Diario de Valladolid

De vuelta a los orígenes apícolas

SERRANO (BRAÑUELAS, LEÓN)

colmena miel 2

colmena miel 2

Publicado por
Henar Martín Puentes

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La vida de Asier se ha desarrollado entre Lasarte-Oria, un municipio próximo a la capital donostiarra y Brañuelas, en una pedanía de Villagatón a medio camino entre las comarcas leonesas del Bierzo y la Maragatería. «Soy de San Sebastián, nací allí y me crié hasta los 16 años, momento en el que me vine al pueblo de mi padre donde terminé los estudios», relata. Tras completar los estudios superiores en la capital leonesa, comienza a desarrollar su cuida profesional en diferentes puestos. «Nunca me faltó trabajo pero veía que había poco futuro y no podría desarrollar mi vida por la precariedad laboral». El camino le va llevando poco a poco hacia la explotación avícola familiar que había gestionado su padre. A los 22 decide dar el salto profesional y toma las riendas del negocio familiar junto a su tío Carlos. «Llegó el momento de la jubilación de mi padre y me dijo: ¿te animas a seguir con las abejas o las vendemos?. Yo había realizado un módulo de automación, trabajaba en un taller pero veía el salario y las condiciones y entonces me decidí», cuenta.

TRES GENERACIONES

Cuida de 1.000 colmenas que se distribuyen por la Cepeda, en las que practica una apicultura estante. «La flora que hay en esta zona es tan rica que no requiere ir cambiando de un sitio a otro. En cuanto acabas con una cosecha estás con otra. Es un entorno maravilloso con multiplicidad de flora variada. Un lugar ideal para nuestras abejas por lo que no necesitamos ser trashumantes». Las enseñanzas de su padre, maestro apícola de han sido de gran utilidad. «Mi padre, en 1999, cuando trabajaba en Giez-Berri, una empresa apícola de Gipuzkoa, se dio cuenta de que la forma con la que se estaba trabajando con las abejas se podía hacer, con una técnica que tenía en la cabeza, de una manera mucho más eficaz». Hijo y nieto de apicultores, explica cómo su abuelo fue «uno de los primeros en utilizar colmenas modernas en lugar de truébanos», estas últimas, más rudimentarias, estaban hechas de troncos de madera huecos. 

Lleva a cabo una apicultura convencional en la mayoría de la explotación excepto una pequeña parte donde ha comenzado a realizar apicultura bajo la certificación en ecológico. «Los tratamientos son diferentes. A la hora de tratar plagas y enfermedades empleamos preparados que hay que suministrar a temperaturas muy concretas. Es bastante laborioso en una zona como ésta, tengo que reconocer que no es lo más rentable». 

Se muestra entusiasmado con el comportamiento de las abejas. «Como humanos tenemos mucho que aprender de las abejas. Ellas forman una sociedad colectiva, con todas las letras. Los humanos somos, cada vez más, una sociedad individualizada» y defiende los beneficios que contiene la miel. 

Las cifras de producción dependen de las condiciones climatológicas de cada año, de sus floración, pero en buena campaña ha llegado a recoger 4 toneladas, en torno a 4.000 kilos, que venden a granel aunque también vende tarro a tarro al cliente final. «El nombre de miel Serrano por el apellido. principalmente a través de mi. Tengo tiendas por al zona y un par de ellas en León y tres distribuidores a través de amigos que sacan la mitad, en orno a 2.500 kilos». 

Las instalaciones con las que cuenta Asier se le han ido quedando pequeñas. Los sueños de este joven pasan por abarcar nuevos proyectos en su pueblo, adquiriendo  una nueva nave para la extracción y envasado de la miel y además, poder ofrecer servicios a terceros apicultores. Un reto que espera lograr en un par de años. «Sería una nave de 1.200 metros cuadrados pero todo depende los Fondos Miner», matiza. De alcanzarlo espera poder ampliar la red comercial con nuevos distribuidores en el extranjero. « Si no tenemos más salida es porque no tenemos los medios para afrontar más el envasado y etiquetado es manual  sin maquinas. Multiplicaremos por cinco la capacidad de extracción y vaciado. Lo que hacemos tres personas en una semana lo haremos dos en una jornada», añade.

Por el momento su tarros de miel están presentes en León , País Vasco, Barcelona, Valencia y Cantabria. Cuenta con un contacto en Bélgica y en Suiza que ha introducido su producto pero a menor escala. «Uno de los handicaps que tengo que es que no dispongo los papeles para poder comercializar en supermercados y grandes superficies». 

Asier representa la tercera generación de una familia de apicultores que ha decidido por amor y convección volver al pueblo que le aporta el modo de vida que él desea. «El bienestar, el trabajo y la calidad de vida. Esos tres, al menos, son pilares fundamentales». 

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