Una jornada intensa para decidir el futuro

El día amanecía fresco y soleado en Valladolid, con los termómetros marcando doce grados a la vez que se abrían las urnas de las 656 mesas de la capital sin incidencias reseñables. La tónica que se iría consolidando durante toda la jornada sería la amplia concurrencia a los colegios electorales, con el comentario “hay muchísima gente” saliendo de la boca de todos los procuradores e interventores que comentaban entre sí el devenir del día.

En Huerta del Rey, desde las nueve menos cuarto de la mañana los primeros votantes se agolpaban ya a las puertas del Colegio Público Francisco Giner de los Ríos, aguardando pacientemente la apertura de puertas, aunque un retraso de quince minutos hizo que el personal se comenzara a impacientar mientras terminaban de configurarse las mesas ante las “muchas ausencias” de los titulares.

Julián y su esposa Nuria eran los primeros de una amplia cola, que contemplaban las carreras de última hora de los apoderados de diferentes partidos a la espera de poder depositar su voto “con ansia”, tanto por dejar los deberes hechos pronto como por poder escapar al pueblo a vivir relajados la jornada del domingo.

En ese mismo centro, una hora después, el candidato número uno del PSOE a las Cortes por Valladolid, Javier Izquierdo, depositaba su voto instantes después de que la mujer que le precedía saliera de la sala pies en polvorosa al ver el despliegue de medios que seguían al aspirante: “¿Quién es ése señor?”, preguntaba sin querer volver la cabeza.

En Las Cortes, cuyo hall se habilitó nuevamente para los vecinos de Villa del Prado, las familias jóvenes, los carritos de bebé y los niños correteando por las instalaciones eran la tónica habitual. Eduardo, por ejemplo, acudía con sus hijos Cristina y Eduardo para que pudieran conocer de primera mano la fiesta de la democracia. Ella, Cristina, venía sobre aviso y con ilusión después de que en el centro donde estudia, el CEIP Melquíades Hidalgo de Cabezón de Pisuerga, esta misma semana celebraran sus propias elecciones 'municipales' y salió elegida “concejala de Manualidades”.

El cambio de adscripción de colegios en función de las calles de residencia que se ha realizado en estos comicios hizo que muchos votantes tuvieran que cambiar de destino para ejercer su derecho al voto, y más de dos y más de tres tuvieron que reorientar sus pasos tras constatar que habían errado al dirigirse a un centro equivocado. Además, en cumplimiento de la Ley de Protección de Datos éstas han sido las primeras elecciones en las que las habituales listas donde confirmar la mesa de turno de cada votante brillaron por su ausencia, con lo que en muchos casos era habitual ver un peregrinaje papeletas en ristre por todas las mesas de un colegio hasta encontrar la apropiada.

Resignación en las mesas

Entre los integrantes de las mesas, la resignación fue una vez más el sentimiento más extendido, como le sucedió a Óscar Mena en la Casa de Cultura de La Flecha, donde tendrá que pasar el domingo al completo ejerciendo como vocal, mientras su hijo Hugo, de apenas siete años, disputa en la categoría Sub 8 el Campeonato de España y el Torneo Nacional de Rugby en las categorías base que ayer y hoy tiene lugar en Valladolid. Un cambio de planes como el que le tocó improvisar a última hora a Roberto Gutiérrez en el Club Social de la Urbanización Santa Ana, con las mesas ubicadas entre la cafetería y el spa anejo: “Segundo suplente del presidente, ése era yo, y al final han empezado a fallar todos y aquí me toca estar. Me ha tocado anular un partido de tenis que tenía ahora a media mañana”, contaba a Ical mientras entraban por la puerta Javier y Beatriz, dos ciclistas ataviados como tales que entraban al local antes de disfrutar de una mañana deportiva por el pinar de Antequera.

A lo largo de la mañana, en varias ocasiones las urnas han tenido que salir a la calle ante la imposibilidad física de algunos votantes para acceder a los recintos. Así sucedió en el Colegio Santa Teresa de Jesús, en pleno centro de la ciudad, con una anciana en silla de ruedas que no hubiera podido ejercer su derecho de ningún otro modo, mientras en el interior el candidato a la Alcaldía por el PSOE, Óscar Puente, se las veía y se las deseaba para que su papeleta cayese al interior de la urna correspondiente: “Espero que no sea un mal presagio...”, deslizaba.

Otra de las curiosidades se vivió en el Colegio de las Agustinas de Valladolid, donde el secretario provincial del PP de Valladolid, Jesús Julio Carnero, y el número uno a las Cortes por Valladolid, Ramiro Ruiz Medrano, tuvieron que coger en volandas a otra mujer para subir unas escaleras, que cojeaba ostensiblemente tras un accidente doméstico.

La jornada evolucionaba con una ligera subida de las temperaturas hasta los 16 grados y sin que el traicionero viento cesara, conforme se acercaba la hora del vermú, que tradicionalmente conlleva la mayor concentración en las urnas, en una tradición, la del voto, que servirá para decidir el futuro político de Castilla y León y de los municipios de sus nueve provincias durante los próximos cuatro años.