Diario de Valladolid

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EL GOBIERNO de Castilla y León está consiguiendo imponer poco a poco la Pax Romana en el debate político. Más allá de la superficialidad impostada de algunos episodios aislados de enfrentamientos grotescos en Las Cortes, el debate político sobre las cosas del día a día se ha ido suavizando hasta prácticamente desaparecer de la actualidad política, informativa y ciudadana.

Cualquier asunto particular de debate político queda inmediatamente silenciado por esa Pax Romana defendida desde el Gobierno con una mano a través de la amnistía y con la otra mediante su oferta de pactos; y por la oposición socialista con una mano a través de Vox y con la otra a través de la renovación del CGPJ. Y de ahí no pasamos. Empate técnico. Tiempos de paz y silencio respecto a las cosas del comer. Una situación en la que tanto socialistas como populares parecen empezar a encontrarse muy cómodos ante la mirada más que ausente e intranscendente de Podemos y Ciudadano(s). Salvando las distancias es algo parecido a lo que ocurre, en términos futbolísticos, en esos partidos en los que a los dos equipos les vale el empate y hacen como que atacan.

El Gobierno de Mañueco ha conseguido imponer hábilmente una Pax Romana basada en sus principios fundamentales de tranquilidad, calma, prudencia y moderación. Si la Junta de Castilla y León consigue no traspasar la delgada línea que separa la moderación de la inacción se habrá conseguido un escenario de estabilidad muy propicio para la iniciativa privada, el emprendimiento, el desarrollo económico y la generación de empleo que, al final, es lo que agradecen los ciudadanos. De alguna manera los ciudadanos reclaman de los políticos lo mismo que los jueces: que nos dejen en paz; que los políticos se dediquen a tratar de resolver, desde un perfil lo más bajo posible, los asuntos públicos sin buscar protagonismos artificiales y dejando  a la ciudadanía desarrollar sus proyectos personales, familiares y profesionales facilitando las cosas lo más posible. Ese debe ser el objetivo de la Pax Romana en Castilla y León.

En estas condiciones que nadie espere ningún adelanto electoral que no quiere ni un solo político ni cargo público por estas tierras y que sólo se produciría por imposición desde Madrid si las cosas se tuercen mucho. La Pax Romana se prolongó en tiempos del Emperador Augusto durante más de doscientos años. Y eso son muchas Legislaturas.

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