Diario de Valladolid

Félix Villalba

El ‘milagro’ del torrezno con marca de Soria

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CUANDO toca acompañar a visitantes a dar un paseo por Soria es inevitable, sea la hora del aperitivo, la de comer o cenar o la de picotear a cualquier hora, la aparición del torrezno es inevitable. El que viene de fuera, aunque llegue por primera vez a la provincia, ha oído antes hablar del manjar, seguro. Es posible que algunos lo hayan probado fuera de su lugar de producción, porque es fácil encontrarse en cualquier rincón de España una carta en la que se ofrezca torrezno con marca de garantía, es decir, de Soria. La verdad es que están buenísimos y los sorianos tienen algo especial que no se encuentran en otros. Pero eso no siempre se reconoce en un producto y no es fácil, desde un lugar tan pequeño como Soria, desde el epicentro de la despoblación, conseguir que se aprecie un alimento que se hace en otros muchos lugares de España y que se ha comido siempre, sin haber tenido consideración, ni mucho menos, de delicatessen. El torrezno de Soria los ha logrado y es por ello un pequeño milagro . Los datos no son todavía definitivos, pero la estimación de la producción durante 2023 de torreznos en Soria con la marca de garantía es de 2,9 millones de kilogramos, a 32 kilos por soriano, en números redondos. Un año más, récord. Si el pasado ejercicio el crecimiento fue del 25%, sería raro que en el que acaba de comenzar no se superaran  los tres millones de kilos. En la religión, los milagros tienen como principal objetivo fortalecer la fe de los creyentes, así que el caso del ‘milagro’ del torrezno soriano debería servir también para fortalecer la fe en las posibilidades de un territorio que ha sufrido mucho por la despoblación y por la ausencia real, durante muchos años, de inversiones en infraestructuras. Hay una decena de empresas sorianas unidas en la marca de garantía y han sido capaces de colaborar sin dejar de competir entre ellas en el legítimo objetivo de vender más producto que nadie. Lo del torrezno es un ejemplo que a veces no se reconoce lo suficiente, quizá porque nos quedamos en lo gastronómico (que sí, que están riquísimos) y nos olvidamos de lo difícil que es lograr el éxito en una economía competitiva. Todo ha funcionado bien en la iniciativa y lo conseguido en el ámbito del marketing desde la pequeña Soria es posible que no lo hubiera alcanzado ni la firma internacional más experta. La clave ahora es cómo trasladar ese ejemplo a otros ámbitos, también fuera de la agroalimentación. Lo primero será analizar las claves principales del ‘milagro’: producto de calidad, aprovechamiento de cualidades del lugar, unidad y colaboración empresarial para metas comunes... Seguro que se puede hacer en otros ámbitos. Mientras, el torrezno puede seguir creciendo. En la lista de tareas pendientes está la internacionalización, con pasos todavía tímidos, y la Indicación Geográfica Protegida, también en marcha. A ver si hay más ‘milagros’.

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