Diario de Valladolid

El secreto de la patata está en «escalonar»

Agricultura El tiempo atípico favorece una siembra temprana aunque lo idóneo sería «retrasarla un poco» para evitar un «atasco» de la producción / Urcacyl dice que las expectativas «no son malas» y aplaude la «profesionalización» del sector

Una cosechadora trabaja un campo de patatas en la provincia vallisoletana.-EL MUNDO

Una cosechadora trabaja un campo de patatas en la provincia vallisoletana.-EL MUNDO

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Elsa Ortiz

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Las máquinas ya están engrasadas y puestas a punto. Las semillas, en manos del agricultor desde hace semanas. La cuenta atrás está en marcha y en un par de días llegará la «media estación». Comienza la primavera sí, pero esta expresión hace referencia a la siembra temprana de patata que, en el caso de la Comunidad, se concentra en Salamanca, Carpio y Tordesillas.

Dos requisitos tiene que cumplir el campo para dar una espléndida acogida a la semilla: buena temperatura y humedad. En el segundo encuentra el presidente de este sector en Urcacyl una leve carencia. Jesús Carrión explica que lo ideal es que la tierra esté húmeda en un 70%. «Este cultivo es exigente con el agua hasta que nace y, a diferencia de lo que ocurre con la remolacha, no se puede regar. Este año es un poco escaso porque no ha llovido», concreta para después restarle gravedad al asegurar que la única repercusión, de no alcanzarse dicho grado, es un crecimiento más lento.

El presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León, Appacyl, da respuesta a la primera de las condiciones: «Este tiempo atípico es buenísimo para sembrar». Y es que, según asevera Eduardo Arroyo, es preferible que la patata «entre en la tierra a la misma temperatura» a la que está. «Si la tienes guardada en un saco a ocho o diez grados, no puedes meterla a menos dos porque se pilla un corte de digestión», bromea.

Que la tierra esté «atemperada» es, a su juicio y siempre que no reine la cautela, un problema de cara al arranque. «Partimos con las mismas fechas que Albacete y Madrid, cuando no deberíamos comenzar antes de terminar ellos», contextualiza Arroyo para advertir que «plantar mucho ahora» en la región se traducirá en un «atasco» en la producción. «Es importante que los agricultores entiendan que no es bueno empezar ya como si no hubiera mañana», aconseja tras desvelar que la clave está en «escalonar» la siembra. «Aunque el terreno esté muy bueno ahora tiene que predominar la lógica», sentencia.

Además de escalonar, el máximo responsable de Appacyl considera que la apuesta más sensata pasaría por «retrasar» la plantación. La siembra se alarga hasta mediados de mayo e incluso principios de junio en Castilla y León; mientras que la cosecha comienza a partir del 20 de julio. Otra fecha a tener en cuenta es «agosto o septiembre», momento en que «se van a prohibir los antigerminativos». Esta restricción, asegura, complicará el «invierno» a Francia y sus patatas «probablemente no harán tanta presión» a las españolas al próximo año. Por ello, Arroyo aconseja envidar por lo tardío. «Si sembrásemos más patatas tardías, que pueden esperar a junio y sacarse en octubre, podrían aguantar hasta enero, febrero e incluso marzo», garantiza tras desgranar que tienen más aguante por su piel más dura y su carne más seca.

Balance

La temporada pasada dejó un buen sabor de boca para los agricultores castellanos y leoneses con «unos precios muy buenos que llegaron a la cima», a pesar de los malos ratios de rendimiento. «La producción fue escasa y cayó en casi un 25%, precisamente gracias a ello el precio subió un 50%», sintetiza el presidente de Appacyl.

Arroyo asegura que, con estas condiciones, «Francia ha quedado limpia y España, prácticamente también». Por lo que, aquellos que aun continúan vendiendo alcanzan los 30 o 40 céntimos. «Es algo escandaloso», subraya.

De cara a la campaña que está a punto de arrancar, el presidente del sector de la patata de Urcacyl considera que las expectativas «no son malas». Celebra que la siembra, a priori, vaya a ser comedida. «No se va a plantar tanto como se pensaba al principio, en torno a las 20.000 hectáreas. Hay poca semilla, no tanta cómo le hubiera gustado al agricultor».

Carrión aplaude el «giro de mentalidad» que ha llegado de la mano de una «profesionalización» que se consolida «a medida que aumenta la superficie por explotación y se tiende a sembrar lo que realmente demanda el mercado». Según su criterio, también ha variado la tendencia: «antes había un cultivo refugio en los regadíos que era la remolacha y con la patata te la jugabas; ahora ya no es así». Otro «fenómeno curioso», por el que Urcacyl «ha peleado mucho» y ya se da, es el «cambio de actitud en la gran distribución». Carrión explica que se ha pasado de unos «lineales enteros de patata francesa» a tomar conciencia de que «hay que consumir producto nacional».

Interprofesional

La puesta en marcha de la Interprofesional es la asignatura pendiente del sector. «Me da pena reconocer que algo que debería estar hecho hace tres años, sigue en un punto atascado», confiesa Carrión. Y es que todavía restan unas adhesiones, concretamente 300 hectáreas, para que sea reconocida como tal.

El presidente de Appacyl, por su parte, asegura que «a día de hoy lo que urge es sacar adelante la campaña y que los agricultores entiendan que hay que escalonar». De cualquier forma, Arroyo calcula que en aproximadamente un mes «estará todo» encima de la mesa. «No queremos que el inicio de algo que nos ha robado tantas horas sea atropellado», concluye.

Red de vigilancia para estar alerta y atajar las enfermedades

«El cultivo de patata es muy importante en Castilla y León. Con cerca de 20.000 hectáreas, la región produce uno de los tres millones de toneladas que se consumen en España al año». Con este escenario como telón de fondo, Asaja solicitó al Ejecutivo autonómico la inclusión de este vegetal en la Red de vigilancia.

«Lo que pedimos es una especie de observatorio», apunta su presidente regional para después concretar que aboga por «una alerta de posibles plagas para que en el momento en que se detecte alguna salte la alarma a los agricultores». De esta manera, continúa Donaciano Dujo, podrán «combatirlas cuanto antes sin que produzcan daño al cultivo o con el menor posible y, por consiguiente, a sus ingresos». Dujo asegura que la propuesta fue bien recibida por la Consejería de Agricultura y Ganadería. De manera que esta red estará compuesta por técnicos de esta área y agricultores en las diferentes provincias.

El presidente de este sector en Urcacyl, Jesús Carrión, garantiza que la Junta «ya hace tiempo» que está realizando un seguimiento. «Están controlando que los pequeños focos de polillas que hay en Galicia no lleguen a la Comunidad», apunta para después advertir que «no puede bajarse la guardia» porque esta enfermedad obliga a suspender la siembra. «No es cuestión de un año, puedes estar en cuarentena hasta cuatro», asevera.

Por su parte, el máximo responsable de Appacyl reconoce estar «dolido» por no haber recibido «ni siquiera una llamada» relativa a una reunión que no entiende por qué se realizo de «manera unilateral». A pesar de ello, Eduardo Arroyo califica de «muy importante» la puesta en marcha de una red de vigilancia en temas «de insectos y hongos», especialmente. «Me parece muy relevante pero creo que es algo que hay que trabajar en conjunto, con todos los agentes», concluye.

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