Diario de Valladolid

EDITORIAL

La energía eólica cobra impulso en Castilla y León

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EN UN MOMENTO en que la energía procedente del carbón se hunde en la Comunidad, con la desaparición de las minas y el anunciado cierre de centrales térmicas, cualquier alternativa es bien recibida y más aún si va en la línea del desarrollo sostenible y la reducción de elemento contaminantes. Este es el caso de la energía eólica, que vuelve a vivir una ‘edad de oro’ después del parón registrado hace cinco años. Ahora, dos grandes empresas energéticas como son Naturgy e Ibervento han comenzado la construcción de 12 parques en tres provincias y en los próximos meses arrancarán con otros cuatro. No serán los únicos, ya que existen otros proyectos en las nueve provincias.

La inversión prevista por las dos compañías asciende a 551 millones de euros, una cuantía que permitirá levantar 182 hélices de última tecnología, capaces de producir cada una al menos 3,3 megavatios (MW). Supondrá por tanto, 603,2 MW que se sumarán a los 5.556,4 que se encuentran en servicio, lo que se traducirá en el 9,8% de toda la energía generada en la Comunidad.

Los parques en construcción, la mayoría en la provincia de Valladolid, corresponden a los 700 MW que son competencia de la Junta de Castilla y León. Quedan por subastar los 200 responsabilidad del Gobierno para completar los 900 megavatios asignados a la Comunidad en las subastas de 2017. Los primeros cuentan ya con puntos de acceso concedidos por Red Eléctrica de España (REE), el trámite más complicado, y se espera que puedan producirse otros 2.000 MW en el plazo de dos o tres años.

Castilla y León es líder en energías renovables en el país desde 2008, según el director general de Energía y Minas de la Junta, Ricardo González Mantero, con una producción del 20% del total nacional, que asciende al 22% en el caso de la eólica. La construcción de nuevos parques permitirá reforzar ese liderazgo, ya que la previsión de la Junta y de las empresas es alcanzar los 10.000 megavatios en el horizonte de 2030.

Así lo exponen tanto Mantero como el secretario general de la Asociación de Promotores de Energía Eólica de Castilla y León (Apecyl), Eugenio García Tejerina. A juicio de este último, se trata de un objetivo razonable. Pero para ello, añade, es necesaria una estabilidad institucional y regulatoria en materia de política energética, además de un marco fiscal autonómico que atraiga la inversión y no suponga una barrera en relación con otras comunidades competidoras.

El nuevo Gobierno regional tendrá que examinar si esta exigencia de nuevo marco fiscal es razonable porque, ciertamente, la competencia es fuerte y para Castilla y León esta alternativa energética al carbón es una fuente de riqueza tanto para los pueblos en los que se asientan los parques como para el conjunto de la economía regional.

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