Diario de Valladolid

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NO POR MUCHO madrugar amanece más temprano. Por eso, y no por nada más, Tudanca y José Luis Aceves celebran desayunos a las 12 del mediodía en Segovia, poco antes de que Albino, jubilado de la mina, almuerce para no perder partida en el bar de Nila, en su pueblecito de la cuenca del Cúa. Cuanta variedad y pluralidad ofrece esta tierra. Hasta en los desayunos y sus horarios. Aunque lo de desayunar a las 12 es un exceso dietético incluso aunque a veces lo haga Aceves, José Luis. Así luego no les da el día para nada. La España que madruga para desayunar a las 12. Venía a cuento todo esto para advertir del polvorín en el que se ha convertido el grupo socialista de las Cortes de De la Hoz y Pollán del cambio de gobierno para acá. Y el partido un hervidero, hirviendo por los cuatro costados de Coruña en la convención del pasado fin de semana. La armonía quedó reducida a una cena forzada en la que los de Valladolid y León se quedaron con la mesa de los del aparato, que aparecieron a deshora. Un polvorín. Veremos si alguien decide prender la mecha con el sano ánimo de pasar facturas por la reordenación de cargos y cargas que están implantando Ferraz y Moncloa por expresa petición de Pedro Sánchez, que sigue sin digerir aquel famoso comité en el que se le pinaron los de aquí a cuenta de las listas electorales cuando todo apuntaba que Sánchez iba a ser un despojo de su adelanto electoral. Pero las urnas las carga el diablo y las goza Sánchez. La tensión se mastica en los pasillos de las Cortes, en la convención de Coruña, en las conversaciones telefónicas, en los mensajes de WhatsApp. Calma tensa, que no augura nada bueno. Una chispa y el PSOE de Castilla y León volverá a su viejo sueño de ser una constante batalla campal entre territorios, barones y baronesas. Nadie lo quiere. Tudanca el que menos. Pero las guerras empiezan por un quítala dedicación exclusiva  a esa y que se jodan. Ferraz, en una mano palomitas y en la otra la guadaña.

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