Diario de Valladolid

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SI EN SU DÍA TUVO SENTIDO, no lo sé. Pero sí intuyo que ahora, salvo para algunas cuestiones básicas éticas y científicas, lo de la derecha y la izquierda en política no es sino la milonguera necesidad de que exista un Madrid-Barcelona en la liga futbolera para evitar la pérdida del millonario negocio de dos porterías y un balón. Por cierto, que en octubre vuelven los partidos con los amigos y ando como un chaval con zapatos nuevos.

La evitación de los caducados modelos bilaterales y bicolores en nada debería resquebrajar los cimientos básicos e insustituibles de la democracia. Al contrario. Cierto que, desde una perspectiva de estabilidad social, el bipartidismo produce ciertos efectos balsámicos. Aunque no es menos cierto que también ha supuesto el escenario ideal y soñado para todos aquellos (y aquellas…) a los que la política les facilitaba acudir al casino con el mecanismo de la ruleta es su poder.

La entrevista que ayer se publicaba aquí al presidente de la Junta, y unas declaraciones, unas páginas más adelante, de Tudanca, permiten asegurar con una probabilidad mínima de error que salvo por la confrontación de eso que llaman ideología y bla bla bla ambos políticos no justifican su sueldo. Su perfil medio-bajo explica su ubicación, y en el caso del socialista podría incluso ser indiciario de un ascenso en clave electoral. Políticos de mayor inutilidad han alcanzado cotas más altas de gobierno.

Alude Mañueco a la posibilidad de escribir un Manual de Resistencia. Se apunta a la moda, si bien no aclara si lo escribiría de modo mediato o inmediato. Resistir con privilegios y sueldos jugosos no parece un mérito, más bien una estrategia. Sobre todo si fuera de la política se carece de experiencia. Tudanca, por su parte, manosea tópicos y dice que la gente ha sufrido más en la pandemia por el PP. ¿Aún gobierna Rajoy? Sin duda el PSOE sustenta en el fracaso escolar sus futuras victorias.

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