Diario de Valladolid

LA ESPUELA: INÉS RODRÍGUEZ HIDALGO, Directora del Museo de la Ciencia

«No se puede ser culto sin tener ni idea de ciencia»

«Ponme los dos apellidos, que tengo madre», solicita. Astrofísica y pianista. Racional pero apasionada. Positivista y positiva. Salmantina de nacimiento, vivió 23 años en Canarias. Hace seis aterrizó en Valladolid

INÉS RODRÍGUEZ HIDALGO, Directora del Museo de la Ciencia-Pablo Requejo

INÉS RODRÍGUEZ HIDALGO, Directora del Museo de la Ciencia-Pablo Requejo

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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Antes de comenzar la entrevista advierte de que no es uno de esos opinadores profesionales de las tertulias y que prefiere no dar su visión sobre asuntos ajenos a su campo. Claro, lo suyo es hablar con rigor científico.

P.- Algunos nacen con estrella y otros, estrellados. ¿Cuál es su caso?

R.- Ninguno, porque no me creo eso. Uno nace con un bagaje genético. Y luego está la educación, el entorno y la suerte. Si yo hubiera nacido 3.000 kilómetros al Este, en Afganistán, ahora mismo no estaría hablando con usted. ¿Eso es estrella o estrellado?

P.- Su especialidad es el sol.

R.- Sí, por azar. En la facultad todos los astrofísicos quieren hacer cosmología: el origen, el destino del universo, las galaxias [con voz grandilocuente]. Pero me concedieron una beca para hacer física solar y me enamoré del asunto. El sol es un gran desconocido, una estrella apasionante donde suceden un montón de fenómenos interesantísimos.

P.- ¿Y el trabajo nunca le ‘quema’?

R.- Todos los días, pero como decía un eslogan de la ONCE ‘son tiempos duros, aunque no tan duros como nosotros’. Soy una optimista compulsiva.

P.- A la playa, bajará con sombrilla.

R.- No soy muy de playa, pero claro que hay que protegerse. Yo me tengo que poner ‘factor burka’ porque soy muy blanca. 

P.- En inversión en investigación, ¿a cuántos años luz está España de la media europea?

R.- Lamentablemente a muchos. Esta semana leía que el 46% del presupuesto de I+D+i no se ha gastado. Si invertimos poco y encima luego no se gasta...

P.- ¿Estrella polar, brújula o GPS?

R.- Obviamente GPS, es lo más últil. Las otras son el resultado de la aventura del ser humano por orientarse en el mundo. Y afortunadamente ninguna invalida la anterior, simplemente la mejora.

P.- ¿Qué falsa creencia científica le irrita especialmente?

R.- Hay unas cuantas. La homeopatía, el agua con ázúcar más caro del mundo. Es tan obvio que me parece mentira que se pueda vender. Tampoco entiendo el creacionismo:que haya gente que niegue la evolución de Darwin y la selección natural y diga que el universo tiene 6.000 años de antigüedad y que los fósiles los ha puesto ahí Dios para fastidiar a los científicos…¡hombre!

P.- Dicho esto, no irá a misa los domingos.

R.- No. Soy bautizada porque mi familia lo decidió así, pero no soy creyente.

P.- Cuando exclamó por última vez, ¡Eureka!

R.- Uy, pues no sé si alguna vez lo he dicho en esos términos. Pero ‘¡ya lo tengo!’ lo digo tres veces por semana como mínimo.

P.- Hizo sus pinitos en la comedia, contando monólogos científicos.

R.- No quiero ir de chula, pero me parece que el primer monólogo científico lo hice yo en el año 2003. Está en Youtube y ha circulado muchísimo. Me río del horóscopo contando una historia simulada de lo mal que me ha ido con los amores porque no acertaba con los signos compatibles.

P.- Eso es porque los tauros son muy cabezones, ji, ji.

