Diario de Valladolid

Cuando calienta el sol...

Castilla y León cuenta con 35 zonas aptas para el baño esta temporada. Un paraíso de agua dulce donde se incluyen ríos, embalses, arroyos, gargantas o lagos

Bañistas en el lago Carucedo de León, una de las zonas con mejor calidad de las aguas que permite refrescarse de la canícula en el corazón del Bierzo. / EDUARDO MARGARETO

Bañistas en el lago Carucedo de León, una de las zonas con mejor calidad de las aguas que permite refrescarse de la canícula en el corazón del Bierzo. / EDUARDO MARGARETO

Publicado por
Henar Martín Puentes

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Todos los veranos tienen sus tópicos. La canción que se pone de moda, las barbacoas en la casa de algún amigo que goza del privilegio de disponer de un trozo de jardín, la terraza que convertimos en nuestro segundo hogar por unos meses donde disfrutamos de nuestra cerveza con rigor y cómo no, las playas a las que acudir para refrescarse y darse un chapuzón. Porque Castilla y León, aunque sea región de interior, enclavada en la árida meseta y por tanto sin mar,  puede presumir de contar con 3 5 zonas de baño autorizadas en esta temporada 2023 que comienza el 15 de junio y termina el 15 de septiembre, según el censo oficial de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad. Se trata de playas fluviales, embalses, arroyos, gargantas o lagos. Un paraíso en toda regla donde dejarse llevar y escapar del infierno del asfalto. La Junta de Castilla y León analiza todos los años estos enclaves para determinar la calidad y salubridad de las aguas. Este año han pasado el corte una cifra similar a la del año pasado. Estas autorizaciones como zonas aptas para el baño se otorgan a petición de los Ayuntamientos, que son los que deben solicitarlas a la Junta cada año. Para la concesión de la declaración de zona apta para el baño se han de cumplir algunos requisitos, como por ejemplo someterse a un control previo a la declaración sobre la calidad del agua, una analítica que después se repite a lo largo de la temporada. De esta manera, al margen de este mapa, hay que fijarse en la información puntual que emite cada semana el organismo público tras analizar las muestras de las aguas en el laboratorio. Según estos datos, en esta última semana se han calificado de ‘no aptas’ el río Pisuerga a su paso por Valladolid , en la popular playa de las Moreras y el río Cúa (afluente del Sil) en Cacabelos (León) debido a la presencia de microorganismos.

Si lo analizamos por provincias León se sitúa a la cabeza, con 12 enclaves seguida de Zamora, con 9 y en tercer lugar se sitúa la provincia soriana con 4 zonas de baño, 3 en Ávila, 2 en Burgos, Palencia y Valladolid y por último Segovia, con una  única zona reconocida. Salamanca es la única provincia que se queda, un año más, sin una zona de baño autorizado según la información que está disponible para los ciudadanos (www.saludcastillayleon.es). Y, qué pasa con el resto de playas fluviales, pozas, ríos o embalses? El baño allí  no está prohibido, pero si no aparecen en esa lista oficial, no gozarán del control de calidad del agua y no contarán, a buen seguro, con socorrista ni con esas instalaciones que los ayuntamientos suelen disponer.

En Ávila destaca la Horcajada , una joya situada a 11 kilómetros del Barco de Ávila labrada por el río Tormes y conocida como La Máquina, que se convierte en un plan perfecto para disfrutar de un día en familia mientras se disfruta del espectacular entorno. Otro paraíso fluvial, ideal para sofocar el calor, es el Arroyo Cimorro a la altura de Navalacruz. No solo dispone de duchas, sino de merenderos para disfrutar, al sol o a la sombra, de un caluroso verano, al mismo tiempo que se observan las montañas y bosques de la zona. El agua está limpia, muy limpia, aunque un tanto fría. Lo mismo sucede en la Garganta de los Caballeros, a medio camino entre Navalonguilla y Navalguejo, a más de 1.200 metros de altitud. Allí el agua, que nace en la Sierra de Gredos, compite entre el verde y el azul. Cuesta meterse en el agua, pero cuando se logra, el cuerpo rejuvenece.

