Diario de Valladolid

El lechazo, ‘made in’ Castilla y León

Las Opas alertan de una invasión de corderos de otros países ante la inminente llegada de la Navidad que amenaza con tumbar los precios del sector, mientras la Administración autonómica demanda un plan nacional para el ovino y caprino

Un ganadero ayuda a una oveja a amamantar a su cordero en una granja de la localidad salmantina de Macotera. ALBERTO DI LOLLI

Un ganadero ayuda a una oveja a amamantar a su cordero en una granja de la localidad salmantina de Macotera. ALBERTO DI LOLLI

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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La calidad superior del lechazo de Castilla y León es un hecho contrastado por los mejores expertos de la restauración y de la industria agroalimentaria. Los siglos respaldan la excelencia de un oficio que en cada Navidad recauda buena parte de los beneficios totales del año. Un oficio que se ve, cada vez más, amenazado por la llegada de animales criados en terceros países, cuyos ganaderos no están obligados a cumplir todos los requisitos sanitarios y ambientales de la Unión Europea y que, por tanto, practican una competencia desleal tirando hacia abajo de los precios.

Las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas) salen cada Navidad en defensa del sector, alertando de esa realidad. La Administración autonómica ha tomado medidas de protección, como las marcas Tierra de Sabor o la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Lechazo de Castilla y León , creada en 1997 y que aglutina casi 800 explotaciones de todas las comarcas cerealistas de la Comunidad. 

En Castilla y León se sacrifican cada año más de tres millones de corderos destinados al consumo directo. El último ejercicio cerrado, el de 2019, pasaron por el matadero 3.093.018 corderos en la Comunidad, justo un tercio del total de los sacrificados en toda España (9.339.473). Todas esas cabezas produjeron 27.426 toneladas de carne, el 27% del total del país (101.832), lo que evidencia el liderazgo de la Comunidad en corderos de menor tamaño, los célebres lechazos de la tierra de menos de 7 kilos en canal. En esta categoría, la región produjo en 2019 un total de 8.382 toneladas de las 11.696 que sumó el conjunto nacional, lo que supone casi el 72%.

En este escenario, los productores alertan de una tensión en los precios por la entrada de lechazo extranjero . Una entrada que provoca que las cifras de la estadística no reflejen de una manera fiel la realidad, puesto que muchas de las cabezas sacrificadas en la región han llegado vivas de otros países.

Hace pocos días, la Unión de Pequeños Agricultores (Upa) de Castilla y León dio la voz de alarma: «En estas fechas prenavideñas están entrando masivamente corderos de otros países a los mataderos de nuestra región», advirtió. Y es que aunque la importación del producto «sea legal», supone un gran perjuicio para los productores locales, por lo que la Opa reclamó a la Administración regional «el cumplimiento de todas las normas relacionadas con la trazabilidad del producto y la información al consumidor». 

Ante esa ‘invasión’ de producto del exterior, Upa demanda a la Junta que «vigile esa entrada de corderos de origen foráneo, que se sacrifican en los mataderos del territorio autonómico y que nada tienen que ver con los lechazos de calidad criados en nuestra Comunidad Autónoma».  

«La realidad, es que nos encontramos un año más con importaciones de corderos de fuera sacrificándose en los mataderos de la región. Sin ser una práctica ilegal, el hecho de colocar en algunos casos a las piezas el sello de Castilla y León por haberse sacrificado en nuestra región delata la verdadera intención de engañar al consumidor, y de perjudicar de esta manera al ganadero de Castilla y León», señaló la organización. Por eso, Upa, como también han hecho Asaja, Coag y UCCL en distintas ocasiones, pide a la ciudadanía que exija «información completa» sobre el lugar de origen del producto y demanda a las administraciones «que intensifiquen los controles de las importaciones para evitar que mataderos e intermediarios especulen forzando la bajada de precios del cordero autóctono».

También hace «un llamamiento a la sociedad castellanoleonesa para que todos y cada uno de los ciudadanos de esta región hagamos activismo por nuestro medio rural y por nuestro sector agroalimentario ». Para ello el consumidor debe tener cuidado de dónde se ha criado el lechazo con el que va a celebrar las fechas navideñas.

«En esta tierra contamos con decenas de productos de la tierra que son únicos y la expresión viva del buen hacer de agricultores, ganaderos, cooperativas e industrias agroalimentarias. Esta región dispone de excepcionales denominaciones de calidad y con productos catalogados como los mejores del país y del mundo en materia de vinos, carnes, lácteos, embutidos, frutas, hortalizas, legumbres, huevos, aceites, sidras, frutos secos, dulces y un largo etcétera, que si por algo se caracterizan es por tener en su identidad la calidad, el origen, el territorio y la trazabilidad de lo bien hecho», señalaron.

