La caída de la automoción agudiza el descenso exportador
EL EJERCICIO 2019 avanza con mayores incertidumbres sobre el futuro de las exportaciones de Castilla y León. Ya son cuatro meses consecutivos de caídas del comercio exterior que no tienen otra explicación que el constante descenso del sector de la automoción. Los datos publicados ayer por la Agencia Tributaria constatan una caída acumulada del 13,2%, que incluso en el mes de abril aumentó hasta el 20% respecto al del año pasado.
Al descenso superior al 8% en las dos provincias con mayor peso del sector, Valladolid y Palencia, se une la fuerte caída de Burgos y de Ávila, ambas con implantación de empresas industriales vinculadas al automóvil.
Castilla y León sigue perdiendo peso exportador en el conjunto de España, derivado de que su descenso es mes tras mes superior al de la mayoría de las comunidades autónomas por la mayor dependencia del automóvil.
Las previsiones económicas de la mayoría de los analistas dan por hecho que esta Comunidad autónoma crecerá por debajo de la media e incluso estiman que estará en el furgón de cola. No solo por el descenso de las exportaciones, sino por las previsiones de una cosecha muy por debajo de la del pasado ejercicio.
La exportación y la innovación son dos factores básicos para el fortalecimiento de la economía regional. Las oportunidades que brindan ambas nos deberían permitir competir en mejores condiciones que el resto. La excesiva concentración de la exportación en la automoción no es negativa en sí misma, pero en momentos de incertidumbre sobre el sector provocan efectos negativos en cadena en la economía regional. Por eso, cualquier plan de internacionalización debe contemplar una mayor diversificación. El sector agroalimentario regional, muy reconocido en el exterior, está tirando fuerte, pero no hasta el punto de compensar el descenso del automóvil.
La automoción ha crecido con mucha fuerza en los últimos años.Hasta el punto de que Castilla y León se ha convertido en el primer fabricante del país. Esta Comunidad tiene experiencia en este tipo de vaivenes y todo apunta a que este bache podrá superarse en breve con los nuevos planes industriales de Renault.
No obstante, estas previsiones no deben permitir que las administraciones se relajen en la necesaria apuesta por una mayor diversificación y por una política de impulso al comercio exterior de las pymes y micropymes, un segmento con mucho peso en la Comunidad.
La internacionalización debe formar parte con mayor intensidad de esos planes de reindustrialización en marcha para conseguir que el peso de la industria manufacturera supere el 20% de la economía el año 2020. Ese debe ser el gran reto, pero fortaleciendo la salida al exterior de otros subsectores industriales y de las empresas más pequeñas.