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La cantera por fin da oro

El club blanquivioleta cumple hoy 90 años mientras celebra un ascenso a Primera División en el que los jugadores salidos de los filiales han tenido un papel importante y esperanzador para la base pucelana

Los componentes del equipo juvenil A posan con los técnicos en el césped del José Zorrilla.-REAL VALLADOLID

Publicado por
Guillermo Sanz

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Hoy se entona el cumpleaños feliz en el José Zorrilla. El Real Valladolid entra en la ‘noventena’ y luce como los abuelos de los anuncios de televisión: radiantemente joven. Han pasado nada más y nada menos que 90 años desde que los directivos de los desaparecidos CD Español y Real Unión Deportiva firmaron un acta que daba por constituido el Real Valladolid.

La camiseta blanquivioleta comenzó a hacer historia con grandes triunfos -como reza su himno- en el grupo B de la Segunda División (una categoría equivalente a la actual Tercera) de un Campeonato de Liga que se puso en marcha aquella misma temporada. Hoy ya se prepara para afrontar su 43ª temporada en Primera División después del ascenso conseguido el pasado sábado.

Aunque el Real Valladolid se distinguió desde sus orígenes por ser uno de los primeros clubes españoles en fichar jugadores extranjeros (como fue el caso del delantero húngaro Reszo Kohut), la pirámide nutricional blanquivioleta tiene históricamente su base en Valladolid, especialmente desde que en 1944 se sumara al organigrama a su equipo filial (un rol que adoptó en su primer momento el Recreativo Europa Delicias).

La cantera del Real Valladolid ha sido un vergel intermitente en el que han crecido muchos de los iconos del fútbol vallisoletano. De las categorías inferiores brotó el primer internacional nacido a orillas del Pisuerga: Gerardo Coque. Sus pasos les siguieron con más o menos suerte cientos de jugadores autóctonos. Algunos de ellos lograron tocar la gloria, como Eusebio Sacristán (campeón de Europa con el Barcelona en Wembley), Onésimo Sánchez, Fonseca, Luis Minguela o Rubén Baraja. Cada pocos años, un diamante destacaba en la mina de los ancestros de los anexos para brillar en el primer equipo.

El legado de estos jugadores tiene su herencia en el actual Real Valladolid, un equipo en el que los jugadores de la cantera han sabido encontrar su acomodo en plena época de globalización deportiva. Sergio González ha abierto la puerta de la élite del fútbol nacional con un manojo de llaves de las cuales tres tienen la etiqueta vallisoletana. Calero, Anuar y Toni Villa han experimentado la sensación de vivir un ascenso con el equipo que les vio crecer; un cosquilleo único que también han sentido David Mayoral, Jose Arnáiz (antes de emigrar al filial del FC Barcelona) o Javi Pérez, que debutó ante el Sporting de Gijón en el playoff de ascenso.

El futuro se ha revalorizado a los pies de Parquesol, donde el Promesas también ha dado el do de pecho en una temporada que parecía perdida. Miguel Rivera obró el milagro y sacó del pozo un equipo que parecía destinado a la Tercera División. Sergio ya sabe que tiene una cuna de gladiadores de la que ir tirando en el caso de que lo necesite. La respuesta está asegurada.

Con un sueño en primera y un espejo en Segunda B, la cantera del Real Valladolid tiene motivación suficiente para seguir creciendo. El club cuenta con ocho equipos en su cantera: dos juveniles, dos cadetes, dos infantiles y dos alevines. En total, 139 licencias federativas (más 34 técnicos).

Los chicos del juvenil A, dirigidos por el histórico Víctor (y con Chuchi Macón de mano derecha) ha firmado una temporada sobresaliente en División de Honor Nacional, donde terminó en cuarta posición. Sólo los filiales de Atlético Madrid, Rayo Vallecano y Real Madrid pudieron superar a los blanquivioletas. Sus compañeros del Juvenil B dominaron su grupo en Liga Nacional desde la tercera jornada, cuando ocuparon una primera plaza que nunca soltaron.

La cantera ha seguido los pasos de los equipos de arriba (y viceversa) firmando boletines de notas plagados de sobresalientes en todas las categorías. Desde el cadete A de Javi Baraja hasta el alevín B, los filiales del Real Valladolid han conseguido cuatro cuartos puestos gracias a la temporada inmaculada del alevín B (que no conoció la derrota en todo el curso), el cadete B (sólo perdió un partido, ante Íscar) y el infantil A. El infantil B cerró la temporada en una notable tercera posición y el alevín A como subcampeón de su grupo.

A los equipos de cantera, elRealValladolid suma sus equipos de escuela (dos infantiles, dos alevines y un benjamín); un ‘colegio’ en el que aprenden los valores blanquiviloletas 69 pequeños jugadores de la ciudad con licencia. Los elegidos de una escuela con 300 alumnos que trabaja captando benjamines, normalmente a través de clubes convenidos, que entrenan desde Navidades con técnicos del club y que compiten en diferentes torneos.

La cantera delRealValladolid vuelve a dar oro y promete más. Para ello, la dirección de la misma está en manos de un ilustre como Marcos, que celebra el buen estado de salud de la cantera blanquivioleta: «La cantera es esencial para el Real Valladolid, tal y como se ha demostrado esta temporada. No solo en el primer equipo con la consolidación de Calero, Toni y Anuar, todos ellos con un rol protagonista, sino también en el resto de escalafones de la estructura. El Promesas fue el equipo que más minutos a juveniles dio en toda la categoría de bronce. Eso permite a los futbolistas crecer, quemar etapas y llegar mejor preparados al siguiente escalón», analiza.

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