El comercio lanza la voz de alarma que exige respuesta
EDITORIAL
SON MUCHOS LOS sectores, casi la práctica totalidad de los que glosan la economía castellana y leonesa, que se encuentran en una situación prácticamente dramática, ante la crisis provocada por la pandemia del coronavirus. Y, sin duda, uno de ellos, de los que más está padeciendo en sus carnes la grave situación es ese pequeño comercio, el de proximidad, que ve cómo no remonta en las ventas, a lo que se suman los meses sin facturación alguna y con gastos, como el alquiler, que auguran ya el cierre de una buena parte de ellos. Negocios a los que el Covid-19 va a impedir ya el volver a levantar la trapa, según señalan desde Conferco, que lanza un voz de alarma.
Llamada de atención que es obligado que sea escuchada y, sobre todo, atendida por las administraciones. El comercio de proximidad es esencial para la economía de Castilla y León, de sus ciudades y pueblos. Conforma un microtejido empresarial que resulta vital para la economía de esta tierra. Sin duda, hay que atender a la gran empresa, brindarle todo su apoyo, pero es fundamental que se orienten políticas de ayuda a estas pymes, micropymes y autónomos que forman todos y cada de estos comercios. Ellos más que nadie necesitan de políticas de ayuda, que les vengan a cubrir esos gastos a los que no llegan porque ven cómo su ventas se desplomaron a cero y, ahora, no remontan. Y lo que es peor ven como el camino hacie el que se dirigen no es en nada halagüeño.
Y es que, si después de tres meses sin hacer caja, el verano no contribuye a recuperar al menos parte de lo perdido, algunos comercios se verán abocados a echar el cierre. De ahí que incertidumbre sea la palabra que más articulan y en la que coinciden para describir la campaña de verano que se avecina, que ya aventuran no va ser lo buena que sí lo era en años anteriores.
Necesitan adaptarse a esa nueva normalidad que deje la pandemia del coronavirus, sin ningún género de dudas, pero precisan respaldo de la Administración, con políticas de ayuda y promoción activas, que vengan a colocarles los puntales que les permitan, precisamente eso, apuntalar un negocio que ven cómo zozobra. El comercio es fundamental para Castilla y León, más que para ninguna otra Comunidad, por su implantación y por la idiosincrasia territorial.
Los comerciantes, en su gran mayoría autónomos, vienen lanzado mensajes de alarma y ahora vuelven a hacerlo. Ven cómo sus ventas no remontan y cómo lo que se avecina tampoco invita al optimismo. Es hora de echarles esa mano y hacerlo ya, sin más demora.