«Me dijeron que firmara pero no sabía para qué»

Antonio Sacristán Jiménez fue uno de los miembros de la Sociedad Cooperativa Campo Abierto que firmó ante notario la adquisición del local de Medina del Campo. Sin embargo, niega que Lino Rodríguez le informara de que se local fuera posteriormente alquilado a Asaja. Un arreglo del que se enteró más tarde «por oídas» y que no aprueba ya que, a su juicio, sino es ilegal, «no es ético».

Hace dos años, la relación entre Sacristán y Rodríguez era muy distinta a la de ahora. Este agricultor y viticultor de La Seca «tenía un confianza ciega» en Rodríguez. Como un selecto grupo de allegados, compartía su puesto en la Junta Directiva de Asaja con el de alguna de las empresas que el presidente del sindicato de Valladolid ponía en marcha.

«En aquel entonces tenía un cargo en Campo Abierto, no me acuerdo cuál, la verdad. Lino o Gerardo me llamaron y me dijeron que fuera al notario a firmar y eso hice pero, la verdad, no sabía para qué. Sólo soy un hombre de campo...».

Sacristán fue uno de los miembros de la Junta Directiva de Asaja que reaccionaron con incredulidad e indignación ante las primeras informaciones que apuntaban al uso fraudulento de los fondos del sindicato por parte de Rodríguez. Pero, con el paso del tiempo y de las investigaciones de los tribunales, pasó a exigir explicaciones que nunca obtendría.

En una Junta Directiva celebrada el pasado septiembre tanto Sacristán como otros tres obtuvieron como respuesta una repetida y lacónica negación de Rodríguez sobre las informaciones aparecidas y las acusaciones llevadas a los tribunales del antiguo tesorero de la organización, Alberto Cano. Así, tanto Sacristán como otro miembro de la Junta Directiva, Roberto Valera, decidieron dimitir pocos días después «profundamente decepcionados».

Antonio Sacristán fue expulsado de Campo Abierto junto con otros socios «en cuanto se empezó a cuestionar la labor de Lino».