Confiesa haber matado a su madre en su casa tras intentar suicidarse

Un vallisoletano de 38 años, César F.M. fue detenido ayer en Benidorm (Alicante)tras confesar que había asesinado a su madre, Sacramento Martínez, de 73 años, en el domicilio de ambos, situado en el 4ºH del número 15 de la calle Federico Landrove Moiño, en el barrio de Parquesol.

La revelación del trágico suceso fue casi fortuita y a 654 kilómetros de distancia, ya que la Policía tuvo conocimiento del homicidio cuando acudió a socorrer a César F.M. después de que éste intentara suicidarse sin éxito en el Hotel Bali de Benidorm, al parecer, con una ingesta de barbitúricos, según informaron fuentes de la investigación.

Fue en ese momento, balbuceando, cuando confesó que había intentado la autolisis porque había matado a su madre. La providencial intervención de los agentes se produjo a las 13.30 horas en el citado establecimiento de cuatro estrellas sito en la calle Luis Prendres de la localidad alicantina.

Según recibió el Cuerpo Nacional de Policía esta revelación, las patrullas volaron al domicilio de Parquesol. Llegaron a las 14.15 horas y confirmaron la veracidad de su confesión. La madre estaba sin vida en cama, aunque a primera vista no presentaba ningún signo de violencia externo:ni disparos, ni heridas de arma blanca, ni golpes ni hematomas propios de estrangulamiento.

Con los agentes se desplazó un médico forense, un equipo de Policía Científica y la comisión judicial para el levantamiento del cadáver, que fue conducido al Instituto Anatómico Forense, casi al mismo tiempo en que el titular del Juzgado de Instrucción número 2, en funciones de guardia, decretaba el secreto de sumario. La causa de la muerte y también la data se conocerán cuando se le sea practicada la autopsia al cadáver.

Área de psiquiatría

Mientras, el autor confeso del crimen era trasladado al Hospital Comarcal de Marina Baixa, en la Vila Joiosa, donde inicialmente fue atendido en el Área de Psiquiatría, para ser trasladado posteriormente a los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional en Benidorm, donde permanecía detenido a última hora de ayer.

Como suele suceder en estos casos, en el bloque 15 de Federico Landrove, reinaba ayer la incredulidad entre los vecinos. Más aún. Una vecina de rellano se enteró a las 19 horas, por este diario, que César había confesado el homicidio de su madre. «¡Dios mío! ¡No puede ser!», exclamó al oir la noticia. Esta vecina, como los demás residentes, coincidieron en describir a la víctima y a su hijo, el detenido, como una familia «normal», que nunca dio que hablar.

Sacramento y César, el menor de sus tres hijos, vivían solos en el 4º H, un piso en propiedad de 90 metros. Hasta hace un año falleció el padre, arquitecto, y pocos meses después la madre sufrió un ictus que le dejó postrada en silla de ruedas. El hermano de César, fisioterapeuta deportivo, que vivió en el 3º Hse había marchado también a vivir a un chalet, después de tener gemelos, según informaron los vecinos. Y en esta casa vivía César F.M., soltero y en situación de desempleo,cuidando de su madre. Los vecinos comentaron que era frecuente verle acompañando a su madre para ir en taxi a la rehabilitación. Sacramento llegó a pasar una temporada en una residencia, pero pidió volver al piso de Federico Landrove. En esta casa era ayudada también por una asistenta que acudía varias horas a la semana. Una trabajadora que aportó ayer el dato de que hace muy pocos días la madre estaba bien, lo que ayudará a perfilar la fecha precisa de la muerte.

«A ver si trabajo porque esto no puede seguir así»

Asegura una vecina de César F.M. que hace poco se cruzó con el detenido y éste le confesó que estaba deseoso de dar un nuevo rumbo a su vida. «Me dijo: ‘A ver si encuentro trabajo, porque esto no puede seguir así», recordó. La conversación no salió por nada conflictivo, ni por una mala relación con la madre. Nadie en el bloque oyó nunca un grito, ni un mal modo, ni una discusión entre madre e hijo. Otro residente en el edificio señaló que quizá César, «una chaval muy tímido, como muy parado», se vio «sobrepasado» por dos desgracias simultáneas: la muerte de su padre y el ictus de su madre, que le dejó casi sin habla y en situación de gran dependencia. Todo un cambio en doce meses, ya que los vecinos recordaban al matrimonio, muy animado y con solvencia económicas demostrar una querencia a tomar el vermut. «Ella era muy fumadora y yo le decía que lo dejara, que era muy mayor», apuntaba ayer una vecina sanitaria.

El presunto homicidio de Parquesol se produce un mes después del crimen de Medina del Campo, cometido por Miguel Ángel Rodríguez, ‘El Terre’. Este músico de rock se encuentra en prisión acusado de la muerte por arma blanca del joven de 26 años José Manuel Gutiérrez, compañero de su mujer Pilar V. V., de 39, ocurrida el pasado 27 de diciembre.

Para encontrar el último homicidio en la capital hay que remontarse al caso de la niña Sara, que falleció víctima de malos tratos y abusos sexuales. Por estos hechos permanecen en prisión a la espera de juicio, a Davinia M.G., madre de Sara, y el compañero sentimental de ésta, Roberto H.H. La menor fue trasladada en parada cardiorrespiratoria al hospital cuando estaba en casa a cargo de éste último.