Diario de Valladolid

Redacción de Valladolid

Un discurso repetido

Creado:

Actualizado:

POCAS DIFERENCIAS sustanciales existen entre el discurso de investidura de ayer de Juan Vicente Herrera y el del 23 de junio de 2011. Salvo que el de ayer duró 4 minutos menos, que el candidato a la Presidencia de la Junta consumió más agua y que se le vio en sentido literal con menos el pelo; en el resto, las similitudes superaron a las diferencias.

La fecha del noveno debate de investidura le regaló un buen dato de paro registrado. Por primera vez desde noviembre de 2011, el desempleo bajaba de los 200.000 parados. Herrera volvió a repetir sus prioridades y objetivos: actividad económica y empleo, blindaje de los servicios esenciales (sanidad, educación y dependencia) y despoblación y fortalecimiento del proyecto de Castilla y León con cohesión territorial.

Es verdad que ayer hubo nuevos anuncios de participación de la sociedad civil, ley incluida, y más llamadas al diálogo que nunca como corresponde a la pérdida de la mayoría absoluta. Pero no es menos cierto que en 2011 prometió mecanismos de participación ciudadana en las Cortes que quedaron en agua de borrajas. La autocrítica a los escándalos internos brilló por su ausencia.

De nuevo, eso sí que es ya un clásico, la crítica al modelo de financiación autonómica, como en 2011, si bien en este caso con una advertencia o amenaza: O se pacta urgentemente uno nuevo o se verían obligados a devolver al Gobierno central competencias que no se pueden asumir.

El aviso es contundente y fue acompañado del perjuicio que ocasiona el actual modelo: el desfase entre ingresos y gastos supone 500 millones de euros anuales, lo que, en palabras de Herrera, dificulta el cumplimiento de los objetivos de déficit. Frente a esta constatación, el anuncio de que no habrá subida de impuestos en cuatro años, pero sí más reducción en determinados tramos del IRPF y una lucha más intensa contra el fraude.

Es difícil gestionar así una Comunidad. Bien está asegurar por medio de una reforma del Estatuto un blindaje para el gasto social. Pero para ello hace falta una transparencia en las cuentas públicas que permita el control periódico de los compromisos y, sobre todo, vías de ingresos que, o vienen de Madrid, o vienen de una mayor progresividad para que paguen más los que más tienen.

Los compromisos económicos de ayer saben a poco, pese a que cuantificó sin precisar los 2.000 millones de inversión y los 600 para empleo. Al menos habrá 426 euros al mes para los autónomos. Donde le faltó ambición y mucha sigue siendo en I+D+i. Ni recuperando el 3% del presupuesto no financiero, como ayer prometió, va a cumplir la estrategia europea.

tracking