Del inigualable De la Serna al incomparable Ábalos

Cuando parecía que nadie iba a alcanzar las cotas de de inactividad del inigualable cántabro Iñigo de la Serna en el Ministerio de Fomento, llegó el incomparable valenciano José Ábalos para acabar con el mito. Resulta que el departamento más inversor del Gobierno alude a escasez presupuestaria para no sólo no impulsar sino paralizar más lo ya paralizado por De la serna y sin embargo ayer, muy rumboso, dijo que se comprometía a soterrar la A-62, la carretera que une Tordesillas con Burgos, a su paso por Simancas. ¡Y dos huevos duros! Y eso, sin saber el dineral que cuesta el asunto. A los nuevos inquilinos de Fomento no se les ha ocurrido otra que engancharse a la estrategia del equipo de De la Serna. Dice un pastor de Aliste que «cuando un tonto sigue una linde, la linde se acaba y el tonto sigue». Y pretender tener entretenidos a periodistas y ciudadanos con nuevos proyectos a siglos vista, mientras no acaban lo que llevan más de una década estancados como los tramos sorianos de la Autovía del Duero. Tomaduras de pelo, en esta tierra, las justas. Que por cierto no es nuevo el proyecto del tercer carril en la A-62. Que ya nos contarán para qué un tercer carril que cuesta 4.000 millones de euros (prueben a pasarlo a pesetas si les da la pantalla de la calculadora), según las cuentas de otra inquilina de Fomento en los tiempos del desprendido Zapatero, la andaluza Magdalena Álvarez. No hay dinero para soterrar el tren y evitar una hipoteca histórica en Valladolid, en León o en Palencia y hay para el capricho ese de la A-62. Y mientras, Ábalos entrevistándose a sí mismo en un boletín del PSOE leonés. Tal es la esquizofrenia que reina en la política actual que no se contesta ni a sus propias preguntas. Y no acierta ni con sus propias respuestas como lo de no saber que el polígono leonés de Torneros es competencia suya. ¡Cuánta imcompetencia!