Por todo eso, Upa en esta época y de cara a las inminentes fiestas, en las que se consume más, pide a los consumidores que «compren productos agroalimentarios de la región », y se reafirma en la idea de que «sin agricultores y ganaderos, y sin los productos que los profesionales agrarios elaboran, la Navidad no existiría tal y como la conocemos».

Seguridad

La seguridad alimentaria y el valor añadido  que suponen comprar lo de nuestra tierra «deberíamos tenerlo en cuenta cuando nos acerquemos a los lineales, comercios, tiendas y grandes superficies», señaló la misma fuente. «Además, con esta compra de proximidad estaríamos avanzando en materia medioambiental, reduciendo la huella de carbono y disminuyendo las emisiones de CO2 valorizando aún más lo de aquí respecto a lo foráneo. Si todos diéramos este paso, se estaría avanzando mucho en algo que resulta tan necesario como fomentar el desarrollo rural y contribuir, de este modo, al problema que tenemos de despoblamiento».

En la misma dirección se pronunció la pasada semana la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL): «La importación masiva de lechazos de otros países, de peor calidad y un 22% más baratos que los producidos en Castilla y León, está marcando el inicio de la campaña navideña de este año y hace peligrar la rentabilidad de las explotaciones ganaderas de ovino». Ante este problema, UCCL exigió la «obligatoriedad del e tiquetado del origen de la carne de ovino , tanto envasado cómo la carne vendida a canal, y que la administración competente lleve a cabo los controles oportunos para verificar el cumplimiento de la trazabilidad en los lineales de los supermercados y en las carnicerías».

Y es que los ganaderos de ovino de Castilla y León, en los días previos a la campaña navideña, «se juega en torno al 12% de sus ventas de todo el año, y la entrada de lechazos de otros países, sumado a las dificultades actuales a consecuencia del cierre de canal Horeca en ciertas comunidades, y la acumulación de lechazos congelados de la primavera, hacen que el precio pagado a los ganaderos sea un 13% más baratos, hecho no así reflejado en los lineales, donde el consumidor sigue pagando importes muy similares a los del año pasado».

Los «engaños en el origen de los lechazos » durante estas fechas navideñas, «se incrementan al aumentar exponencialmente el consumo de estos alimentos, por eso, es importante que el etiquetado sea adecuado, claro y visible, incluso cuando la venta del lechazo sea en canal, para evitar el fraude al consumidor», señala la Opa.

Etiquetado

Del mismo modo, UCCL recuerda a los consumidores la importancia de adquirir los productos «una vez comprobado el etiquetado para evitar fraudes como los que se han dado en otros años: productos en los que se resalta el lugar de envasado en vez del de origen que llevan a confusión y otras prácticas desleales ». Por eso, «en la medida de lo posible, la organización recomienda a los consumidores priorizar los de origen español, poniendo en valor su proximidad y su excelente relación calidad precio».

Una demanda a la que se suma Asaja, que reclama «más productos locales en los lineales de supermercados e hipermercados ». Y es que la organización «ha detectado, una vez más, el arrinconamiento sistemático que sufren los productos de nuestros ganaderos y agricultores frente alimentos de fuera de menor calidad en un momento crucial para las familias»

Asaja denuncia «patatas y corderos franceses, cítricos de Sudáfrica o legumbres de América», que son «sólo algunos ejemplos de la masiva presencia que estos productos tienen en nuestros supermercados e hipermercados», y es que «no hay posibilidad de elección, el consumidor , a veces, sólo puede elegir productos producidos fuera de nuestras fronteras». 

El último ejemplo puesto por la Opa, «la venta de chuletillas de lechazo italianas que se pueden adquirir en una conocida cadena valenciana». Por ello Asaja pide «un compromiso real de la distribución por los productos locales y de kilómetro cero, de más calidad y sostenibles, producidos por nuestros ganaderos y agricultores, que tienen unos precios igualmente competitivos».

Consciente de este escenario, y de los problemas de rentabilidad de las explotaciones ganaderas, el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural , Jesús Julio Carnero, demandó al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el pasado jueves, en la Conferencia Sectorial, un programa nacional para el sector del ovino y caprino. Carnero aseguró que los sectores ganaderos «deben seguir siendo apoyados, estableciendo un pago por cabeza de ganado, atendiendo especialmente a aquellas producciones que cuentan con escasa base territorial, como son el caso del ovino y caprino, vacuno de leche y vacuno de cebo». 

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