Diario de Valladolid

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EL TÍTULO ENCAJA y vale para todo. Una semanita completa. Siete largos días. Historias de todo tipo. Y para todos los gustos. Alguna para no dormir. Sintonía de metralla y estruendo de obuses. Ahí sigue la sangre manchando conciencias en Ucrania y en Gaza. Y seguimos de cañas. Y de coñas. Me asombra la capacidad que hemos llegado a adquirir para saltar de casilla. Aquí lloramos, ahí nos exaltamos, allá gritamos y acá callamos. Callamos. Es un acto de contrición permanente. La marmota amanece y vuelve a amanecer. Siempre con la mano en el pecho, caminando en filas en la «manifa».

Para volver a la rutina egoísta del día a día. Somos hábiles saltadores de casillas. España es un enorme juego de la oca donde casi siempre tiras porque te toca. Pasas por el calabozo, la posada, el pozo y el laberinto. Pero siempre tiras porque te toca. Las Españas juegan. Se gastan entre todas. Hay historias del nordeste del estado que nos han tenido ocupados con sus escrutinios al resto de las Españas. Ya tanto exceso de catalanidad en la sobremesa cansa. Aburre. Que facilidad tenemos para tragar los resultados. Y al día siguiente como si nada. De cañas y coñas.

Menos mal que estos días suena la partitura musical. La música nacional, a la cola. La Zorra, nuestra zorra, no alcanzó el queso de la gloria, pero fue más coreada que ninguna en Eurovisión. Nos confiamos con los aplausos y los cuervos que nos corearon nos la jugaron. Solo Esopo sabe por qué. No confíes en quien siempre te alaba. Puto televoto. Pero aun así se brindó en Malmö con un tinto de rufete: La Zorra, de la DO Arribes, de la bodega de Agustín Maíllo en Mogarraz, el pueblo serrano de los retratos en las paredes. Cachito de Toscana salmantina. Salimos ganando. Y saltando de casilla algunos anduvimos atentos al brindis nacional por las denominaciones de origen de las Españas.

No todas de las nuestras –solo cuatro– brindaron en la plaza a la intemperie al mediodía, alzando su copa para celebrar lo mucho que nos ha dado esa fórmula mágica que fusiona geografía y suelda al territorio la viña, el vino y la bodega. Y fija población. Y sin salirse nadie de la linde. Geoeconomía rural que crea empleo y riqueza y reverdece las laderas con la hoja de la vid. Todos debieran alzar su copa de vino, pues las denominaciones de origen representan al total del vino de calidad de esta región. Allá ellas.

España es el INDO, el gran consejo regulador de las DO. Otro beneficio colateral del vino. Viva el vino. Pero, además, el cielo nos ha enviado un regalo casi sin avisar. Auroras boreales en lo alto. Sus fulgores malvas y cárdenos vibraron cuando el calamar extendió su tinta en las noches de este fin de semana. Y mientras el personal de cañas. Y de coñas.

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