PREVENCIÓN
Caderechas cierra su curso con la ‘drosophila’ y la ‘rhagoletis’
Plagas. La Asociación de Productores del valle burgalés cerró su IX Curso con la charla de la extremeña Teresa García, quien confirmó que además de riqueza frutícola, con el Jerte comparten también enemigos

Los organizadores destacan el alto número de participantes que se acercaron a las charlas del curso.-ECB
La Asociación de Productores de Manzana y Cereza del Valle de Caderechas hacen un satisfactorio balance de la novena edición del curso que acaba de concluir este mes de diciembre, y en el que como cada año no han dudado en dar cabida a temas que consideran básicos, como la poda -que creen tarea esencial en su labor-, pero también a otros que les preocupan especialmente, como ha sido la presencia de varias plagas con las que están aprendiendo a convivir y contra las que luchar.
Y para ello, no dudaron en contar entre los ponentes de esta edición con María Teresa García, ingeniera agrónoma de la Junta de Extremadura, quien trasladó a los productores burgaleses la triste evidencia de que a pesar de la distancia, el ‘hermano mayor’ que es para Caderechas el valle extremeño del Jerte, se encuentra con problemas comunes a los del paraje burgalés al compartir, además de su riqueza frutícola, enemigos comunes y plagas.
Y es que se evidenció la omnipresencia en ambos (en verdad en todo el territorio español y europeo) de la Rhagoletis -conocida como la mosca de la cereza y habitual en Europa-, y de la Drosophila suzukii. «Especie ésta última llegada de Asia a nuestra zona, donde el cambio climático está dando lugar a temperaturas más suaves en parajes donde además, no cuenta con depredadores, con lo que campa a sus anchas», explicaba el presidente de la Asociación de productores, Juan José Gandía.
De ahí que saber más al respecto de ambas fuera una de las finalidades de la última cita del curso a principios de este mes, «ya que estos dos pequeños insectos conviven con el cerezo, duermen y despiertan con él literalmente cuando con la primavera las temperaturas comienzan a ser más cálidas y el árbol empieza a echar la flor que precede al fruto, ya que el frío y el calor excesivos acaban con ellas, de ahí que buscar cómo luchar contra ellas o contenerlas antes de primavera y verano sea una de las vías de trabajo en las que estamos inmersos».
Y es que, como explica, mientras el cerezo desarrolla su fruto, la rhagoletis se aletarga en el suelo en forma de pupa mientras la drosophila lo hace como adulta en la corteza, «esperando ambas al desarrollo del fruto en el que pondrán los huevos dando forma a las diferentes generaciones, en las que cada ejemplar puede poner hasta 300 huevos», cifra. Proceso reproductivo especialmente peligroso en el caso de la especie asiática, ya que frente a una sola puesta anual de la primera, la drosophila puede dar lugar a 16 al año.
Por ello confiesan que siguen indagando en la manera de luchar contra ellas, siendo la colocación de trampas en las lindes de las fincas (y en su interior líquidos realizados de forma artesanal con vinagre donde los insectos al entrar acaban ahogados), algunas de sus armas más efectivas en esta pelea desigual. «Porque no existen ni productos ni investigaciones específicos para estas especies que nos sirvan de pista, siendo algunos dedicados a agricultura ecológica los que usamos a veces por no ser dañinos para el producto, pues el cuidado del consumidor y de su salud son lo primero, está claro».
Abogan por ello para que la Junta se plantee la posibilidad de iniciar estos estudios, pues si bien el coste de trampas y líquidos no es excesivo, sí supone un control semanal antes del verano y durante éste diario de dichas trampas con el fin de ver el número de insectos, «para lo que necesitamos personal del que no siempre se dispone», comenta.
Así como proponer al área regional de Agricultura, contar con un técnico especializado en frutales, «a quien podríamos remitir lo que observemos en nuestras trampas y actuar de forma conjunta, logrando resultados que nos sirven a nosotros pero también a otras provincias», afirma.