Diario de Valladolid
Esther Muñoz durante el pleno del Senado. -PP

Esther Muñoz durante el pleno del Senado. -PP

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PEDIR UNIDAD a día de hoy al PP de León tiene los mismos visos de éxito que solicitar al consejero Veganzones que se afilie a la UGT de Pablo Iglesias o invitarle a que acuda a una protesta, bandera en ristre, de las Comisiones Obreras. El PP leonés, que nunca ha sido una charca de ranas, no hace mucho era un jolgorio a cuenta de la candidatura de la capital. De aquel jolgorio, este desbarajuste. No dirá Miguel Tellado, el fontanero de Feijóo, que no fue advertido. Cuando los desagües se dejan trampeados en falso acaban por armarla y dejarte el piso hecho un asco, con el parqué levantado y manchurrones de humedad por las paredes donde corre la bajante. Era el PP de León el jolgorio de insolventes e insolventas metiendo el cuezo en todas partes y a deshora. El liderazgo no se implanta ni con arrogancia, ni con bronca ni en un fin de semana de apuros porque no te llegan los avales ni la blusa al pescuezo. El liderazgo se fragua en la cercanía, el respaldo, la comprensión y la escucha. La presidenta de la cosa de León decidió rodearse de palanganeros que la han llevado a este callejón sin salida. El ex presidente del PP, Javier Santiago Vélez, ya ha ganado el pulso contra el aparatito leonés, pero no será presidente de la Diputación. Al menos bajo el amparo de las siglas del PP. El día que decidió desafiar a Génova, es decir, a Feijóo, Tellado mediante, se apeó de esa posibilidad. Al PP le gustaría decirle a la UPL aparta de mí este cáliz de la Diputación y haz lo que te salga de los mismísimos con el PSOE. La UPL se relame las garras. El PSOE toma aire.  No queda otra que sanear a fondo, fontanero Tellado. El descontrol del PP de León es insostenible en el global del músculo que vuelve a atesorar el PP de Mañueco. Lo que sí está claro es que esta es la última bala que le queda al de Almanza en el PP. Suya es la decisión de si la descerraja, contra sí mismo, o tienta los plazos. Génova no se puede bajar ya de la burra de Raúl Valcarce, manque pierda.

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