Diario de Valladolid

FRUTALES

Las bajas temperaturas condicionan la óptima floración de los manzanos

Cosecha Nufri mira al cielo dada la situación de máximo riesgo por la sensibilidad de los frutales ante las posibles heladas, ya que los registros están siendo más fríos que de costumbre para esta época

Manzanos floreciendo / HDS

Manzanos floreciendo / HDS

Publicado por
Irene Llorente Yoldi

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Mientras Nufri espera que terminen de florecer los manzanos , los trabajadores de la explotación se encuentran realizando labores de mantenimiento, que pasa por desplegar malla, además de terminar la poda. Una época en la que la empresa mira al cielo por la especial situación en la que se encuentra el cultivo. Tampoco ayuda que la finca se encuentre en un llano, más expuesta a las inclemencias meteorológicas. Y es que las temperaturas están siendo «más frías que de costumbre» , por lo que de continuar de manera prolongada con «datos extremadamente, bajos hasta con heladas» , tendrá su repercusión en la cosecha, dejándola tocada y hasta puede llegar a perderse, tal y como temen desde la firma. 

Lo cierto es que en febrero se registraron temperaturas muy altas para lo que viene siendo habitual en ese periodo del año invernal, lo que produjo un avance de la floración. «De este modo ahora, finales de abril y plena floración, nos encontramos en una situación de máximo riesgo por la sensibilidad en que se encuentra el cultivo, y las temperaturas están siendo más frías que de costumbre para esta época, por lo que una prolongación de temperaturas extremadamente frías o heladas, podrían perjudicar gravemente la cosecha e incluso echarla a perder». Lo explica Ignasi Argilés, director de producción y comercialización del Grupo Nufri.

Argilés recuerda que en 2019 la cosecha fue «normal», después de un 2018 de fuertes heladas y muy poca producción. Para este año, se esperan producciones equilibradas, que propiciarían buenos resultados de calidad. Pero indica que «aún no podemos avanzar ya que debemos esperar a que termine el proceso de floración, que depende de las condiciones meteorológicas, porque son claves para el desarrollo de la temporada». De hecho, constata que «una helada en estas fechas, provocaría una pérdida de la producción. Al final, nuestro trabajo depende del esfuerzo diario de todo el año, y debemos ser constantes y precavidos para obtener los mejores resultados».

La última fase de plantación se realizó en 2018, con 60 nuevas hectáreas, que alcanza así las 800 hectáreas plantadas, que cuando se hallen en plena producción, se prevé llegar alrededor de los 40 millones de kilos de manzanas anuales, según las estimaciones de Nufri, que por el momento no tiene previsión de ampliar la superficie en los próximos años. Pero la tecnificación y mejora es constante año tras año, para ser más eficientes y sobretodo, cuidar el medio ambiente, indican desde la empresa hortofrutícola.

A raíz de la pandemia por Covid 19 se aprobó un plan de contingencia para todo el grupo y poder proteger a todos los trabajadores, ya que, como empresa de actividad esencial, debía seguir en activo para poder servir a proveedores y supermercados. «Nuestro objetivo fue anteponer la salud de nuestro personal, por lo que se tomaron todas las medidas necesarias, tanto en campo como en planta: distancia de seguridad, teletrabajo a medida de lo posible, uso de material de protección, así como disminución de personal por vehículo, entre otras actuaciones», indican. No obstante, ahora es tiempo de mantenimiento, de modo que la afluencia es menor, con una plantilla que ronda los 80 trabajadores, cuando en momentos de cosecha superan los 500. 

En Altos de Yara, finca situada en Valverde de Ágreda, en la parte noreste de la provincia, justo en el lado opuesto a la de Nufri, al oeste, los manzanos van un poco adelantados por las temperaturas suaves que han registrado durante todo el invierno. También la ubicación ha ayudado, al estar protegida entre altos, como el propio nombre indica . De hecho, «ya se ha procedido a quitar algo de flor, a la espera de que empiecen a salir las frutas» , explica Raúl Sanz, propietario de la explotación. Y es que recuerda que la fuji, principal variedad de Altos de Yara, es muy vecera (produce en años alternos), pero según la floración no viene mal. En estos momentos en la finca hay una decena de operarios, que se dedican fundamentalmente al mantenimiento. Justo ahora también están colocando el techo para evitar granizadas. «Las lluvias nos han venido fenomenal, de modo que afrontamos la temporada con optimismo», añade Sanz. 

En Altos de Yara, que cuenta con una superficie de 40 hectáreas, también está diversificando con otros productos, como el albaricoque, cuyos árboles ya están produciendo, y el tomate, a ‘contratemporada’. Pero de momento la ampliación está bloqueada a la espera de la más que deseada concentración parcelaria de la comarca, que a su juicio será «un revulsivo muy importante para la zona», porque por su geografía y climatología puede apostar por muchos cultivos alternativos y de futuro, más rentables que los tradicionales herbáceos o el girasol, tan habituales en Soria.  «Ahí se animarán unos cuantos agricultores y nosotros, que tenemos varias parcelas disgregadas, podremos aumentar superficie». Lo cierto es que las ventas van en incremento, no sabe si por el propio crecimiento de la marca, o porque ha ayudado la situación del Estado de Alarma. «Desde luego en la cuarentena estamos vendiendo más que nunca», añade.

38.000 toneladas en toda la provincia en la temporada pasada

La provincia de Soria lidera desde hace años la producción de manzanas de la Comunidad. Gracias a que el regadío está empezando a ganar terreno, son varias las empresas que han apostado por producir en Castilla y León, motivados por la altitud. Y es que la temperatura disminuye un grado centígrado por cada 180 metros de ascensión. Con ello se logra más horas de frío, más cantidad de hidratos de carbono (glúcidos o sacáridos) y más aroma por la insolación y sequedad. Así a mayor insolación, existe un mayor número de cloroplastos, con lo que se produce mayor elaboración de almidón y la fruta es más dulce. La primera en aterrizar en Soria fue la leridana Nufri, que adquirió hace ya casi doce años años la antigua finca de Ebro Puleva en La Rasa de 1.050 hectáreas con un proyecto para plantar 800 hectáreas de manzanos. En la misma comarca se encuentra Deda Ebro, ubicada en San Esteban de Gormaz, que cuenta con una plantación de 70 hectáreas. Hay otra empresa de Lérida instalada más recientemente, Frutas Queralt, que ha elegido Ines para plantar manzanos en la finca La Ciñuela. Y en Valverde de Ágreda la empresa de manzanas Finca Señorío de Rioja a través de Altos de Yara con 40 hectáreas situadas a 800 metros de altitud.  

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