Diario de Valladolid

PATINAJE ARTÍSTICO / CDO

El aprendiz de Javier Fernández

El joven Vladimir Serrano es el único patinador masculino del club, tanto sobre hielo como sobre ruedas / A sus siete años ha debutado en competición, proclamándose campeón autonómico benjamín

Vladimir Serrano posa con sus patines de línea y de hielo sobre la pista del CDO, donde entrena con su madre.-PABLO REQUEJO

Vladimir Serrano posa con sus patines de línea y de hielo sobre la pista del CDO, donde entrena con su madre.-PABLO REQUEJO

Publicado por
Guillermo Sanz

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Sobre cuchillas o sobre ruedas. Cualquier vehículo es bueno para comenzar una aventura y descubrir nuevos caminos. Si alguien lo duda, puede preguntar al madrileño Javier Fernández, un superhombre capaz de rasgar con el filo de sus patines el velo de los prejuicios y colocar en los lugares más vistosos del escaparate nacional un deporte como el patinaje artístico. Aunque al campeón del mundo y medallista olímpico le queda mucha cuerda, nunca se sabe dónde se esconde el encargado de defender su legado... y Valladolid tiene un candidato de nombre Vladimir Serrano.

El patinaje corre por las venas de este joven vallisoletano de siete años. Su madre, Adriana Skertchly, es la entrenadora del Patinaje Artístico CDO y la responsable de ponerle sus primeros patines cuando Vladimir tenía un año y medio para comprobar «que tenía buen equilibrio para su edad». El hielo y la pista causaron en el patinador el mismo efecto que la luz a las polillas... un efecto hipnótico y, es que, criarse a los pies de una pista ayuda a generar ese campo magnético: «La pista es su segundo hogar», confiesa Adriana.

Vladimir Serrano entraba y salía de la pista casi como el que lo hace en su cuarto de juegos. Siempre sobre ruedas, siempre soñando, como buen niño. «Lo que más me gusta es ir rápido y hacer cruzadas», reconoce el joven patinador, que desvela su predilección por el patinaje artístico sobre ruedas por encima del hielo: «Me siento más seguro», asegura.

El pionero del patinaje artístico vallisoletano ya se ha deslizado hasta la puerta de la competición. Sin ir más lejos, este año participó en el Campeonato de Castilla y León celebrado en Renedo, consiguiendo la medalla de oro en su categoría, benjamín Cuarta División (las divisiones en patinaje son como los cinturones en karate, tienen que demostrar en un examen su evolución técnica para ascender). «Estaba muy contento, porque no me lo esperaba», confiesa Vladimir, que quiere dar un paso más en su evolución: «Ahora dice que se va a meter de lleno en los entrenamientos del club, y yo le voy a meter caña», confiesa Adriana que, como entrenadora, destaca «la postura y el equilibrio que tiene» su hijo / pupilo.

Aunque los hombres son minoría en el patinaje artístico, Vladimir tiene un listado de espejos en los que mirarse. De Javier Fernández a Plushenko pasando por Felipe Montoya o Yuzuru Hanyu. Sin embargo, el patinador vallisoletano tiene claro quién es su referente: «Me gustaría ser patinador y entrenador como mi mamá. Me gusta dar clase, a un amigo le enseño a patinar», explica el deportista.

Vladimir Serrano es una isla masculina en medio de un océano de mujeres y una semilla que puede dar como frutos otros patinadores chicos que sigan su camino. «Es complicado encontrar chicos en patinaje artístico porque todavía hay muchos prejuicios. La gente piensa que es cosa de niñas, pero no es así, hay que ser verdaderos atletas para llegar al nivel de Javier Fernández y Felipe Montoya. Hay que trabajar mucho, tienes que tener la fuerza de un atleta para realizar los saltos y la gracia para hacerlo bien», explica Adriana Skertchly, que entiende que decir que el patinaje artístico es cosa de mujeres es «como decir que el fútbol o el hockey son deportes de chicos», una anacronismo perdido en el siglo XXI.

Hacer normal lo extraordinario es un reto que ha empezado a ganar, casi sin ser consciente de ello, Vladimir Serrano, que a la pregunta de si quiere que haya más chicos en los entrenamientos contesta con un rotundo «No» seguido de una sonrisa.... Al fin y al cabo, él es el único rey en el reino de hielo. Sin embargo, tarda poco en reaccionar y en cambiar su respuesta: «Estaría bien que hubiera más niños, les gustaría patinar, porque se puede ir rápido», entiende Serrano que, mientras sus compañeros visionan los dibujos de moda en una tablet él busca vídeos de los mejores patinadores del mundo para encontrar modelos a los que imitar.

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