Diario de Valladolid

EDITORIAL

Soluciones urgentes para una pérdida de población anunciada

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LAS CIFRAS oficiales del Padrón Continuo en España a 1 de enero de 2018, aprobadas por el Consejo de Ministros y publicadas ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), como es habitual a finales de año, vienen a confirmar la pésima evolución de la población de Castilla y León, que se observa de forma periódica en los informes que ofrece el Instituto Nacional de Estadística.

Esta evolución deja a la Comunidad ya lejos de los dos millones y medio de habitantes y, solo el año pasado, según recoge el BOE, la pérdida fue de 16.637 vecinos, equivalente al 0,69% de los castellanos y leoneses empadronados en los municipios de la región. Con ello, la cifra oficial es de 2.409.164 habitantes a finales del pasado año, aunque, como ya observamos, datos posteriores correspondientes a este mismo año reflejan que la caída continúa. El resultado del pasado año sitúa a Castilla y León como la comunidad con mayor pérdida de vecinos en términos relativos, seguida de Asturias y de Extremadura, ambas con una caída del 0,65%, Galicia un 0,24% y Castilla-La Mancha, en un 0,23%. En el lado opuesto, Baleares se situó en cabeza, con un incremento del 1,16%, seguida de Madrid con el 1,09%. La misma tendencia alcista, aunque más limitada se produjo en el conjunto del país, que contaba a primeros de este año con 46.722.980 habitantes, es decir, 150.848 personas más (0,32% ).

Ninguna provincia se salva del desplome poblacional, que es especialmente acusado en Zamora y en Ávila. En la primera, se contabilizan 2.855 habitantes menos (-1,61%) y 2.202 en la segunda (-1,37%). La tercera, León, perdió el 0,98% de empadronados, 4.570 en términos absolutos. La provincia con menor reducción fue Valladolid, con ‘solo’ un 0,25% y 1.279 vecinos menos.

Esta tónica generalizada solo se rompe a la hora de examinar las capitales, ya que dos de ellas consiguen aumentar ligeramente su padrón. Es el caso de Soria, con 231 personas más: el 0,59%, y Burgos, con 298, equivalente al 0,17%. El farolillo rojo vuelve a ser Zamora, con 61.827 empadronados, 562 menos (0,9%) que hace un año.

Este retroceso demográfico lleva una vez más a urgir soluciones que lo palíen y puedan llegar a revertirlo a medio y largo plazo. Una vez que se ha llegado al convencimiento de que este problema no es exclusivo de la Comunidad, ni puede ser resuelto únicamente por la Administración autonómica, es necesario que el Gobierno ponga en marcha cuanto antes la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico, y que la Unión Europea asuma también la parte de responsabilidad que le corresponde para implementar medidas dirigidas a las regiones más despobladas de Europa.

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