Diario de Valladolid

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EL QUE QUIERE, puede. Sólo hacían falta toneladas de voluntad política para poner en marcha la recuperación de la línea ferroviaria directa entre Burgos y Madrid pasando por Aranda en vez de desviarse por Valladolid. El Gobierno central ha encontrado 11 millones de euros rebuscando en los presupuestos del Ministerio que antes llamábamos de Fomento y ahora es el de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Pero más que compartir la convicción en la recuperación de esta línea que comparte todo el arco parlamentario de Castilla y León, presumo que la agenda del gabinete de Pedro Sánchez tiene que ver con la aprobación de los Presupuestos del Estado. A Sánchez le hacen falta apoyos para sacar adelante sus cuentas de 2022 y el PNV suele sacar tajada de estas debilidades. Acuérdense que el partido que gobierna hegemónicamente en Euskadi logró que Treviño realizase la desescalada en Álava gracias a la presión de sus parlamentarios al negociar su apoyo a una de las prórrogas del Estado de Alarma planteada por Sánchez.  Al PNV le interesa que el tren directo se reactive. De hecho, el respaldo a este eje ferroviario es uno de los puntos destacados recogidos en el protocolo de colaboración entre Castilla y León negociado por el consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez, con su homóloga vasca. Uno de los primeros y más efectivos valedores de la recuperación del tren directo ha sido desde el minuto uno la Autoridad Portuaria de Bilbao, que tiene importantes intereses en conectar lo más rápido y fácilmente posible, rebajando costes, con el centro y el sur de la península, aprovechando, además, sus  instalaciones en Pancorbo.  Aunque el puerto de Bilbao no está transferido a la comunidad vasca, esto no impide que el Gobierno vasco actúe como si estuviera bajo su amparo, dado su gran peso en su economía. Una segunda razón para adelantarse y poner por delante el dinero para despejar el túnel hundido que ciega el paso del Directo está en el terreno político. Con este movimiento, el PSOE aleja la pelota del campo de los gobiernos castellano leonés, vasco y también madrileño -activo ya que beneficia al norte de su Comunidad- y se apunta el tanto de cara a los ciudadanos con poco más que una inversión cosmética que por sí sola no reactiva la línea. La inminente publicación del protocolo entre Castilla y León y País Vasco en vísperas de la negociación del prespuesto ha sido la ocasión de oro para que el Gobierno socialista mueva sus fichas. Lo extraño es que el Partido Popular no encontrase ocasión similar en los muchos años que este proyecto lleva rodando. Ahora que no se extrañen de los golpes de pecho de los socialistas que van a intentar tapar con este aporte al Directo el bochorno de haber liberado hace tres años el peaje de la autopista AP-1 para implantar a continuación el pago por uso.

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