escasa para lo que se pudo ver en las calles». Así, recordó que otras ocasiones «con muchos menos» manifestantes se proporcionaron «cifras mucho más altas».

A pesar de mostrar su desacuerdo, Puente insistió en que el Consistorio prefiere mantenerse al margen de las estimaciones. «Nosotros no queremos incurrir en ningún tipo de controversia sobre este tema y, por ello, hemos decidido no dar cifras de asistentes», concluyó.

Con cifras o sin ellas, la mujer se convirtió el jueves en la protagonista principal de una manifestación que hizo historia. Un día en el que dejaron claro que quieren ser libres y no valientes, que las labores domésticas no son exclusividad suya y que deben tener las mismas oportunidades laborales que los hombres. Una jornada en la que reafirmaron la fuerza del sexo femenino. Porque como clamó uno de sus eslóganes: «Si no luchamos nosotras, no lo hará nadie».

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