Una obsesión electoral llamada Óscar Puente

EL PP ha dejado el nombre científico de su obsesión electoral: Oscar Puente. Un sencillo y contra pronóstico alcalde de capital de provincia al que las estrategias de los populares acabarán por convertir en alguien importante. Al tiempo. Los populares en el caso del regidor pucelano se han decantado por la discutida técnica Froilán: pegarse un tiro en el pie. Otra explicación no tiene la misiva enviada desde la vallisoletana María de Molina Street a la madrileña Ferraz Street el viernes pasado para advertir a Pedro Sánchez que su portavoz ha hecho novillos y se ha ciscado en la independencia del Procurador del Común. En Ferraz ayer nadie sabía todavía de la carta de marras. No es probable, pero tampoco descartable, que alguien en la sede socialista, ante la escasez de papel higiénico, optara por, una vez leída, otorgarle un más escatológico y menos dialéctico uso a los dos folios del escrito de reprimenda que le endosa el secretario autonómico, Francisco Vázquez, a toda la ejecutiva federal delPSOE al unísono. Eso o que Sánchez ha conminado a su portavoz y amigo a escribir cien veces:«Harás lo que te diga el PPsin rechistar y no les incomodarás aunque estemos en año preelctoral y nos estemos jugando nuestra vida política». ¿Qué otra cosa hubiera hecho el PP en caso contrario? ¡Tanta ocurrencia tendrá padre! Porque está la madre que la parió, que diría un castizo. Seguramente la política actual no sea tan exigente como para que un viernes por la tarde un dirigente tenga que hacer el ridículo epistolar con acuse de recibo. Esta carta se va a hacer tan sonada en el género como aquella del apóstol a los filibusteros. Hasta la ingenuidad tiene límites. Ycon ella Puente es más fuerte, más sólido y más imprescindible en el PSOE. «¡Más Puente; es la guerra!», se oyó gritar a Sánchez en Ferraz tras tirar de la cisterna.