Diario de Valladolid

Creado:

Actualizado:

WATERLOO, además de una animada canción con la que el grupo Abba ganó Eurovisión, es una ciudad belga en la que tuvo lugar una de las batallas más transcendentales de la historia de Europa en 1815. Quien nos iba a decir que, tres siglos después, se iba a convertir de nuevo en una ciudad decisiva, en este caso, para la historia inmediata de España. Ni Madrid, ni Barcelona, ni Sevilla… Nuestro futuro más próximo se juega en una ciudad extranjera de un país curiosamente con viejos y controvertidos lazos históricos con España

El ya casi olvidado Puigdemont  tiene que estar muerto de risa pensando desde la histórica ciudad belga que, después de todo lo que ha pasado, está en su mano el Gobierno de España. Pero, a pesar de la mayoría de los pronósticos tras la constitución de la Mesa del Congreso de la pasada semana, quizá esta circunstancia sea mucho más favorable para el PP de lo que se piensa. Que nadie crea que Sánchez lo tiene hecho porque hay dos factores cuya concurrencia puede provocar un inesperado giro de guión a favor de Feijóo.

En primer lugar, la incontestable realidad de que los extremos políticos se retroalimentan. Es evidente y contrastable que cuando el independentismo ha tenido más fuerza es cuando Vox más ha crecido en apoyo social y viceversa. Cuanto más crece Vox, más se refuerza el independentismo catalán.

Sólo hay que ver el efecto decisivo de las declaraciones de Abascal en una cadena nacional a cuatro días de las elecciones sobre la aplicación rigurosa del artículo 155 en Cataluña. Imaginemos cómo resucitaría el independentismo catalán con un Gobierno de coalición PP-Vox de ese perfil.

En segundo lugar, la próxima celebración de elecciones en Cataluña va a ser determinante en la decisión de Puigdemont. La concurrencia de estos dos factores puede llevar al ilustre líder catalán a la conclusión de que, aunque políticamente al independentismo le pueda favorecer un Gobierno socialista atenazado, débil y dependiente de los nacionalistas, electoralmente lo más conveniente para sus intereses sería un Gobierno del Partido Popular apoyado por Vox que hiciera resurgir el populismo independentista en favor de sus expectativas electorales.

Desde esa perspectiva no sería raro que a Puigdemont le interesase mostrarse inflexible en sus convicciones independentistas evitando cualquier colaboración con el Gobierno de España provocando una repetición electoral.

El interés general, el interés político y el interés electoral no siempre coinciden por lo que, paradójicamente, Puigdemont puede acabar convirtiéndose en el Waterloo de Sánchez y en la mejor baza de Feijóo. Nada está escrito.

tracking