Diario de Valladolid

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EL DATO que ofreció ayer el Instituto Nacional de Estadística, el INE, ha dejado helado a casi todo el mundo. No es que haya sido una sorpresa que el Producto Interior Bruto retroceda, el confinamiento y el parón de la actividad económica hacía prever una prolongación y agudización del deterioro que ya registró la economía, como consecuencia de lo que entonces ocurría en China, en el primer trimestre del año. Entonces el retroceso fue superior al 5%, un dato duro después de seis años seguidos de crecimiento. Para los meses de abril, mayo y junio nadie dudaba que el batacazo iba a ser mucho mayor, pero escuchar que el PIB se derrumba en más de un 18% no deja de poner los pelos de punta, porque no se puede decir que haya sido un trimestre y una vez concluido el estado de alarma solo es cuestión de volver a situar el motor a las revoluciones adecuadas.

El motor va a un régimen muy bajo porque el combustible que debía recibir en esta época, con muchos octanos de turismo, es imposible. No hay más que ver los últimos datos del turismo rural en Castilla y León, que se veía como esperanzador por la posibilidad de ofrecer seguridad y ha sido un gran fiasco. A la escasez hay que añadir fallos del comercial, que no ha sabido vender el producto. Así que nos encontramos con una economía ahilada, con desfallecimiento o desmayo por falta de alimento. Si se dice de una planta, ahilada es que crece débil por falta de luz, que es parte de la gasolina de los vegetales. Y eso es lo malo, que a pesar del sol del verano no vemos luz, sino nubarrones.

Lo único que se ha salvado del batacazo de la economía es el sector agrícola. Habrá que ver qué ayuda una actividad tan importante a la hora de evaluar los resultados en Castilla y León. Los augures económicos regionales dicen que la economía regional sufrirá pero menos que la nacional. Habrá que verlo, porque también se preveía que el turismo de interior fuera un salvavidas en la Comunidad y hasta ahora no lo está siendo. Y si la planta está ahilada, es difícil ver brotes verdes, mucho más cuando los que aparecen son los del virus, de los que la Comunidad no se libra. Aunque la situación no es tan preocupante como en otros lugares, el virus sigue circulando y los brotes van apareciendo. Eso en la época que pensábamos que iba a ser solo de luz y el temor estaba en los días más cortos del otoño. Hay que protegerse, contra las dos enfermedades que no hemos conseguido erradicar, la del coronavirus y la económica. Prevenir la primera ayudará a la segunda.

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