Salvar los muebles
DESPUÉS de meses puliendo dietas para escuchar gansadas, el balance de la Comisión sobre la ruina de las Cajas no puede resultar más desolador. En realidad, lo esperable, tras el apaño concertado de populares y socialistas para que los protagonistas del descalabro no fueran importunados. Ni comparecencia de responsables de la toma de decisiones arbitrarias, ni formulación de preguntas incómodas.
Como hemos podido comprobar a raíz de su falta, la actuación de nuestras Cajas alcanzaba a todas las esferas, aunque no con un trato equitativo. Así que estaba descontado de antemano el archivo de los procedimientos judiciales en marcha, mediante una u otra argucia, atendiendo a la conexión de poderes por la cumbre. Quizá el resultado más inesperado y corrosivo de los nueve meses de comisión investigadora, fue comprobar el funcionamiento chapucero de las entidades que tenían la encomienda de gestionar los ahorros de la gente común, en una tierra que se distingue por su capacidad de escatimar gastos y atesorar sobrantes.
La comisión parlamentaria acabó envilecida por el disparate de tratar como expertos a los gestores del batacazo. No acudían allí a contar su tráfico económico privilegiado con la entidad que tenían a su cuidado, sino a pontificar cómo debían haberse hecho las cosas para no acabar en la ruina fatal. La comisión fue desde el principio un enredo para simular interés en desvelar los vericuetos que jamás se quiso esclarecer. Con lo aleccionador que hubiera resultado preguntar a los concernidos sobre su toma y daca de favores y dispendios.
Desde los créditos y su interés al reparto privilegiado del parque inmobiliario, sin duda la tajada más suculenta para los pajes políticos del ahorro. Nada de eso les fue preguntado, y tampoco su manejo de las tarjetas opacas o black, que también tuvieron los nuestros como la banda de Rato, finalmente encarcelada. Todavía no han pedido perdón al común atropellado en su estampida. Así que como mejor conquista ya sólo resta salvar los muebles. Lo demás se lo pulieron enterito.