Diario de Valladolid
-

-

Publicado por
Redacción de Valladolid
Valladolid

Creado:

Actualizado:

A estas horas del invento, sabemos en Castilla y León que no hay política sin bofetadas. El ruso Leonid Andreyev, en 1914, publicó su célebre obra “El que recibe las bofetadas”, de la que en 1947 se hizo en castellano una gran película con guión de Alejandro Casona e interpretación de Narciso Ibáñez Menta. El asunto es bien sencillo y terrible: cada equis tiempo, y con todas las de la ley,  la sociedad y los medios señalan a uno para que reciba todas las bofetadas.

Ejemplo inocuo y de ahora mismo. Para no empañar la trayectoria súper galáctica de Supermán, algunos medios han denunciado un magnicidio contra el Presidente del Gobierno con un bazoka lanzas patatas y otros artilugios con perdigones. Todo a cuenta de un pirao enamoradizo. Gran campaña para demostrar dos contundencias. A, que el Presidente no se merece una patatada tan cruenta e innoble. B, que así queda archi justificado el vuelo Madrid-Valladolid en falcon por razones de alta seguridad: evitar un pataticidio.

Tiene tela, que diría Andreyev.  Mientras gobernada el PP, estaba clarísimo. Rajoy tenía que llevarse las bofetadas por decreto en directo, diferido, y con ambas manos. No hubo tertulia, periódico, partido político, o TV, que no diera explicaciones en presente pasado o futuro para justificar las bofetadas. Hasta que al final, con la ayuda de algún juez ideologizado, Mariano se miró al espejo y se hizo una pregunta: ¿por qué todos me quieren pegar si yo no he hecho nada?

Pues porque sí. Primero, porque tenía cara de poema. Segundo, porque era verdad que no hacía nada de nada. Tercero, porque, aunque no tuviera la culpa, merecía las bofetadas pues le gustaban y se ponía a tiro como en una caseta de feria. Cuarto, fundamental e impepinable: era el señalado por los dioses para las bofetadas. Así que ahora, cuando le preguntan qué tal le va, dice que encantado: solo me arrea mi mujer en la intimidad y, oye, salgo a la calle a hacer la compra y ya ni me escupen.

¿Quién se llevará en adelante las bofetadas? Para esto se reunieron, previo a la moción de censura, las izquierdas revolucionarias, los populistas, los independentistas, los que tenían dolor de muelas, y los que se habían quedado sin novia. Ahí Intervino todo dios. Decidieron, que no valía la pena pegar a los que se cascan solos como Casado, Rivera, y a los jueces de cuota del poder judicial.  Así que hicieron una ronda de tentetiesos anónimos.

Por cortesía electoral preguntaron a Susana Díaz –la casta que con los Eres se hace tirabuzones–, y respondió con “gracejo”: para mí todo lo que no sea Andalucía-Andalucía es que no nos comprenden. Al ver los de las hostias que estaba sonada, saltaron a Torra y, en total sintonía, el Honorable se remangó para dar las bofetadas más fuertes. Iceta hizo una pregunta embarazosa: ¿Los bajitos cómo llegaremos para dar las bofetadas? A lo que la pitonisa Carmen Calvo, que lo soluciona todo, repuso: te subes encima de Puigdemont y desde ahí llegas.

Como se buscaba un gran consenso como en la obra de Andreyev, la comisión de bofetadas del Congreso, en un golpe de clarividencia, amplió la consulta yendo al meollo del bollo  de la inspiración mediática. Se dirigieron a la Sexta como al oráculo de Delfos haciendo una pregunta espontánea y sin ánimo ofensivo: ¿a quién, según vosotros, debemos dar las bofetadas de ahora en adelante? Y respondió la Sexta con Dani Mateo incluido: lo ideal sería dárselas al Rey y al juez Llarena por partes iguales y pro indiviso.

A posteriori hubo una pregunta, una proposición y 300 curas. El clan garzonita sugirió dar bofetadas con guante de boxeo, y Lola Delgado saltó: ¡“éxito asegurado”! La ministra de Hacienda, propuso intervenir las casas de los ministros con problemas, y  Celaá que ni hablar: mis casas no las suelto, que suelte primero Iglesias esa Villatinaja hortera que se ha comprado. Los curas catalanes se apuntaron para dar bofetadas a Franco, y les dijeron: ¡como no le resucitéis!  Vale, contestaron, y lo llevamos al museo de cera por un euro la entrada y así abrimos más embajadas catalanas.

Como denunciaba Andreyev en su obra, que se preparen el Rey y Llarena. Hasta ahora los ataques han sido ensayos. Pero recordemos una constatación en dramaturgia: que todo lo que se ensaya hoy se representará mañana. Por cierto, ¿qué hacía la policía y los mozos de escuadra en el ataque a la casa de Llarena con amarillez judaica? ¿Estarían viendo TV3 o la Sexta para tomar buena nota de quién tiene que llevarse las bofetadas?

Menos mal que, de puertas a fuera, tienen a Trump, a quien propinan bofetadas imperialistas y se relajan. De puertas a dentro, mientras se forran con euros para asar diez mil vacas, han elegido a Vox para sus noches de los cristales rotos y antorchas hitlerianas. La izquierda divina e independistas asociados ya tienen los 4 jinetes del apocalipsis hispano. ¿Acabarán con ellos o les pasarán por el aro como a Rajoy y Cía? Veremos y ojo todo el mundo, pues este Gobierno y sus cómplices nos han puesto a todos en la cola de las bofetadas.

tracking