Alarma en Las Merindades por ataques de lobo en explotaciones y cascos urbanos
En la localidad burgalesa de Espinosa de los Monteros más de una decena de ovejas han muerto recientemente / Una explotación de equino vendió sus ejemplares hace dos semanas / «Mucha gente que quiere emprender se lo piensa» dice uno de los afectados
Mientras las organizaciones profesionales agrarias (Opas) tratan de ejercer presión para impedir la inclusión del lobo como especie protegida desde el Ministerio para la Transición Ecológica, los ataques a la ganadería se suceden. De sobra conocidos son los casos que, desde hace años, se vienen denunciando en la zona sur de la provincia de Burgos, en localidades como Vilviestre del Pinar o Palacios de la Sierra. Sin embargo, el foco del problema se sitúa actualmente sobre la comarca burgalesa de Las Merindades. Tan solo a lo largo de este mes, al menos cinco explotaciones han contabilizado bajas tras la incursión de cánidos hambrientos.
Iván Pereda es uno de los afectados. Todavía le cuesta dar crédito a lo sucedido porque el ataque que sufrió a principios de mes tuvo lugar en pleno casco urbano de Espinosa de los Monteros. Ver para creer. De hecho, se decidió a instalar cámaras de movimiento para comprobar que un lobo había matado a dos de las ovejas que reposaban en su finca. Al estar «cerca de pisos», pensó que «lo normal sería que fuesen perros». Pero no. Antes de observar las imágenes y confirmar sus peores temores, un amigo le dio la voz de alarma en torno a las 7 de la mañana. El amigo en cuestión trató de impedir que el lobo escapase e incluso le siguió con el coche, pero el daño ya era irreversible.
El suyo no es el primer caso reciente. Días antes, un vecino le comentó que un animal había atacado a tres corderos con resultado de muerte. No imaginaba ni de lejos por aquel entonces que se trataba de cánidos capaces de entrar hasta Espinosa. Sin embargo, tiene constancia de que «el lobo ha matado unas 10 o 15 (ovejas) en el casco urbano». Por no hablar del resto de episodios similares que se están produciendo últimamente en la comarca. El más reciente, precisa, aconteció hace justo una seman en Merindad de Sotoscueva, también dentro del casco urbano de un pueblo cercano a la cueva ermita de San Bernabé.
La situación comienza a ser «alarmante» en Las Merindades. Así lo denuncia Asaja, que a mediados de abril informaba sobre los ataques registrados en Espinosa, Sotoscueva, Rozas de Valdeporres y Herbosa. Entre las víctimas, no solo se encuentran ovejas. También hay terneros y potros. Por todo ello, el presidente de la organización en Burgos, Esteban Martínez, no dudó en aseverar que «los que se encuentran en peligro de extinción no son los lobos, son los ganaderos, que cada día acuden a su explotación sin saber lo que se van a encontrar».
Iván no puede estar más de acuerdo con lo de que los ganaderos están en peligro de extinción. Lo ve poco a poco con sus propios ojos. Hace un par de semanas, dos amigos suyos decidieron vender los ejemplares de su explotación equina tras sufrir ataques. No les compensa, ni por las pérdidas ni por el hecho de tener que estar constantemente ojo avizor por si viene el lobo.
«Mucha gente que quiere emprender se lo piensa», lamenta Iván, incapaz de ocultar su «disgusto» por la pérdida de estas dos ovejas. Para él, se trata de un «hobby» y por eso le duele encontrarse así a cualquiera de sus animales porque al final «les coges cariño». No en vano, también le estremece pensar en aquellos ganaderos que se dedican en cuerpo y alma a sus explotaciones pese al sacrificio y cada vez menor margen de beneficio que deja esta actividad.
Sobre este fenómeno, el de la despoblación por falta de oportunidades o la dificultad que entraña mantener cierto tipo de negocios, Asaja no deja de reivindicar «la importancia de la ganadería en la provincia de Burgos, ya que se trata del sector que fija población en el medio rural y preserva nuestro paisaje y sostenibilidad».