Diario de Valladolid

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SI para algo bueno están sirviendo las primarias del Partido Popular, además de para ir adentrándolos en el maravilloso mundo de esa democracia interna que nunca han practicado y que ahora hacen a regañadientes y con cuentagotas, es para demostrar que los datos de afiliados que llevan años vendiendo son más falsos que los besos de las ‘noches de bohemia’.

Que si son el partido con mayor representación del país; que si su fortaleza les viene a los ‘populares’ de la fuerza que les dan sus miles de militantes; que si cada vez son más... Todo mentira para esconder la verdadera realidad, aquella que dice que su cifra de afiliados es más bien pírrica y la de aquellos que cumplen con el requisito de pagar sus cuotas y de inscribirse para votar quién quieren que sea el próximo sustituto de Mariano Rajoy al frente de la dirección nacional, ridícula. Y lo peor es que esos cuatro gatos que tienen derecho al voto este jueves serán los mismos que decidan los delegados que acudirán al congreso y que, salvo sorpresa mayúscula o que a última hora alguien en el partido decida saltarse sus propios estatutos, decidirán el nombre de su próximo presidente. Vamos, que se avecina un más de lo mismo con un nuevo congreso a la búlgara, en el que aquel candidato que más territoriales controle ganará. Sería curioso que las primarias de la exigua militancia las ganara un candidato o candidata y los delegados del congreso le dieran el triunfo a quien hubiera perdido en esa primera vuelta.

Es el riesgo que se corre cuando se trabaja con un sistema trufado desde la base, que permite engordar durante años las cifras de militantes con las que después se fija el número de delegados por provincias. Se mire por donde se mire, incluso si se quiere mirar para otro lado para hacer la vista gorda que es lo que harán el PP, resulta inadmisible hablar de una verdadera democracia interna cuando en ella van a participar cuatro gatos. Porque sólo así puede calificarse ese poco más del 7% de los afiliados que están inscritos.

No hay peor mentira que la de querer engañarse a uno mismo. Eso es justo lo que durante años viene haciendo el PP, que ahora ve cómo salen al descubierto sus vergüenzas sobre un número de afiliados que está muy lejos de la verdadera realidad y que viene a destapar la gran mentira de estas primarias.

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