Diario de Valladolid

RESTAURANTE VISTA ALEGRE (GERIA, VALLADOLID)

La cocina de Belén y Víctor en Valladolid

Víctor y su hijo Ismael, junto a la madre y jefa de cocina Belén Gutiérrez, en el comedor del restaurante.E. M.

Javier Pérez Andrés
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No me cansaré de aplaudir a los restaurantes que mantienen viva esa llama de servicio y oficio destinada a facilitar las cosas al viajero y al comensal al pie de la carretera. En esta ocasión, me detengo en el término municipal de Geria, al pie de la autovía más transitada de la red viaria de la región en la provincia de Valladolid

Víctor Aranda y Belén Rodríguez llevan un año al frente del restaurante-hostal Vista Alegre. Es pronto para valorar, pero tiene muy buena pinta. Son del oficio, no hay más que echar un vistazo al comedor, a los servicios, a la terraza, a la barra y a los pinchos para comprobar que todo está en orden y limpio. Además de la actitud en el servicio, al que se suma el joven Ismael, su hijo, con la misma amabilidad y profesionalidad. Y si a esto le ponemos encima de la mesa los platos de su cocina, la satisfacción y el acierto por haberse detenido a comer están recompensados. 

Menús para el viajero de 16 euros, con varios platos a elegir; los festivos, a 20. A la carta, en torno a los 35-40 euros. La merluza en salsa verde, el bacalao a la gallega, la lasaña de ternera y bechamel, el foie al Pedro Ximénez (el de toda la vida, sin inventos), las manitas de lechazo y el rabo de Toro son la mejor carta de presentación en la mesa. Una cocina de corte moderno, pero sin salir de la linde del recetario y respetuosa con la materia prima. Raciones generosas, con guarniciones cuidadas y mesas cómodas en un comedor pequeño que conserva ese clima familiar que tanto se aprecia y se agradece en un alto en el camino. 

Víctor maneja bien los vinos de la región y Belén, por encargo, siempre responde la demanda de los arroces (bogavante y señoret) y asados de cochinillo y lechazo. Carnes rojas, pata de pulpo, mollejas de lechazo y tostas, además de ensaladas y pastas. Sin duda, una comanda completa. De seguir por ese camino, pronto lograrán el cariño y el reconocimiento que hace décadas obtuvieron Pedro y Virtudes en aquella cantina que se llamó Vista Alegre.

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