Diario de Valladolid

Sucesos

Cae una banda que cometió 41 asaltos a bares de cinco provincias

Los cuatro detenidos vivían en Valladolid, donde cometieron 21 robos L El resto los perpetraron en Burgos, Ávila, Salamanca y Palencia L La Benemérita busca a un quinto, también acusado de un homicidio en Sevilla

Guardias Civiles inmovilizan a uno de los detenidos en un piso de la calle Hermanos Cossío de Huerta del Rey.-E.M

Guardias Civiles inmovilizan a uno de los detenidos en un piso de la calle Hermanos Cossío de Huerta del Rey.-E.M

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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Superprofesionales en el oficio de reventar puertas de entrada de bares y restaurantes, paso previo a emplearla a mazazos para llevarse de cuajo cajetines de máquinas tragaperras, de tabaco y cajas registradoras. Solo dinero. En menos de tres minutos y con la sangre fría de operar bajo el pitido ensordecedor de las alarmas. Luego, a por otro establecimiento –llegaron a cometer hasta seis asaltos en una noche– y vuelta a casa a 180 kilómetros por hora en coches robados y con matrículas falsas.

Así de expeditos eran los componente de la banda que la Guardia Civil detuvo el pasado viernes en el marco de la operación ‘Porreco’, bautizada así por la querencia de sus componentes por el consumo desorbitado de hachís.

Un grupo, afincado en Valladolid y formado por cinco miembros que, según el teniente coronel jefe de la Comandancia de Valladolid, Juan Miguel Recio, se ha dedicado a delinquir la mayor parte de su vida, y que había entrado en la frenética espiral de asaltar bares, restaurantes y gasolineras desde el pasado mes de junio, con un botín estimado en unos 40.000 euros.

Y para ello no hacían ascos a ningún territorio, ya que dejaron su violenta firma en cinco provincias de la Comunidad. De los 41 robos con fuerza esclarecidos –se les imputa también otros cuatro delitos–, 11 fueron cometidos en Burgos, seis en Ávila, dos en Salamanca y uno en Palencia, aunque dejaron para Valladolid el grueso del trabajo: 21 golpes, todos nocturnos, y preferentemente los jueves y los domingos por tratarse de días como mayor recaudación en las máquinas tragaperras.

En concreto, dejaron su tarjeta de visita en 21 establecimientos deArroyo de la Encomienda (ocho asaltos), La Cistérniga (4), Renedo (2), Zaratán, Viana, Portillo, Tudela, Villanueva, Valladolid (barrio de Puente Duero) y La Pedraja.

La Benemérita, no sin un sigiloso operativo de vigilancia, logró detener el pasado viernes a cuatro de los cinco componentes en dos pisos de Huerta del Rey.

Fue al día siguiente de que cometieran sus últimos golpes justo la noche anterior en Tudela y La Pedraja. Los agentes les esperaron en la rotonda de Puente Duero, pero hicieron un trompo, se estrellaron y salieron huyendo a pie por el Pinar. La acción policial, con todo, surtió efecto. En el Seat Córdoba en el que viajaban, los agentes hallaron cajetines de máquinas forzadas, 1.037 euros en billetes y monedas, gorros, bufandas y herramientas como picos, mazos y uñas.

El quinto miembro, que se fue esa noche a un piso de Pajarillos, está en busca y captura por estos hechos, una requisitoria más a sus espaldas, ya que está acusado también de un presunto homicidio en el transcurso de un tiroteo en la barriada sevillana de las Tres Mil Viviendas.

Los detenidos, todos ellos con numerosos antecedentes por delitos contra la propiedad, son V.V.M., de 30 años, quien ingresó en prisión tras declarar ante el titular del Juzgado de Instrucción 1. El juez dejó en libertad a M.Q.D.L.D., de 28 años y a J.A.J.J., de 24. Estos dos últimos, más el que ingresó en prisión –todos ellos detenidos en una vivienda de la calle Hermanos Cossío de Valladolid– y el huido eran los que intervenían directamente en los golpes.

Otro arrestado es L.A.R.D., de 45 años, con un papel de colaborador. Percibía 100 euros al mes de la banda por realizar el tan viejo como inútil truco de prestarles su vehículo, un Seat Córdoba, utilizado en los asaltos, y luego acudía a denunciar que se lo habían sustraído para echar balones fuera por si venían mal dadas.

El recurso a esta burda treta lo compatibilizaron con el robo de vehículos de alta gama a los que colocaban luego placas falsas. El primero un Volskwagen Golf, lo baquetearon en varios robos hasta que lo dejaron abandonado en el campo y a un Audi le dieron pasaporte quemándolo. El último que utilizaron, un BMW, lo abandonaron también pero antes lo rociaron con un extintor de incendios para borrar todas las posibles huellas.

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