R.- No sé lo que somos. Podemos mirar la fecha de nacimiento, el color de los ojos o si nací un viernes o un domingo, porque eso tiene el mismo fundamento que el zodíaco:ninguno. ¿Alguien cree de verdad que 7.000 millones de personas en el mundo están clasificados en doce tipos de personalidad? ¿Que los seis millones de judíos que murieron en la Segunda Guerra Mundial tenían marcado su destino en las estrellas? Es ridículo.

P.- ¿Qué tienen los Museo de la Ciencia que están tan de moda?

R.- Uy, ¿están de moda? No sé, quizá porque no se puede vivir sin ciencia. Y no sólo en forma de tecnología –que hace aparatitos para facilitarnos la vida– o porque nos ha duplicado la esperanza de vida en las últimas décadas, sino también en forma de cultura. La ciencia habla de temas filosóficos, del lugar del hombre en el universo, de cómo tenemos que conservar la tierra.

P.- ¿Ycuál es nuestro lugar en el mundo?

R.- Eso no lo sé responder. Podemos decir que somos el resultado del caos y de la evolución, unos seres muy pequeñitos que ocupamos un planeta azul perdido en un sistema solar en medio de una galaxia ordinaria…

P.- Toda una lección de humildad.

R.- Por ahí van los tiros. Pero tenemos una cosa que parece única: hemos sido los únicos capaces de preguntarnos por nuestra propia existencia. Y eso, de momento, nos hace bastante importantes.

P.- ¿Por qué se considera incultura no estar cultivado en historia o literatura, pero desconocer la teoría de la relatividad no?

R.- Porque se tiene un concepto estrecho de la cultura. La verdadera cultura –integradora y emergente– es la que incluye todo. Existe un enoooorme analfabetismo científico, que al final es analfabetismo a secas. La ciencia es parte esencial de la cultura. Pero leer, informarse o educarse en ciencia supone un poco más de esfuerzo. No es algo puramente pasivo, exige un poco de gimnasia mental. Por eso a veces echa para atrás. Pero no se puede ser culto sin tener ni idea de ciencia. Y en ese sentido los museos tienen un papel fundamental como reintegradores de la ciencia a la cultura.

P.- ¿Cuántos visitantes pasan por este museo cada año?

R.- Unos 70.000, pero los números no son lo único importante. Un fin de semana van 80.000 personas al Bernabéu o al Camp Nou. Fíjese:nos sobrepasan en una tarde. Ellos van a divertirse o a sentir la pasión de su equipo, pero se llevan poco puesto de aquello. Nosotros pensamos que quienes nos visitan se llevan algo. Y nos dejan algo a nosotros también. Cada una de esas personas es importante. Y yo siempre digo que a los museos no sólo se va, se vuelve.

P.- Cuando se toma un vino, ¿brinda por Pasteur?

R.- Tenemos una sala dedicada al vino donde hablamos de la pasteurización. Pero claro, sí, brindo por Pasteur, por Fleming, por Einstein, por Maxwell, por Mariano Barbacid y por Juan Antonio Cirac. Y brindo por amor a la ciencia, que diría Walter Lewin.

P.- Los nuevos monarcas estrenaron su reinado en un acto en este museo. ¿Los tacones de Letizia, burlan la ley de la gravedad?

R.- No hablo de reyes ni de moda.

P.- ¿Diría que a lo largo de su carrera ha tenido más obstáculos por ser mujer?

R.- La verdad es que no. En eso he tenido suerte. Quizá porque me he movido en un ámbito donde esas tonterías no están de manifiesto. O por lo menos no tanto.

P.- ¿Suele estar en la luna?

R.- Si eso significa estar desconectado o ser insconsciente, no.

P.- ¿Y es soñadora?

R.- Sí, pero de sueños domésticos, cosas que puedo hacer realidad.

P.- ¿En qué ocasión se quedó con la miel en los astrolabios?

R.- Ja, ja. Todas las semanas puedo quedarme a las puertas de algo. Lo asumo como parte de la vida, está hecha de eso: de andar peleando, en proceso de búsqueda. Unas veces lo logras y otras no. Y como no sobrevivas a eso y aprendas a gestionarlo, mal asunto.

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