Así fue el sorteo de ‘Prestigioso’

Llevábamos meses no sólo advirtiendo, sino también avisando, que Luis Fuentes, esa especie de holograma que se encaramó a la presidencia de las Cortes por una carambola aritmética de la política, andaba aporreando las puertas del PP como un descosido, pero siempre después de echarse la siesta. «Señorito, sólo quiero un carguito, una paguita», decía. Algo de aliño que no ofrezca esfuerzo y se remunere adecuadamente. «No un trabajo, que no tengo experiencia en eso». Y tanto fue el Luis a la Fuente, que acabó tirando la puerta de la Junta abajo. Año y pico dando la paliza. No le han fichado por su cualidades, porque no hay empleo capaz de albergar semejantes competencias profesionales. Como currículum han exhibido que tiene prestigio. Es un tremendo prestidigitador. Y conoce Castilla y León, él que en su travesía política, desde los tiempos de los correajes, militó en la aspiración de separar Salamanca de la Comunidad. Pero lo cierto es que en la Junta han acertado de lleno, le han creado un departamento que es tan inservible que no hubiera existido jamás de no ser por la necesidad de dar cobijo al último de los recolocados de Ciudadanos, que no siendo de Igea, rendían pleitesía como orangutanes a Igea a diario. Fuentes fue presidente de las Cortes en virtud de la ganas incontenidas de Villegas de dar por saco siempre que podía al susodicho Igea, que hoy se mofa en público de Fuentes con el mismo desahogo que lo hacía en privado cuando ambos militaban en los cargos de los que los desalojó Mañueco con el adelanto electoral. El sistema de selección fue complejo. Metieron varios papeles arrugados en bolsa de basura. Uno de ellos llevaba escrito ‘Prestigioso’, como Imperioso, el penco de Gil y Gil. Dejaron la bolsa sobre la mesa del consejo de gobierno y cada consejero fue sacando un papelito.  Respiró aliviado Quiñones cuando lo vio en blanco. Quiso la fortuna desgraciar con ‘Prestigioso’  a la Consejería de Movilidad. Amén,.