Diario de Valladolid

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NO HAY como darse una vuelta por el mayor polígono industrial de Castilla y León, el de Villalonquéjar en Burgos, para percatarse de la importancia que el sector logístico tiene en nuestra provincia. Pero no sólo en Villalonquéjar, Burgos cuenta con aduana y puerto seco con su estación intermodal ferroviaria. También en Aranda hay potentes empresas del sector del transporte de mercancías y en Miranda el antaño renqueante polígono de Bayas, impulsado por la Junta cuando el dinero crecía en los árboles, ha vuelto a la vida y florece gracias a varios proyectos logísticos. Recientemente el presidente Alfonso Fernández Mañueco visitó el proyecto de la empresa de distribución alimentaria Aldi en Miranda al igual que esté miércoles lo hizo al novísimo almacén logístico que acaba de inaugurar la multinacional Bridgestone. La paradoja nos sale al encuentro al percatarnos de que ese potencial en el sector del transporte se desarrolla en un marco de infraestructuras deficitarias, incompletas y, lo peor de todo, olvidadas. Burgos no tiene conexión de alta capacidad con Cantabria para el transporte por carretera. Tampoco por ferrocarril. La antigua autopista AP-1 es una vía saturada, desfasada y peligrosa, por no mencionar que es una trampa vial que atrapa a los conductores por cientos cada vez que hay un accidente por falta de salidas. Prometidas están, quien sabe cuando llegarán. Es el mismo cantar que la finalización de los tramos pendientes de la autovía A-73 hacia Aguilar de Campoo o de la tan reclamada autovía del Duero, una infraestructura tan abandonada por el Estado como como la vía férrea del tren directo. Pero aún existe una autovía aún más dejada de la mano de Dios que todas las mencionadas: la de Logroño, la A-12 o autovía del Camino de Santiago, que está tan contaminada por el virus de la paralización como el futuro parque tecnológico de Burgos a cuya vera discurre el trazado. El Partido Popular, como aquel que pasaba por allí, pretendiendo carecer de responsabilidad alguna, va a organizar una protesta en la que implicará a sus cargos públicos en Burgos y La Rioja para exigir el inicio de las obras en el tramo burgalés. Al ministro de Transporte, el vallisoletano Óscar Puente, le quieren indigestar sus palabras en un foro de El Mundo de Castilla y León en el que afirmó que el tramo Langa de Duero Aranda de la A-11 será la obra más importante de España este año para su ministerio. Bienvenida sea, pero está claro que al PP no se le va a acabar la munición si quiere usar las infraestructuras pendientes de Burgos como arma arrojadiza para desgastar al PSOE de Pedro Sánchez y Óscar Puente. Caminante no o hay camino. Literalmente.

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