En la provincia burgalesa Arija y Villarcayo son los dos destinos fluviales a los que la Junta de Castilla y León les ha colocado el cartel de autorizados para el baño este año.

Dicen que en estos espacios se respira calma y naturaleza. Son muchos los que cada año apuestan por estas escapadas bien por necesidad, por proximidad o por puro placer. Podemos disfrutar en algunos casos de playa en el mismo entorno urbano como sucede en Zamora capital con los Pelambres , donde además de disfrutar de unas increíbles vistas de la ciudad del Duero, disponen de un restaurante a pie de playa que pondrá el broche a nuestra jornada. Un lujo sin necesidad de moverse de casa. O bien podemos coger el coche y realizar una escapada a cualquier entorno rural y dejarnos llevar por la belleza de estos lugares. Muchos pueblos ofrecen tentadoras aguas cristalinas donde lo difícil es aguantar sin inmutarse la impresión del primer momento como es el caso de río Órbigo a su paso por Santa Cristina de la Polvorosa (Zamora) o el río Duero que cruza la localidad soriana de San Esteban de Gormaz o a la altura de Quintanilla de Arriba (Valladolid).

Cualquier estampa que contemplemos apenas difiere de una fotografía tomada en una zona costera. Arena, sol, crema bronceadora... son los elementos que no cambian , tan solo su agua, que en este caso es de agua dulce. Incluso en muchos de ellos existe la posibilidad de practicar deportes acuáticos, como piragüismo o kite surf o incluso de alquilar una embarcación y darse una vuelta a pedales. Tal es el caso del Lago de Sanabria , un mini mar dulce, que cada año recibe la visita de miles de viitantes, deseosos de sumergirse en el lago glaciar de mayores dimensiones de Europa. 

Tan solo hay que echarle ganas e imaginación y organizar una escapada en condiciones en una comunidad que atesora naturaleza , patrimonio, pueblos con encanto, una gastronomía única y una oferta de alojamientos rurales sin parangón. 

León vuelve a repetir en este listado como la gran triunfadora en cuanto a zonas de costa fluvial. Hasta 12 zonas ofrece a aquellos deseosos de sumergirse en las aguas de un río. Hay donde elegir: el Órbigo, el Boeza, el Cúa, el Ancares, el Meruelo, el Burbia y el Tuerto, además de un lago, el de Carucedo.

Por su parte, dos embalses en la provincia de Palencia han logrado la ‘bandera verde ’: el de Ruesga , en Cervera de Pisuerga, y el embalse de Aguilar de Campoo . El pantano de Ruesga, en la reserva palentina de Fuentes Carrionas y a un solo paso de los Picos de Europa, constituye un remanso de agua pequeño de lo más apetecible. Fue uno de los más antiguos de toda la Comunidad. Se empezó a construir en los años 20 del siglo pasado y aunque es pequeño,  hay que tener cuidado con su profundidad que en algunos puntos llega a medir 20 metros.  En Segovia hay que viajar hasta la localidad de Maderuelo para encontrar el único punto autorizado en el censo . Allí espera el embalse de Linares , que ‘bebe’ de los ríos Riaza y Aguisejo y que fue inaugurado en 1951. Dispone de una amplia playa, cobijada por la sombra de los chopos. Todo un oasis en la provincia.

En Soria existen cuatro zonas: tres de ellas en el embalse de Cuerda del Pozo y la cuarta en el río Duero a su paso por San Esteban de Gormaz.

Desde la Dirección de Salud Pública nos recuerdan algunas recomendaciones que siempre es bueno tener presente para que nada estropee la visita. Entre ellas, y la más importante, asegurarse de que la zona es apta para el baño , informándose adecuadamente. Además, una vez dentro del agua, hay que prestar atención a los remolinos , muy frecuentes en ríos y embalses. Junto a ello, hay que tener en cuenta la importancia de resguardarse del sol , usando la protección adecuada, hidratarse en todo momento , evitando el exceso del consumo del alcohol y tomar el baño de forma paulatina.  Ya no hay excusas. Cuando aprieta el sol...Castilla y León, es un placer. 

 

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