Diario de Valladolid

Intentan una estafa de 10.000 euros con un falso secuestro telefónico

La madre contactó con la Policía y ésta averiguó que su hijo se hallaba perfectamente en el instituto

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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La vecina de Valladolid María Luisa M.P. fue víctima de un falso ‘secuestro exprés’ perpetrado, presuntamente, por una banda que contactó con ella vía telefónica para amenazarla con matar a su hijo, de 15 años, si no pagaba de forma inmediata un rescate de 10.000 euros. Aunque todo quedó finalmente en un susto, la víctima tuvo que ser atendida en el Clínico tras sufrir un cuadro de ansiedad, informa Europa Press.

Se trata del quinto falso rapto denunciado en Valladolid en el plazo de cuatro meses –por fortuna en todos los casos sin pago de rescate– por lo que la Policía hizo ayer un llamamiento para «desconfiar» de las llamadas, siempre al teléfono fijo y a colgar inmediatamente cuando anuncien el falso rapto. Las llamadas suelen realizarse desde Chile, incluso desde cárceles andinas–, aunque los extorsionadores cuentan con colaboradores en Valladolid para hacerse con el rescate.

El último caso ocurrió el pasado lunes. La que iba a ser una plácida tarde se convirtió en todo un calvario para esta vecina del barrio de Las Delicias, de 47 años y auxiliar de enfermería, cuando minutos antes de las 16.00 horas sonó su teléfono fijo y al cogerlo escuchó los gritos de «¡mamá, mamá, socorro, auxilio!» procedentes de un niño que creyó que era su hijo Diego, de 15 años.

«¡Qué te pasa Diego!», fueran las primeras palabras que pudo balbucear Marisa, que, en declaraciones a Europa Press, explica en ese mismo instante los gritos del niño pasaron a un segundo plano puesto que al otro lado del teléfono se puso un hombre que, en perfecto español, se presentó como integrante de una «peligrosa banda de rumanos» que mantenía retenido al menor, atado por el cuello y con un cuchillo preparado para quitarle la vida.

Le pidió el pago de un rescate de 10.000 euros o que bajara a la calle con la cartilla o todo aquello que tuviera de valor porque alguien se pasaría a por ello, recuerda aún afectada Marisa, quien apunta que los secuestradores también le llamaron entonces al teléfono móvil y le conminaron a mantener operativos ambos aparatos, a fin de mantenerla incomunicada y evitar así que pudiera dar parte a la policía.

Sin embargo, la mujer, tras fingir que se le iba a apagar el inalámbrico del fijo por falta de batería, consiguió primero utilizar dicho aparato para llamar a su hija Marta, de 19 años, que, para su alarma, le comunicó que no se encontraba con Diego, y acto seguido se puso en contacto con la Policía Nacional, que le dio una serie de indicaciones mientras ella seguía hablando con su interlocutor a través del móvil.

Marisa mantuvo la conversación con el supuesto secuestrador, hasta que un agente comprobó que su hijo se encontraba en perfecto estado en el IES José Zorrilla, en la Plaza de San Pablo, donde cursa estudios de 4º de la ESO, y todo ello tras una conversación de cerca de cuarenta minutos en los que la mujer tuvo que soportar las continuas amenazas de muerte hacia su hijo e infinidad de insultos al percatarse su interlocutor de que la víctima, al tiempo de hablar con él, estaba en línea directa con la policía.

Los falsos secuestradores se pusieron incluso en contacto telefónico con el exmarido de María Luisa para, también sin éxito, pedirles un rescate tras asegurar que tenían retenidos a sus dos hijos. Tras lo ocurrido, la afectada sufrió un ataque de nervios y tuvo que ser trasladada hasta el Hospital Clínico para recibir asistencia sanitaria.

Las investigaciones policiales, una vez que denunció los hechos este martes en la Comisaría de Delicias tras recuperarse del trance sufrido, han permitido averiguar que las llamadas fueron efectuadas desde Chile, sin descartarse que el autor pudiera estar compinchado con otros en Valladolid dado que en momento alguno se pidió a la víctima que efectuara una transferencia y sí que bajara a la calle con el dinero u objetos de valor que alguien pasaría a recoger.

«La verdad es que ves y escuchas este tipo de cosas en los medios pero nunca piensas que te va a pasar a ti. Todavía no me he recuperado del susto», declara María Luisa aún estremecida.

El anterior caso se produjo el pasado 15 de diciembre, cuando un matrimonio de Valladolid recibió una amenaza similar al teléfono fijo. La jugada se aderezó con un grito de ‘mamá, estoy secuestrada’ al otro lado de la línea. Los padres tenían que pagar 10.000 euros si no querían que su hija muriese. El pago se abortó. Cuando el padre iba a hacer la transferencia, los agentes llegaron al banco y le comunicaron que su hija, que vivía en Madrid, estaba perfectamente.

Veinte días antes, la Policía Nacional de Valladolid lanzó un comunicado advirtiendo de que hasta tres familias residentes en la ciudad habían sido víctimas de esta estafa telefónica. Para evitar caer en la estafa, la Policía recomienda a la persona que recibe la llamada que corte la comunicación, ya que lo que intentan los autores es retenerla el máximo tiempo al teléfono mientras que la mantienen incomunicada. Otra regla de oro es comprobar acto seguido que el supuesto secuestrado se encuentra en perfecto estado y, finalmente, denunciarlo.

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